En la última década, hemos sido testigos de muchos cambios en las dinámicas que solían regir en el mundo empresarial a nivel global, siendo uno de los más significativos la mayor participación de mujeres en roles ejecutivos y posiciones de liderazgo. Un progreso interesante visto en el contexto nacional, lo que evidencia un mayor reconocimiento del talento femenino en el ámbito laboral.
Estamos avanzando, sin embargo, el camino es largo. La Cámara de Comercio de Lima reportó el año pasado que solo el 26,8% de las empresas peruanas tienen a mujeres en puestos directivos. Por ello, es esencial continuar promoviendo la diversidad y la inclusión en todas las esferas de la sociedad y las organizaciones para seguir avanzando hacia la equidad de género.
Como mujer ejecutiva, he tenido el privilegio de liderar equipos diversos y multidisciplinarios a lo largo de mi carrera, aprendiendo que la diversidad de género en el lugar de trabajo es fundamental.
El interrelacionarnos con personas cuyas miradas son diferentes, nos hace más empáticos, nos permite impulsar la creatividad, la innovación y el éxito empresarial; lo que además repercute fuertemente en el desarrollo económico y social del país.
Debemos entender que el rol de la mujer en el ámbito empresarial va mucho más allá de ocupar un cargo de liderazgo en grandes corporaciones. Esto también contempla la capacidad de las mujeres de desempeñar con éxito liderazgos en medianos o pequeños negocios y de construir y hacer crecer sus propios emprendimientos día a día.
El Ministerio de Producción, al 2022, señalaba que la cantidad de mujeres que lideraban proyectos empresariales representaban el 42,9% del total del tejido empresarial peruano.
Si bien cada emprendedora en nuestro país tiene su propia identidad, regida según su edad, su nivel socioeconómico y su ubicación geográfica, muchas de ellas tienen factores en común, como la perseverancia para sacar adelante sus negocios, la capacidad de resiliencia ante las situaciones cambiantes y la creatividad para resolver y superar los diversos desafíos empresariales que se presentan.
Por ello, es importante que las mujeres emprendedoras tengan acceso a recursos y oportunidades que les permitan desarrollar sus capacidades y hacer crecer sus negocios. Esto incluye acceso a financiamiento, redes de apoyo y programas de capacitación y mentoría que les brinden las herramientas y el conocimiento necesarios para tener éxito en el mundo empresarial.
Lo que se requiere es la presencia de más líderes comprometidos con esta labor, así como políticas y procesos que formalicen este compromiso, cuya finalidad sea reducir los sesgos inconscientes y prejuicios sociales que aún existen, desarrollando una cultura que abrace la igualdad de oportunidades y la no violencia. Es hora de que reconozcamos el importante papel que las mujeres desempeñan en el mundo empresarial y trabajemos juntos para generar los cambios necesarios para un futuro más inclusivo y equitativo para todas.