Enmarrocado, con el rostro demacrado, la mirada perdida y siempre acompañado de un polícia. Las últimas fotos de Luis Núñez (Santiago de Chile, 1980) muestran su presente, su “nueva” vida a la que lo condujo las malas decisiones. Atrás quedó su pasado en el que se convirtió en una de las promesas del fútbol chileno y llegó a Universitario de Deportes en la segunda parte de la temporada 2007. A la ‘U’ que era dirigida por Ricardo Gareca. Hoy, se encuentra encerrado en una cárcel a la espera de la sentencia en el caso de presunto homicidio de Juan Pinto, tras el crimen ocurrido en octubre de 2018, en el barrio de La Legua.
“El peor escenario, por cierto, es que el Tribunal Oral en lo Penal estime que es homicidio calificado, que mi cliente sea considerado autor y en ese caso mi cliente arriesga presidio perpetuo. El mejor de los escenarios es que él no tenga responsabilidad en los hechos y que por lo tanto sea absuelto en la causa”, señaló su abogado Juan Hernández. El que alguna vez soñó con ser como Iván Zamorano está a punto de quedarse encerrado de por vida.
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“Tenían una discusión dentro de la casa por tema de faldas. Nosotros estábamos afuera cuando escuchamos la discusión. Ingresamos a la casa y ahí subió de tono. En ese momento, la discusión se transformó en una balacera”, contó desde la cárcel Núñez el pasado 7 de marzo al diario chileno La Tercera.
“Yo sentí un disparo y ahí corrí. Imposible quedarse mirando quién estaba disparando. Yo atiné a salir de la casa para que no me llegaran los disparos. Soy inocente. Yo no he matado a nadie. Nunca he tenido una pistola en mis manos. Es imposible haber matado a alguien sin pistola”, agregó el exfutbolista que estuvo 500 días prófugo, pero en febrero del año pasado fue detenido en Bolivia.
“Ha pensado en quitarse la vida, ha sufrido depresión”, confesó su abogado. ‘Lucho Pato’, como lo conocen, viene recibiendo tratamiento psiquiátrico en la cárcel.
Su sueño frustrado
A Luis Núñez todos lo recuerdan como una persona tranquila durante su infancia. Hincha de la ‘U’ Católica y también apoyaba al Juventud Norambuena porque creció prácticamente cerca de su sede en La Legua. Su sueño era ser un futbolista profesional.
“Era flaquito, pero muy talentoso; cachañero, esa era su principal cualidad. Con el tiempo lo convertimos en un volante creativo”, lo recordó Óscar Meneses quien fue jefe de las divisiones inferiores de la Universidad Católica en 1990. “En las formativas siempre mostró condiciones. Lo subimos incluso de división, para que jugara en la mía. Siempre estuvo en el grupo de jugadores de proyección”, añadió Fernando Díaz quien también era parte del comando técnico.
Llegó a Perú en 2007 y tuvo un corto paso por Universitario de Deportes. Ya en ese momento se conocía de sus problemas con la justicia de su país. En 2003 fue acusado de prestarle el departamento a Los Ciprianos, una banda de narcotraficantes dedicada a la comercialización de droga. La acusación detalló que su casa era un posible almacén.
“Estuvo poco tiempo pero llegó a tener una conexión especial con el hincha. Era bueno técnicamente pero también metía. Recuerdo un gol que marcó en la última fecha del Clausura 2007 que se acercó a la tribuna Norte e hizo el gesto de pedir perdón por no haber logrado el título”, cuenta Kenyi Peña, periodista de esta casa editora y quien conoce como pocos la historia de la ‘U’.
Tras su breve paso en Ate, el ‘Gordo Núñez’ -como lo llamaba Mayer Candelo- volvió a su país para jugar por la ‘U’ Católica, Palestino y Ñublense. De este último club se fue por problemas con el técnico Jorge Aravena. En el 2010 se le abrió la puerta nuevamente del fútbol extranjero. La ‘U’ Católica de Ecuador lo contrató, pero no duró mucho. Al año siguiente retornó a Chile para jugar por O’Higgins, Huachipato y Deportes Concepción, hasta retirarse en 2012, luego de haber sido detenido por la Policía de Investigaciones al estar involucrado en una banda dedicada al robo de cajeros automáticos.
“Siento que cuando perdió a su mamá, él se fue abajo. Se hundió mucho. Pienso que ese fue un antes y un después en su vida”. Claudio Toro, periodista que fue dirigido por Núñez cuando estaba en la inferiores de Norambuena y creció en el mismo barrio que el jugador chileno donde se normalizaba la venta de marihuana y la delincuencia en su esplendor, contó el hecho que quizá torció la vida del exdelantero.
En 2014 fue denunciado de financiar un negocio de narcotráfico con vínculos en La Legua y Bolivia, pero el punto de quiebre a su historia se dio en 2018 con ocho disparos en la calle Francisco Zárate de La Legua tras lo cual fue acusado de homicidio consumado, dos homicidios frustrados y un delito de lesiones leves. Se dio a la fuga.
Lo acontecido aquel día fue un balazo en la pierna para Mario Albornoz que se dirigía a una tienda a comprar junto a Juan Pinto quien recibió un tiro a la cabeza por la espalda (“herida craneoencefálica por bala, sin salida de proyectil”, según precisa el informe policial). Ambos eran parte del barrio rival y se presume que los disparos los propinó su acompañante apodado el ‘Guatón’ Andrés Vergara. Una mujer que gritó en el acto, también recibió un tiro en la mano. Desde ese momento, Núñez fue perseguido en cada rincón, tal como informa “La Tercera” de Chile.
“Vivo encerrado como una rata”
Entre 2018 y 2019, Luis Núñez vivía fugándose de la justicia de su país. Y desde la clandestinidad dio una entrevista al diario “El Mercurio”. “Estoy muy triste, enterraron a mi padre y no pude estar presente. Tuve que despedirlo a través de la cámara de un celular. Todo por ser un prófugo de la justicia, sin tener nada que ver en el caso por el que me buscan. Es algo muy doloroso (…) Una maldita mentira me tiene prófugo. Yo ya pagué mis errores del pasado con cuatro años y 64 días en la cárcel”, afirmó el exjugador de la ‘U’ en octubre de 2019.
“Vivo encerrado como una rata, porque la justicia y la policía aún no pueden decir que no tengo nada que ver en lo que me involucraron sin motivo. Yo pagué caro todos mis errores, pero en este no tengo nada que ver. Lo juro por la memoria de mi padre que acaba de fallecer”, agregó.
Hoy, “Pato Lucho” recibe tratamiento psiquiátrico mientras espera el desenlace del partido más duro que le tocó jugar.
Casos de futbolistas que terminaron en la cárcel
César Ccahuantico
Ídolo de un pueblo sin referentes y autor de un crimen en contra del club que le dio más que dos títulos internacionales (una Copa Sudamericana y una Recopa Sudamericana). César Ccahuantico fue recluido en el penal Quenqoro del Cusco, su ciudad natal, el 11 de agosto de 2010. El excentral fue acusado de ser cómplice en el robo de 87 mil dólares que sufrió el cuadro incaico en 2008 y recibió una condena de siete años.
“Soy inocente, el único pecado que cometí fue tener una ligera amistad con uno de los integrantes de la banda que robó a Cienciano –el conocido como “Chato” Carlos–. De ellos todos están libres, el único preso soy yo. ¿Por qué la policía que me hizo el seguimiento a mí, no los captura a ellos? Lo que pasa es que me tienen como un trofeo, pero tengo derecho a salir. Yo no he violado, no he matado, solo fui amigo de un sujeto, como lo fueron muchos en el Cienciano, y por eso estoy preso”, contó desde la cárcel antes de ser liberado en 2014.
Hasta hace poco, el ‘Cholo’ estuvo ligado al fútbol siendo comentarista deportivo en los partidos de Segunda División y ahora sacó su marca de agua embotellada Sumaq Awan.
Jhon Viáfara
Nació en octubre de 1978, pero en 2004 se presentó ante el mundo. Jhon Viáfara fue autor del gol de Once Caldas en la final de la Copa Libertadores contra Boca Juniors, en la que finalmente se coronó campeón. Disputó dos Copas América, jugó en Inglaterra y España; pero el exdefensor hoy está recluido en una cárcel de Estados Unidos condenado a once años de prisión por narcotráfico.
El exfutbolista, de 42 años y nacido en Robles (Valle,) había sido extraditado a Estados Unidos el 24 de enero de 2020 y luego, en diciembre del año pasado, se declaró culpable de una conspiración para enviar cocaína a ese país.
Los fiscales acusaron a Viáfara de planificar con integrantes del Cártel del Golfo los traslados de cocaína que salían de Colombia en lanchas rápidas y que pasaban por México para terminar en Estados Unidos.
Ronaldinho
En abril del 2020 una noticia sorprendió de gran manera al mundo: Ronaldinho, el hombre de la sonrisa eterna, fue recluido en un penal de Paraguay. El brasileño y su hermano fueron imputados por el hecho punible de uso de documento público de contenido falso por el fiscal Osmar Legal, de la Unidad Especializada de Delitos Económicos, al intentar ingresar al país con pasaportes ficticios.
Luego de cuatro meses, el campeón de todo como futbolista fue puesto en libertad. Sin embargo, tuvo que pagar 90 mil dólares de multa y su hermano 110 mil.
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