El recorte del jueves correspondía a las expectativas del mercado, atendiendo los datos de inflación en la zona euro.
El recorte del jueves correspondía a las expectativas del mercado, atendiendo los datos de inflación en la zona euro.
Agencia AFP


El procedió este jueves al segundo recorte del año de su principal tasa de interés, de 0,25 puntos porcentuales, a 3,5%, ante una inflación que sigue replegándose, aunque se abstuvo de dar indicios sobre sus próximos pasos.

Resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción de la política monetaria”, indicó el instituto emisor en un comunicado, sin precisar si evaluaba nuevos recortes en los meses venideros.

El BCE recortó sus tasas de interés en junio por primera vez en cinco años, tras un periodo de inflación elevada, resultante de la invasión rusa de Ucrania. Pero en julio mantuvo los tipos sin cambio.

El recorte del jueves correspondía a las expectativas del mercado, atendiendo los datos de inflación en la zona euro, integrada por 20 de los 27 países de la Unión Europea. El alza de precios se situó en un 2,2% interanual en agosto en el club del euro e incluso se quedó por debajo del objetivo del 2% en sus dos principales economías, Alemania y Francia.

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El BCE no dio pistas sin embargo respecto a futuros recortes. “El Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo y mantendrá las tasas de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”, señaló la institución con sede en Fráncfort.

Con el crecimiento de los salarios muy por encima del de la productividad y una inflación de los servicios de nuevo al alza, no hay razón para que el Consejo de Gobierno acelere el ritmo de los recortes de tipos o se comprometa a nuevos recortes en este momento”, comentó Sylvain Broyer, economista Jefe de S&P Global Ratings.

Los recortes impactan en la tasa de mercado interbancario y, en consecuencia, en las condiciones de los préstamos para los hogares y las empresas. La flexibilización de junio llegó después de una época de encarecimiento sin precedentes del crédito para luchar contra una inflación excepcionalmente elevada.

Esa decisión tomó la delantera respecto a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que debería decidir su primer recorte del año el 18 de septiembre, después de haber elevado el coste del dinero a niveles sin parangón desde 2001.

Informe Draghi

El nuevo recorte de tasas del BCE llega después del anuncio de una revisión a la baja de crecimiento económico en la zona euro en el segundo trimestre, a 0,2%. Pero la preocupación por los déficits presupuestarios podría temperar la amplitud de los recortes.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, pidió a los gobiernos de la eurozona poner en marcha “ahora” reformas para reducir esos déficits. Lagarde instó también a los gobiernos a aplicar las propuestas del informe sobre la economía europea presentado a principios de semana por su predecesor en el cargo, el ex primer ministro italiano el Mario Draghi.

Hace un diagnóstico duro pero, en nuestra opinión, justo, y también apunta a reformas estructurales (...) que podrían ser extremadamente útiles para hacer más fuerte a Europa”, estimó Lagarde sobre el documento en el que se llama a la UE a realizar inversiones masivas.

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Balanza de riesgos

Las declaraciones de Lagarde serán analizadas con lupa para ver hacia dónde se inclina la “balanza de riesgos”, un tema sobre el que “aún no hay consenso” entre los banqueros centrales de la eurozona, declaró a la AFP Gilles Moec, economista jefe de Axa. El debate opone “a quienes se empiezan a preocupar por la desaceleración pronunciada de la demanda”, que justificaría reducir rápidamente el costo de los créditos, y “aquellos que consideran que el repunte del poder adquisitivo, provocado por la desinflación, permitirá sostener el consumo y que por eso no es urgente actuar de manera firme”, explicó.

El BCE mantuvo sus previsiones de inflación en la zona euro: 2,5% en 2024, 2,2% en 2025 y 1,9% en 2026. En cambio recortó ligeramente sus previsiones de crecimiento y pronostica una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,8% este año (una décima menos de lo proyectado en junio), y de 1,3% y el 1,5% en 2025 y 2026 respectivamente. Estas nuevas proyecciones económicas no ayudan a esclarecer dudas.

Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, defendió recientemente una estrategia prudente y progresiva sobre los tipos para evitar un regreso de la inflación. Esto podría animar a la presidenta de la institución a mantener su principio de apoyarse en los datos que se vayan publicando, sin comprometer políticas a largo plazo.

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