“No lo hubiese imaginado esto nunca, cuando llegué a principio de año sabía que iba a ser un año duro, sabía que tenía que trabajar, pero ahora mis compañeros me regalan mi primer título en primera división”, dice Pablo Lavandeira con los ojos aguados y la voz entrecortada tras ganar el Clausura con Alianza Lima. El uruguayo, que hace algunos días se nacionalizó peruano, no puede evitar emocionarse tras lo ocurrido el domingo en Matute.
Pablo llegó a La Victoria ante el recelo de los hinchas que no dudaron en recordar su paso por Universitario de Deportes, el clásico rival, en 2018. Sin embargo, el volante, perfil bajo como lo ha sido durante su etapa en el fútbol peruano, se encargó de demostrar dentro del campo que el llamado del extécnico Carlos Bustos no iba a ser en vano. De hecho, es el segundo futbolista más influyente en el equipo con diez goles y once asistencias, solo por detrás de Hernán Barcos (18 tantos y seis pases gol).
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Lavandeira se formó en Peñarol, uno de los dos clubes más grandes de Uruguay, su país natal. Pero el destino y las pocas oportunidades hizo que busque nuevos horizontes y debute en Tacuarembó en 2008. Desde ese momento su carrera fue saltar de un equipo a otro en busca de la regularidad. Jugó en Progreso, Huracán y Cerro Largo del fútbol charrúa. En 2012 tuvo su primera experiencia afuera en Deportes Antofagasta de Chile, pero al año siguiente volvió a su país (Progreso y Montevideo Wanderers).
¡LÁGRIMAS DE ALEGRÍA! Demostrando que también se puede llorar de felicidad 🥺, Pablo Lavandeira ⚽ no aguantó la emoción y con su hija en brazos recordó toda la campaña de @ClubALoficial ⚪🔵. #LIGA1BETSSONXGOLPERU pic.twitter.com/PW4TU8gmMg
— GOLPERU (@GOLPERUoficial) October 30, 2022
En 2014 se fue a México para jugar por el Atlético San Luis y ese mismo año retornó una vez más a Uruguay para ponerse la camiseta de Villa Teresa. Al año siguiente, UTC apostó por él y lo trajo por primera vez al Perú. En Cajamarca fue el segundo máximo goleador del equipo aunque más se habló de su altercado con Luis Trujillo tras un partido ante Alianza Lima y la recordada frase “ojalá te alcance”.
Deportivo Municipal y Sport Rosario fueron sus dos escalones previos para pegar el salto a un grande del fútbol local: Universitario. Aunque no llegó en un buen momento. En 2018, los cremas pelearon el descenso. Al año siguiente marcó su primer gol en los clásicos ante Alianza Lima en Matute.
Este año, luego de su buen paso por Ayacucho FC, y con 31 años, Pablo fichó por Alianza Lima por pedido expreso de Bustos. Su influencia en el campo, las ganas que le pone en cada balón dividido, han hecho que el hincha blanquiazul lo empiece a querer. De jugar con un hematoma en el muslo y casi sin poder correr ante Cienciano a celebrar con la hinchada en Ayacucho un triunfo épico.
El paso de Lavandeira ha sido tan bueno que muchos piden su renovación. Y un plus es que el próximo año dejará de ocupar una plaza de extranjero. Se nacionalizó hace poco y sueña -¿por qué no?- en vestir la camiseta de la selección peruana. Eso sí, hace muchos años atrás tuvo su primer “encuentro” con la Bicolor aunque fue a lo lejos.
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Lavandeira y el recuerdo del Sudamericano Sub 17 de 2007
En 2007, un grupo de jovencitos que aún no alcanzaba la mayoría de edad unía a todo el Perú. En Ecuador, la selección Sub 17 de Juan José Oré logró la histórica primera clasificación mundialista en su categoría al lograr el cuarto puesto en el Sudamericano.
De ese torneo que tuvo como gran figura a Reimond Manco se ha hablado muchísimo. Se contaron mil y una historias. Son recuerdos llenos de nostalgia. Sin embargo, pocos saben pero Pablo Lavandeira también jugó el certamen pero con su selección, la uruguaya.
“Estaba en Peñarol. Tenía 16 años. Era un volante por derecha, con mucho ida y vuelta, con buena visión de fútbol, creación y con gol, que es muy importante”, recuerda Roland Marcenaro, hermano del recordado Nelson Marcenaro, campeón de América y del mundo con Peñarol, y del ‘Mundialito’ con Uruguay.
Roland, que fue delantero en su época de jugador, empezó a trabajar como entrenador en 1996, en divisiones menores. En 2000 arrancó su travesía por el fútbol profesional y en 2007 fue elegido como técnico de la Sub 17 del combinado charrúa.
A Ecuador llevó 20 jugadores, entre ellos Pablo Lavandeira, quien era el ‘10′ y capitán del equipo. Además de dos conocidos en el fútbol peruano: Santiago Silva que ahora juega en Binacional y Rodrigo Pastorini que está en Cantolao. “Pablo y todos los jugadores eran muy profesionales, eso siempre lo trabajamos en Uruguay, es la mentalidad con la que crecen”, señala.
El combinado oriental estuvo en el grupo B junto a Venezuela, Paraguay, Colombia y Argentina. Ganó en su debut a la ‘Vinotinto’, empató con los guaraníes y perdió los últimos dos partidos quedándose así en el octavo puesto del campeonato. Lavandeira estuvo presente en los partidos pero poco pudo hacer.
“Me llegaron propuestas de Perú para dirigir este año y viendo el torneo me di cuenta que Pablo estaba en Alianza Lima. Con él no fuimos amigos, pero sí tenemos buenos recuerdos. Se merece todo lo que le está pasando por cómo es como persona. De corazón me pone muy contento”, añade.
Lavandeira no destacó en ese Sudamericano en el que sí brilló Reimond Manco, el más habilidoso de los ‘Jotitas’. Sin embargo, hoy la vida le sonríe al uruguayo-peruano que supo seguir los consejos que le daban. “Siempre es muy recurrente en la charla el tratar de anda bien, cuidarse, descansar y ser profesionales. Porque acá jugamos por trabajo, para que nos entre un dinero y hacer carrera”.