Los gobiernos locales enfrentan severas dificultades para ejecutar su presupuesto de inversión. Ello se explica principalmente por una baja productividad de los funcionarios municipales, muchos de los cuales no cuentan con un contrato permanente, enfrentan un entorno laboral con alta rotación y están poco capacitados. Se requiere con urgencia potenciar el servicio civil a nivel local que permita cerrar las brechas de productividad existentes.
Brecha de productividad municipal
Entre el 2015 y el 2022, las municipalidades solo invirtieron el 61% de sus recursos presupuestados. Ello es inferior a la tasa de ejecución del Gobierno Nacional (79%) y de los gobiernos regionales (65%). El bajo nivel de inversión se traduce en una deficiente provisión de servicios públicos, lo que se refleja en una gran desconfianza por parte de la población, especialmente en las regiones de Arequipa y Lambayeque. La aprobación de la gestión municipal, además, se ha reducido significativamente en la última década.
Frente a esta problemática, se han planteado algunos proyectos de ley orientados a incentivar un mejor desempeño por parte de los alcaldes. En particular, destaca la propuesta de algunos congresistas de vacar a los alcaldes y gobernadores que no ejecuten al menos el 40% de su presupuesto. Sin embargo, este tipo de medidas no solo podrían ser contraproducentes -ya que pueden generar incentivos perversos y limitar el derecho de elegir a nuestros representantes-, sino que tampoco atienden el problema de fondo: la baja productividad de los funcionarios de las municipalidades.
En el Perú, los gobiernos locales invirtieron S/59 mil por cada trabajador municipal en promedio en el 2021. Sin embargo, estimaciones preliminares del IPE sugieren que dicho número podría incrementarse hasta más de S/90 mil (un aumento de 50%) con una mejora de la productividad, lo cual contribuiría notablemente al cierre de las brechas de ejecución. A nivel regional, Pasco tiene los municipios menos productivos: estos deberían invertir el triple dada la cantidad de funcionarios que laboran en dicha región. En el caso de los distritos de Lima Metropolitana, se esperaría que estos gasten hasta 178% más en inversión.
¿Qué explica la baja productividad?
Uno de los factores detrás de la baja productividad de los funcionarios públicos está relacionado a los tipos de contrataciones. Según el último Registro Nacional de Municipalidades (RENAMU), el 37% del personal de las municipalidades estaba contratado como locación de servicios. En regiones como Huancavelica, San Martín y Ucayali, dicho porcentaje superaba el 50%. Bajo esta modalidad, los trabajadores no solo carecen de beneficios, como seguro de salud y vacaciones pagadas, sino que enfrentan una alta rotación.
Así, usando datos de El Peruano, Videnza Consultores calcula que entre el 2019 y 2022 los gerentes generales de los gobiernos regionales duraron menos de un año en el cargo en más de la mitad de las regiones. Peor aún, esta cifra no es solo baja, sino que viene deteriorándose. Además, según otro estudio elaborado por Rodrigo Chang, execonomista del IPE, y otros investigadores, los trabajadores del Gobierno Nacional y gobiernos regionales permanecieron en sus puestos 19 meses en promedio entre el 2017 y 2020. La alta rotación de funcionarios públicos afecta a la continuidad de los proyectos en marcha y la generación de políticas de largo plazo, además de elevar los costos de contratación.
Por otro lado, las evaluaciones realizadas por Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) muestran que una gran proporción de servidores públicos no cuenta con los conocimientos suficientes para ejercer sus cargos. En el caso de los operadores de inversión pública a nivel nacional, el 51% de los evaluados obtuvo menos de la mitad del puntaje de la prueba realizada en 2020. En tanto, apenas el 13% alcanzó un puntaje superior a 70%. Cabe mencionar que desde el inicio de la pandemia no se han vuelto a realizar estas evaluaciones, lo cual dificulta el seguimiento de las capacidades de los funcionarios públicos.
Potenciar el servicio civil
No basta con aumentar los incentivos a los alcaldes de las municipalidades y gobiernos regionales si el resto de los funcionarios públicos también presentan problemas al ejercer sus cargos. En ese sentido, resulta urgente acelerar una reforma fiscalmente sostenible del servicio civil a través de un enfoque meritocrático que permita cerrar la brecha de capacidades. Ello involucra impulsar la línea de carrera pública con el fin de atraer talento joven y reducir la alta rotación de trabajadores. Esto debe realizarse priorizando municipios con mayores presupuestos de inversión, ciudades con mayores brechas de provisión de servicios y aquellos servicios de mayor prioridad para la ciudadanía, según una propuesta conjunta de IPAE y el IPE.
En el Perú, tenemos muchos buenos funcionarios públicos. La tarea pendiente es brindar las oportunidades necesarias para que el cuerpo de trabajadores de los tres niveles de gobierno desarrolle su máximo potencial en favor de una mejor provisión de servicios públicos para todos los peruanos.