Lo primero que hizo Jorge Fossati tras ser presentado como técnico de la selección peruana, el pasado 27 de diciembre, fue pedir el número telefónico de Paolo Guerrero, del capitán y goleador histórico de la Bicolor. “Lo necesito urgente”, enfatizó en los pasillos de la Videna de San Luis. Y cuando se lo pasaron, dio el primer paso: lo saludó por su cumpleaños número 40, le preguntó cómo estaba su familia y se interesó sobre manera por su futuro. En esos días, el ‘9′ recién había dejado LDU de Quito y ni siquiera tenía contemplado volver a la Liga 1 para jugar por Vallejo, contrato económicamente astronómico mediante.