Navidad y fútbol. Hay relación entre ambos más allá del regalo esférico que colocan los padres debajo del arbolito navideño en estas fechas. El 25 de diciembre de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, un balón logró que alemanes e ingleses decidieran dejar, por un momento, las armas y enfrentarse en un partido. Sesenta años después, ya en estas tierras, se disputó el primer y único clásico del fútbol peruano, entre Alianza Lima y Universitario de Deportes. Y se hizo en Tarapoto.
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¿Cómo llegaron los clubes más populares del Perú a la selva? “Para hacer que los clubes hagan caja. No eran tiempos difíciles, pero el fútbol tampoco vivía en abundancia económica como ahora”, recuerda Juan José Oré, el padre de Los Jotitas, uno de los protagonistas de esta curiosa historia.
En los 70, el fútbol en el país gozaba de buena salud. Una década que arrancó con la selección brillando en México 70, el primer Mundial al que clasificamos -al de Uruguay 30 fuimos invitados-. Muchos dicen que si en cuartos de final no nos tocaba el Brasil de Pelé, a la postre el campeón, podíamos soñar aún más. En el 72, la U se convirtió en el primer club en disputar una final de la Copa Libertadores. Y en el 75, con ilustres nombres como Chumpitaz, Sotil, Uribe, Cubillas y Juan Carlos Oblitas, entre otros, fuimos campeones de América.
Eran años gloriosos. Para la selección y también para Universitario. Los cremas habían llegaron a 1974 conquistando cuatro títulos en los últimos ocho años. Y esa temporada, lograron el quinto trofeo con un invicto de 36 partidos, el más largo de nuestro fútbol hasta estos días. “Siempre lo he dicho: fue el mejor equipo en la historia del club”, afirma JJ Oré, que en esos años había debutado en la institución estudiantil con un look a lo Jackson Five. “La U era como una selección”, señala Miguel Villegas, periodista de esta casa editora, autor del libro Padre Nuestro, cinco historias reales sobre la pasión por Lolo Fernández (2015); es decir, palabra autorizada.
Pese a los debates de estos días por el título de 1934; en 1974, Universitario logró otra hazaña: conquistó su décimo quinta estrella, superando por uno a Alianza con 23 años menos de vida institucional. Fue un año teñido de crema, aunque hubo una alegría blanquiazul: el clásico jugado el 25 de diciembre en Tarapoto. Un amistoso que fue como un viaje casi fantasma, pero que significó el regalo navideño para la selva.
¡𝗦𝗼𝗹𝗼 𝗔𝗹𝗶𝗮𝗻𝘇𝗮 𝗟𝗶𝗺𝗮! 🎄💙
— Club Alianza Lima (@ClubALoficial) December 23, 2023
José Soto y Santiago Salazar, integrantes del Equipo de las Estrellas Aliancistas, llevaron juguetes por Navidad a los niños de Neoplásicas y del Hospital del Niño. 👏🏾
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“Hoy sería impensado que ocurra”
En estas fechas en los que la Liga 1 suele terminar en noviembre y empezar en enero, sería ilógico creer que se logre un clásico en Navidad. Antes no era así. Juan José Oré nos cuenta que “antes era normal jugar en Navidad o Año Nuevo”. “Los futbolistas estábamos acostumbrados. Hoy sería impensado que ocurra”.
Poco se sabe de lo que realmente motivó a llevar un clásico al interior del país en una fecha tan especial. Lo cierto es que fue un viaje relámpago. En Tarapoto, Alianza ganó 3-1 con goles de Juan Rivero, Juan Ávalos y Jesús Lavalle. Mientras que en la U descontó Juan José Oré, entonces con 20 años, una de las joyas cremas. “Fue un 9 auténtico. En esos años, década del 70, el fútbol peruano se veía rodeado de muchos nueves que eran muy buenos, todos eran goleadores. Comenzamos por Perico, JJ Ore, Enrique Casaretto, Segundo Guevara… siempre fueron los que más destacaron, eran hombres muy goleadores”, los describió Mario Fernández en “Jugamos como nunca”, un podcast de DT El Comercio.
Jesús Lavalle, autor de uno de los goles victorianos, en una entrevista con este Diario, resumió ese viaje express con una frase que describía lo que significaba el fútbol para ellos: “No fuimos millonarios, pero sí muy felices”. No les importó pasar Nochebuena lejos de la familia, ellos eran guiados por un balón de fútbol.
De hecho, tampoco les importó que el estadio donde se jugó parecía una zona de guerra el día después de un bombardeo, ni que justo ese día cayera una lluvia torrencial. Para ellos, Dios estaba emocionado hasta las lágrimas por ver a los dos equipos más populares del país llevando alegría a la selva.
“Acá es una fiesta local cuando hay clásicos. Los hinchas se ponen sus camisetas, se pintan la cara, todo como si estuvieran en el estadio. Pero lo más bonito es que después de cada partido, no importa cómo quede el resultado, abrazan al triunfador”, cuenta Juan Manuel Vásquez, hombre nacido en Juanjuí y empresario de la zona en el rubro educativo.
El clásico fue histórico, pero en ese momento no llamó mucho la atención. El Comercio, en su edición del 26 de diciembre de 1974, no publicó nada del 3-1 aliancista en su portada.
Íntimos y cremas nunca más volvieron a Tarapoto a disputar un encuentro amistoso, mucho menos a jugar en Navidad. Pero ese fue el regalo que recibieron en la selva, 90 minutos de felicidad.