El clásico español de las contrataciones también fue para el Real Madrid | CRÓNICA

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Es simbólico que el gol decisivo del encuentro lo haya anotado la contratación estelar del Real Madrid en esta temporada. David Alaba no solo reventó las redes ‘culés, con un zurdazo, sino que también estuvo impecable en sus labores defensivas. Allí está el detalle. Un equipo sostiene sus grandezas si los que van llegando suman y hacen diferencias. Eso en el Barcelona hace mucho que no ocurre.

Y es simbólico también que la primera ocasión clara fuera del Barza y que lo fallara Sergiño Dest. El estadounidense no solo tuvo mala puntería, sino que le faltó desequilibrio como extremo y atención cuando fue ubicado como lateral en el segundo tiempo. Hizo todo mal.

Dest formó parte de la última etapa de Josep Bartomeu como presidente y como gestor deportivo. El ex líder azulgrana no solo dejó como herencia una deuda de mil millones de euros, sino que su labor al cazar talentos ha sido penosa.

Volvió Eric García y no tuvo velocidad ni picardía para ganarle a Lucas Vásquez, en el 2-0 del Madrid. Y sumamos en esa terna de refuerzos fallidos a Luuk de Jong. El balance de los pocos minutos que estuvo el atacante de los Países Bajos se resume a dos malos controles de pelota y un cabezazo entregado al rival. Nulidad completa. Lo de Koeman al hacerlo ingresar ya suena a masoquismo.

Solo dos de arriba

En este recuento de errores al incorporar futbolistas, la única luz que alumbra en medio de tantas sombras es Memphis Depay. El día que logre encontrarse más con Ansu Fati, las cosas irán mejorando lentamente para el Barza. Lo mismo ocurre con Sergio Agüero. El ‘Kun’ anotó el tanto del descuento y confirmó que, al cien por ciento de su estado físico, tiene que ser el recambio en ataque. Lo de Luuk de Jong es indefendible.

La vida sin Lionel Messi cuesta mucho en Barcelona, porque no hay valores que garanticen lo que más daba el argentino: desequilibrio en ataque y gol. Coutinho, otro que ha regresado, lo intenta, pero no alcanza. El Madrid, en cambio, ha sabido sortear las horas difíciles tras ser eliminado de la Champions pasada, tras perder la liga española y tras la partida de Zinedine Zidane.

Una solo decisión hace la diferencia entre estos dos clásicos rivales. En el Madrid volvió Ancelotti, un entrenador que ha probado muchas veces que está hecho para gestionar riquezas, repotenciar talentos y ganar títulos. A Koeman, en el Barcelona, se le sigue defendiendo por su gol como jugador en la Champions de 1992. Un abismo de distancia entre ambos.

El Real, como para cerrar las diferencias, está trabajando mejor la evoulución de los más jóvenes. Vinicius Jr. cada vez está más consolidado, Rodrygo ha crecido mucho en lo táctico y Camavinga aún tiene un techo desconocido. Al frente, en el club catalán, Ansu Fati ha asumido toda la responsabilidad en ataque -y viene de una lesión difícil-, Gavi con 17 años fue azotado por la intensidad de este Clásico y Pedri sigue entre algodones. Ninguno, al menos con el Barcelona, llega a niveles estelares como un tal Leo Messi entre el 2004 y 2005.

Cuando las individualidades están lejos de su mejor versión, el trabajo de estabilizarlo todo está en el técnico. Ancelotti lo hizo en el Madrid y el colectivo a veces es sinfónico en el Madrid. Quien ha perdido el manual para eso es Koeman. El Barza no es catastrófico, sin embargo, sigue alejándose de la grandeza. Ya no solo es la vida sin Messi. Los demás tampoco están. Los jugadores salen al campo, pero su fútbol sigue ausente.

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