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Perú campeón del Mundial de desayunos: Kío, El Chinito y otras chicharronerías crecen con este ícono que mueve millones
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Nuestro pan con chicharrón atraviesa un momento de notoriedad global. Y es que, gracias al “Mundial de Desayunos” -concurso organizado por el ‘streamer’ español Ibai Llanos-, este platillo pasó de ser una tradición dominguera a viral de Internet, más aún al vencer a Chile y pasar a la final del certamen. Pero detrás del entusiasmo de los internautas- e incluso de alcaldes, ministerios y autoridades de los países en competencia-, hay un negocio en crecimiento que muestra cifras apetecibles.
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De acuerdo con el Ministerio de la Producción (Produce), en el país operan más de 730 chicharronerías formales que generan S/ 244 millones de ventas anuales, equivalentes al 0,7% del sector Restaurantes y al 0,02% del PBI nacional. Cada mes se consumen más de 3.000 toneladas de chicharrón, lo que genera 8.900 puestos de trabajo formales en toda la cadena productiva.
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En el 2024, el consumo promedio nacional ascendió a 5,3 kilos por persona, pero hay regiones que duplican o triplican esa cifra como Ucayali, que lidera con 35 kilos per cápita. Le siguen Tacna (15 kilos) y Ayacucho (12 kilos). El gasto mensual por hogar de chicharrones alcanza los S/ 33, aunque en Ucayali asciende a S/ 83. El precio de un pan con chicharrón en todo el país varía entre S/ 10 y S/ 30, dependiendo de la zona y la presentación, según informó el Produce.

El Instituto Peruano de Economía (IPE) añade un matiz: en el Perú, la carne de cerdo representa apenas el 6% del consumo de carnes, frente a un promedio regional de 15% y cifras de países como Uruguay, donde llega al 28%. En total, los peruanos consumen 82 kilos de carne al año, un 14% menos que el promedio sudamericano.
El efecto Ibai en el delivery
El “Mundial de Desayunos” no solo disparó la conversación en redes, sino también el consumo. Según PedidosYa, los pedidos de pan con chicharrón por delivery crecieron 40% desde el inicio del certamen el lunes 18 de agosto y podrían llegar a 70% mientras dure la competencia.
El patrón de consumo también cambió y los combos familiares son más demandados los viernes, sábados y domingos, con picos a las 9:00 a.m., mientras que entre semana predominan los combos personales. Distritos como Surco, San Miguel, Miraflores y San Isidro concentran la mayor demanda.

La plataforma cuenta con más de 550 locales con esta especialidad, y cadenas como La Lucha, El Chinito y Kío han lanzado combos y promociones especiales para capitalizar el entusiasmo generado por el torneo digital.
De acuerdo con Rappi, cada mes se registran alrededor de 60.000 pedidos de pan con chicharrón en Lima, siendo Miraflores, San Isidro, Jesús María y Monterrico los distritos que concentran la mayor cantidad de órdenes. En la última semana, la plataforma reportó más de 25.000 órdenes, reflejando el entusiasmo que ha despertado la competencia. “El pan con chicharrón es uno de los platos más populares en nuestra plataforma, no solo en el desayuno”, afirma Stefano Delfino, Head de Restaurantes de Rappi Perú.
Kío Chicharronería, cadena en expansión
Un ejemplo de este nuevo dinamismo es Kío Chicharronería, que cuenta con 13 locales propios y cuatro franquicias en operación. Además, contabiliza cinco aperturas en camino. “Nuestra misión es que el chicharrón sea un plato que se disfrute todo el día, no solo en desayunos. Por eso hoy lo servimos desde las siete de la mañana hasta la noche, acompañado de una carta que incluye salteados y pastas”, explica Adrián Yrribarren, su gerente general.

El ejecutivo recuerda, además, que el pan con chicharrón como lo conocemos hoy es producto de la influencia de las comunidades inmigrantes. “Fueron los chinos y japoneses quienes comenzaron a añadir el pan; antes, en la sierra, el chicharrón se comía solo con mote o camote, incluso con yuca en algunas zonas”, cuenta.
El 70% de su facturación proviene todavía del chicharrón, aunque han logrado diversificar la oferta. El ticket promedio de un desayuno en Kío bordea los S/ 35 por persona, con porciones de 350 gramos. El público objetivo es familiar, especialmente mayores de 35 años, con fuerte presencia los domingos.

Kío estima cerrar el 2025 con un crecimiento de hasta 35%, impulsado por la apertura de nuevos locales en distritos como San Isidro, San Borja y Magdalena. A futuro, evalúan una internacionalización hacia mercados con alta presencia de peruanos, como Estados Unidos.
El Chinito: reinventando la tradición
Con casi 65 años de historia, El Chinito es considerado el pionero del pan con chicharrón en Lima. Fundado en noviembre de 1960 en un local del Centro de Lima, su crecimiento se cimentó en el trato cálido y en sánguches contundentes que hicieron que los clientes lo bautizaran con el nombre que hoy es marca registrada.
La receta original sigue siendo la esencia, pero se ha complementado con una carta más amplia y servicios de almuerzo, lonche y cena. Actualmente cuentan con 13 locales en Lima, y pronto inaugurarán uno nuevo entre San Isidro y Miraflores. “Tratamos de llevar la misma magia y energía de Chancay con Zepita a cada local. Hoy es lindo ver cómo las familias crean sus propias historias y recuerdos en sus ‘Chinitos’ más cercanos”, comenta Vanessa Yong Aguilar, gerenta general.

El 70% de las ventas provienen de desayunos, y de ese total, el 80% corresponde al pan con chicharrón, con un ticket promedio de S/ 35 por persona. Su público es amplio y de varias generaciones, pero buscan también acercarse a consumidores jóvenes acostumbrados al ‘fast food’, con propuestas como los Frapuchinitos (‘fraps’ con café peruano y frutas). Pese a la competencia, mantienen un enfoque claro y es que “el Chinito no es ‘fast food’ ni queremos serlo. Somos un restaurante tradicional, con productos artesanales preparados al momento, incluso horneamos nuestros propios panes en cada tienda”, precisa Yong.

El delivery representa entre 35% y 40% de las ventas en las tiendas que ofrecen ese servicio. Sus promociones más demandadas son el Combo Taypa (personal) y el Combo Familión (para grupos grandes). En el marco del concurso de Ibai, asumieron un rol activo en redes sociales y con ‘influencers’ para sumar votos. “Es una alegría que haya sido el pan con chicharrón y el tamal los elegidos. Lo celebramos y lo difundimos con optimismo, y hemos visto incluso turistas que llegan preguntando por el famoso sánguche que circula en redes”, añade Yong.
La Lucha: ‘branding’ e internacionalización
Desde un pequeño local de 15 m², La Lucha nació con la visión de crecer sin perder identidad. “Desde el inicio apostamos por productos de calidad, espacios que transmiten calidez y el respeto por la tradición y las cocciones lentas que construyen grandes sabores”, señala Miguel Huamán Gomero, jefe de calidad.

Hoy la cadena se ha consolidado en Perú y ha logrado expandirse a México y Colombia, donde han confirmado que el sánguche criollo despierta emociones más allá de fronteras. “Aprendimos que para conquistar nuevos paladares hay que ser respetuosos con las diferencias culturales sin perder nuestra esencia. Nos hizo reforzar procesos, estandarizar la calidad y confirmar que el sánguche criollo conecta cuando se hace con cariño, tradición y autenticidad”, apunta Huamán.

El pan con chicharrón es uno de los favoritos de sus ‘luchalovers’, aunque en La Lucha insisten en darle la misma dedicación a toda la carta. Su público es diverso, desde familias hasta jóvenes y adultos mayores, tanto en Perú como en el extranjero.
Huamán resume el “Mundial de Desayunos” en una frase: Orgullo peruano. “Más allá de la exposición, lo que más nos gratifica es saber que la unión entre peruanos sí existe y debemos mantenerla”, sostiene. Para capitalizar esta visibilidad, La Lucha apuesta por reforzar sus pilares de servicio, experiencia y calidad, además de la gastronomía.










