En menos de 30 años, tiempo en el que un estudiante de medicina apenas está terminando su Serum, un selecto grupo de hombres debe aprender a convivir con algunos de los siete pecados capitales del mundo: la lujuria, la avaricia, la soberbia. Son, en ese breve tiempo en el que aún no les han salido canas, perseguidos, adorados, millonarios. Males y bendiciones. Maradona tenía una frase para resumir aquel drama, y lo dejó escrito en su primera biografía, para escucharlo después de muerto: “Un día estaba en la calle Azamor en Fiorito, con el único pantalón de corduroy que tenía. Y al otro desperté y de pronto estaba en la cima de la torre Eiffel. Y no supe qué hacer”. (Yo soy el Diego, Planeta, 2006)
Algunos, sin embargo, sí saben. Sadio Mané es un futbolista senegalés que hace un par de semanas ganó el primer Premio Sócrates de la FIFA, es decir, el mérito a la solidaridad. El atacante del FC Bayern lleva años ayudando a mejorar la vida en su región natal, Casamance, en Senegal, donde vivió una infancia difícil que no duda en recordar. No lleva cámaras. Pide que no posteen nada si lo graban. Es el justísimo mejor futbolista africano de la temporada. La cotización de su pase llegó a costar 150 millones de euros pero ni eso paga esta unánime tristeza que ha asaltado las redacciones, hace unas horas: el futbolista más abrazable del mundo después de Messi se perderá el mundial por una lesión.
ÚLTIMO MINUTO: Sadio Mané fuera de Qatar 2022: el delantero de Senegal no llegará al Mundial por una lesión, según L’Equipe
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Hasta tres ex futbolistas consultados para esta breve nota coinciden: los vestuarios derriban todos los muros. Hacen grupo, primero, luego hasta familia. Ocurrió en la temporada 2013-2014, cuando el exdelantero de Alianza Lima ya le había roto la cintura a Fernando Alloco y John Galliquio en un clásico. Su representante pudo colocarlo el Red Bull Salzburgo de Austria, tras 6 goles en 18 partidos. Allí, en un camarín en el que todo olía siempre a nuevo, lo recibió Sadio Mané, el delantero senegales que acababa de anotar 16 tantos en 26 partidos con la camiseta del Salzburgo y ya decidía dónde se sentaba cada quien.
Coincidieron dos temporadas en ese club, hasta finales del 2015, básicamente por una razón: Sadio Mané se entrenaba como si estuviera enlistado en el ejército, quería ganar la Champions, el club austríaco le iba a quedar chico pronto. Eso sí, intercambiaron teléfonos, mantuvieron la relación por el Whatsapp y, según confesión de Yordy, nunca dejaron de escribirse. Así describió el peruano su vínculo, en nota que recogió Ovación. “Con Sadio -Mané- nos hicimos buenos amigos en el Red Bull Salzburgo, tenemos muy buena comunicación y lo felicité por el título de la Premier League. Él es una persona muy humilde y se merece muchas cosas”.
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“Congratulations, pequeño”, le escribió Yordy Reyna a Mané, para sumarse a los festejos por este sueño cumplido de su amigo: Liverpool, treinta años después de su última coronación, obtuvo el título en la Premier League 2019-2020. A siete fechas de que culmine el torneo inglés, los ‘reds’ sacaron una ventaja de 23 puntos. Mané había anotado 18 goles en 35 partidos y era claramente la figura del equipo. Dos años después de aquella jornada feliz, Sadio Mané se pierde el mundial de Qatar.
En las buenas están los compañeros. En las malas se ve al amigo: no tarda Yordy Reyna en escribirle.