Después de examinar la relación de convocados por Jorge Fossati, se me hace obvio que Luis Advíncula será el capitán de la selección en los amistosos ante Nicaragua y República Dominicana.
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Primero, porque ya ha sido capitán, es decir, conoce esa responsabilidad. En octubre de 2020, Ricardo Gareca le confió la cinta ante Paraguay, nada menos que en el debut por las Eliminatorias de Qatar, y en una alineación en la que figuraban otros jugadores ‘capitaneables’ como Pedro Gallese, Renato Tapia y Yoshimar Yotún (los dos últimos ahora lesionados).
No fue la única vez, por cierto. Ya en septiembre de 2019, en un amistoso frente a Ecuador, Advíncula asumió la capitanía ante la ausencia de Paolo Guerrero, el líder indiscutible de aquella época. También entonces Gareca lo prefirió por encima de Gallese o Tapia. Es más, si apelamos al dato estadístico pormenorizado, fue en marzo del 2018 cuando Luis se puso la cinta por primera vez. Fue ante Croacia, en Miami, durante aquel inolvidable partido que ganamos 2-0. El capitán en funciones, Jefferson Farfán, fue sustituido en los últimos minutos y le cedió el brazalete al marcador derecho.
Pero incluso si quitamos del análisis esos antecedentes, Advíncula destaca en otro rubro: es el más experimentado de la lista de Fossati, y en el fútbol los años en actividad son la base de la jerarquía. Es cierto que Aldo Corzo debutó antes con la blanquirroja (el 2009, con Chemo); sin embargo, Luis tiene el doble de partidos jugados desde su primera convocatoria (el 2010, con Markarián). El único que se le acerca es Gallese, otro ‘viejo’ seleccionado, pero ya sabemos que a Fossati no le agrada la idea de que el arquero –por su posición en el campo– sea el líder formal.
Pero incluso si también quitamos del análisis el factor ‘experiencia’, lo real y concreto es que, al día de hoy, no hay jugador peruano con más peso continental que Advíncula. En diciembre del año pasado, El País de Uruguay lo incluyó dentro del «equipo ideal de América». En Argentina hay quienes lo llaman «el capitán sin cinta» de Boca Juniors, por el sacrificio con que juega y la autoridad con que manda. En enero de este año, el Botafogo de Brasil hizo una oferta millonaria por su pase, pero el peruano prefirió quedarse en el club xeneize, que hace solo unas horas ha hecho oficial su propósito de extenderle contrato hasta diciembre de 2026.
Con 34 años, en el probable apogeo de su carrera, Advíncula merece llevar la cinta. Y no porque Tapia y Yotún estén lesionados, ni porque Guerrero sea el veterano que es, sino por sus propios méritos, su carácter y su vigencia.
Veremos en unos días si Fossati piensa igual.
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