Roberto Mosquera seguirá al mando de Sporting Cristal. ( (Foto: GEC)
Roberto Mosquera seguirá al mando de Sporting Cristal. ( (Foto: GEC)
Pedro Canelo

Ha culminado la reunión de Roberto Mosquera con la directiva de Sporting Cristal. Ya renovó hasta diciembre 2022 y su tarea, ahora, es definir la estrategia para volver a competir en el contexto internacional. Para ser campeón nacional y para dar un paso adelante, el entrenador celeste entiende que la concentración es una prioridad. Y esa mismo trabajo con los cinco sentidos fue el que desarrolló en la final ante la U. Por eso, explica, no se inmutó cuando el entrenador de Universitario, Ángel David Comizzo. tuvo un amago de bronca con sus asistentes. Mosquera dio la espalda a ese momento. Ahora nos dice por qué.

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-Usted decidió no seguir en Binacional, en parte, fue por la poca seriedad para afrontar los refuerzos para la Copa Libertadores ¿Este asunto lo ha tocado con el club en medio de estas reuniones para la renovación?

Lo que pasa es que repotenciar implica tener una salud económica que el club no tiene. Una cosa es tener a una gran empresa atrás y otras es agenciarte dinero con recursos propios y negocios. Cuando compras un club también compras deudas, también compras malos contratos que se deben respetar. Estamos buscando una media para hacernos competitivos, porque en la Copa Libertadores te puedes encontrar en la primera ronda con Flamengo. Hemos pensado en un equipo que pueda dar una luz digna para el fútbol peruano.

-¿Las novedades de refuerzos van a demorar mucho?

Hay puestos en los que vamos a tener que reforzarnos, pero nada que vaya a causar un estrépito sobre su costo.

-¿Aparte del arco qué otra posición?

No puedo decirte, porque mi bandeja de Whatsapp se llena de nombres.

-¿Le preocupa que puedan salir en bloque al exterior ese buen grupo de jugadores jóvenes que ha ganado este campeonato?

A este grupo de empresarios jóvenes los culparon de que querían cambiar el nombre, que querían cambiar la camiseta, de que iban a pintar el club de otra manera y que iban a vender a todos los jugadores. Y hasta ahora nada de eso pasó. Si eso fuera verdad, yo no estaría acá. Desde el primer día que llegué se callaron casi todas esas críticas, porque el hincha de Cristal sabe que si acepté venir fue porque las cosas se están haciendo como se tienen que hacer. De los que siguen en el club soy de los últimos que conoce la historia a profundidad, junto a Fernando Mellán. Los dos conocimos a don Ricardo Bentín y este nuevo grupo quiere mantener ese espíritu. Sino, yo no hubiera venido.

-¿Van a seguir intentando priorizar el “cómo” al momento de competir con Cristal?

Es que la historia de Cristal está asociada al buen fútbol. El hincha de Cristal es de un paladar muy exquisito, le importa el cómo hasta cuando el equipo campeona. En algunos equipos piden meter, piden correr, piden ganar como sea y acá eso no ha sido posible, cuando ha pasado siempre queda un sinsabor a pesar de algunos campeonatos logrados así. Esa es la diferencia que siento yo sobre cómo se debe ganar. Y por eso también me he ganado varias críticas, sin entender por qué. Cada vez que Perú jugó bien, clasificó a un Mundial. Los que sientan diferente a mí, lo lamento. Hemos jugado algunos partidos mal, pero no me atrae.

Expulsión de Ángel Comizzo en el Sporting Cristal vs. Universitario | Video: Gol Perú
Expulsión de Ángel Comizzo en el Sporting Cristal vs. Universitario | Video: Gol Perú

-Va a seguir, entonces, la religión del toque...

Fue una broma, pero siempre que hago comentarios así me convierto en una caja de resonancia. Algunos dicen que soy gracioso y otros entienden el silogismo de un equipo que quiero que agrade.

-¿Cree que en el Perú se malinterpreta la soberbia con una personalidad fuerte? Hace poco Zlatan Ibrahimovic se refirió a eso...

Totalmente, conmigo sucede eso. El otro día escuché que un periodista decía “ojalá no campeone porque es un pedante”. ¿Cómo puede decir que soy pedante si no me conoce? Si ese periodista es presidente de un club que se va a ir al descenso ¿me contrata o no me contrata? Entonces no puede decir que soy “pedante”. Lo que se debe analizar es si soy buen entrenador o no. No si soy pedante, no si les gusta el color de mi terno o el color de mi piel. Equivocamos la seguridad con pedantería. La seguridad de unos, es la inseguridad de otros. El que no se siente bien consigo mismo, ataca de esa manera. A mí me han atacado sin saber que tengo hijas, que tengo nietas, que tienen que leer lo que un mediocre que no ha hecho nada importante con su vida dice. Yo tengo personalidad. Si no tuviera personalidad no estaría aquí, después de tantas cosas que me han dicho, ya me habría retirado.

-Entonces, conclusión, Roberto Mosquera no es un técnico soberbio sino con mucha personalidad...

No, soy un tipo seguro. Lo de personalidad lo puedes definir tú. Yo creo que la tengo, sé para dónde voy, doy pasos seguros y eso debe incomodar a quienes no saben por dónde ir.

-Durante el enfrentamiento de Ángel Comizzo con sus asistentes, usted dio la espalda al incómodo momento. ¿Fue un mensaje entre líneas?

Yo le doy la espalda a ese tipo de conductas, porque tengo otra y porque todo mi país está viendo una final del torneo local, con el respeto y la galanura que millones de personas, que estaban viendo por TV, se merecen. No puedo defender esos niveles de peleas públicas, no me gusta estar inmiscuido en cosas que no están al lado del respeto. Yo hablo bien del rival, yo recibo mi medalla cuando quedo segundo. Eso no se puede permitir en las normas de convivencia y conducta.

-¿Antes que discutir con Comizzo prefirió aprovechar la pausa para darle indicaciones a Revoredo?

Es que yo no doy ese tipo de ventajas. Soy un técnico que está metido en su trabajo. Yo ando pensando en cómo mejorar a mi equipo durante los noventa minutos. No puedo hacer cosas que me desconcentren a mí o a mis jugadores.

-¿Por qué con Cazulo y Revoredo el saludo fue más efusivo?

Cuando vives cosas intensas, es más profundo el sentir. Hemos pasado muchas vicisitudes. Mi abrazo con un jugador de Binacional fue distinto, pero tuvo otro tipo de profundidad porque veníamos de la pérdida de un compañero como Juan Pablo Vergara. Con Cazulo y Revoredo, por edad, nos queda menos para disfrutar del fútbol, quizá por eso la euforia fue como la vieron.

-¿Mantiene la visión de que está lejos de la selección peruana?

No tengo un rechazo sobre esa idea, sino que cuando me lo preguntaron entendía que la selección era un tema lejano. Cuando empezaba como técnico tuve un descenso extraño con Deportivo Municipal. Habíamos sido punteros al inicio, pero al final nos caímos por la falta de pagos. Bajamos por temas administrativos. El 2007, ese año de la baja, me propuse convertirme en el mejor entrenador del Perú. Diez años después, ya lo había logrado tres veces. Cuando llegó Ricardo Gareca, ni siquiera estuve en el bolo, por eso me pensé que mi tiempo estaba pasando. Después me fui al extranjero para seguir demostrando, quedé octavo en la Copa Libertadores con un equipo boliviano y nada. Por eso sentí que ya no era mi momento para la selección. Tengo la experiencia y la personalidad, pero no se dio. Me quedo tranquilo al no haber escogido habiendo cumplido los méritos.

-¿En un futuro sin Ricardo Gareca aceptaría ser una opción?

Eso es para Walt Disney o Julio Verne, es un sueño pero yo no transito por esos caminos. Yo vivo la realidad.

-¿Otro sueño es clasificar a octavos en la Copa Libertadores?

Sí, porque ya estuve y creo que podemos hacer algo importante.

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