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Casi al cierre de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) realizadas la semana pasada en Washington, Rodrigo Valdés, director del departamento Occidental del FMI, recibió a El Comercio y a El Economista (México), representado por Yolanda Morales (YM), en su oficina para hablar de la situación económica que enfrentan de ambos países. Para el funcionario, el Perú necesita aplicar medidas que le permitan ajustar 0,4 puntos del PBI para alcanzar la meta fiscal y evitar políticas que reduzcan la base tributaria.

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"Tenemos bastantes incertezas respecto de cuán inflacionario o desinflacionario es el shock en su conjunto. No es muy fácil decir ‘esto es lo que hay que hacer’"
—YM: ¿Cómo deben de responder las economías de América Latina ante esta incertidumbre por los aranceles, sobre todo dado el impacto inflacionario que están teniendo? ¿Podría hacer un acercamiento en su respuesta hacia México, Centroamérica y Perú?
Déjeme partir diciendo que tenemos bastantes incertezas respecto de cuán inflacionario o desinflacionario es el shock en su conjunto. No es muy fácil decir ‘esto es lo que hay que hacer’. En el corto plazo, al menos, es mejor esperar para ver cómo se desenvuelve la economía en el mundo. El shock es complejo, porque los países que recibieron aranceles tienen un choque que hace que la actividad baje. Y en teoría eso debiera producir algo menos de inflación. Y, además, van a tener bienes de otros países, que antes iban a Estados Unidos, disponibles para ellos. Eso también hace que haya una presión a la baja de la inflación. Pero al mismo tiempo, tenemos un problema en los precios de las materias primas que han caído algo, pero podrían caer más. Eso podría depreciar los tipos de cambio, las monedas y producir inflación. También tenemos una reconfiguración de cadenas de valor en el mundo y eso puede ser muy caro, y por lo tanto, generar inflación. Si uno suma todas estas cosas, más la incertidumbre financiera que ya existe, llega a conclusión de que es difícil tener una visión demasiado segura del efecto inflacionario. En nuestras proyecciones de referencia tenemos algo menos de inflación en Latinoamérica.
Respecto de México y Perú específicamente, la verdad es que la situación es algo diferente. En el caso de Perú, la inflación está más cerca de la meta, ha hecho más el trabajo de convergencia y las tasas de interés se han normalizado más. Por lo tanto, tienen una situación, quizá, un poco más simple de administrar que el caso de México, donde la inflación viene de mucho más alto, ha bajado y está dentro del rango meta, pero las tasas son más altas todavía, no se normalizan plenamente. En ambos casos es muy temprano para cambiar la estrategia. Hay que seguir con la estrategia que traían, pero ciertamente los países que tienen política monetaria pueden usarla eventualmente para tratar de amortiguar en algo los efectos de estos shocks.

—MV: En el caso de Perú, ¿preocupa que tal vez estamos en el segundo año en el que no vamos a cumplir con la regla fiscal? Y en el caso de México, ¿su deuda preocupa en general al fondo?
Bueno, no son solo Perú y México donde nuestra visión es que el esfuerzo de consolidación fiscal tiene que cumplirse. Las metas nos parecen correctas y están partiendo de niveles de deuda distintos. Pero aún así, tanto México como Perú, pero también otros países como Chile, Colombia y Brasil, todos tienen desafíos de consolidación fiscal. En el caso de Perú, pensamos que se necesitan medidas de un 0,4 puntos del PBI aproximadamente para lograr llegar a la meta, y nos parece que es muy importante que se busquen y se identifiquen esas medidas. También es importante tratar de resguardar que no se reduzca la base de impuestos a través de políticas que podrían reducirla y que bajarían la recaudación. Todo este esfuerzo hay que hacerlo resguardando espacio fiscal para la inversión, para las políticas sociales. Es un acto de equilibrio bien preciso. La deuda de Perú es de 33 puntos del PBI, es baja, pero igual es importante ver la experiencia de otros países. Si no se toma en serio esto, la deuda puede rápidamente aumentar, los gastos en intereses empiezan a ser más importantes.

En el caso de México es algo diferente, porque México ya tiene un presupuesto bien responsable respecto de las metas. Ahora, hay que implementarlo y eso es lo que está haciendo México. Esperamos una mejora bien relevante del déficit fiscal y pensamos que lo que decidió el Gobierno, que es hacer esta consolidación, es lo correcto.
¿Cómo atacar el corto plazo? Bueno, esta consolidación fiscal justamente le da espacio a la política monetaria para poder hacer más, si es que fuese necesario. A veces uso el ejemplo de manejar un auto usando el freno y el acelerador. Si un pie está acelerando y el otro pie está frenando no es muy bueno. Y eso es un poco lo que vivimos en los últimos dos años en la región. En muchos países teníamos una política fiscal relativamente expansiva y una política monetaria contractiva. Así el auto no funciona perfecto, es mucho mejor levantar el pie del acelerador un poco -eso es la consolidación fiscal-, y también hacer que la política monetaria sea menos restrictiva, levantando el pie del freno.
—YM: Le quiero preguntar sobre la violencia y el crimen en las decisiones de inversión en este momento de desaceleración económica regional, ¿cómo ve a México y Perú?
Este es un problema que está en toda la región, más allá del ciclo económico que estamos viviendo. Es un tema crucial, número uno es las encuestas de opinión en varios países. Como muestra el caso de Ecuador, se puede caer en una dinámica de mucho mayor inseguridad muy fácilmente en poco tiempo, y por lo tanto es urgente poner más atención, más recursos, más inteligencia a esto. Nosotros no somos expertos en seguridad, pero si podemos decir que es un tema que ha llegado a ser macroeconómicamente crítico en toda la región. En algunos países más, en otros un poco menos. Los efectos de si lográramos disminuir, por ejemplo, la tasa de homicidios a los niveles internacionales, eso significa -según nuestros estudios- que los países podrían crecer medio punto más en promedio, por un montón de tiempo, por año. Entonces, es de primer orden y además, cuesta mucho dinero privado y público. El BID tiene buenas investigaciones en esto y, de hecho, hicimos una conferencia juntos precisamente para tratar de entender mejor las consecuencias macroeconómicas de la inseguridad.

—YM: Para precisar, ¿dijo que cuesta medio punto del PBI?
En promedio para la región. Esto no es que se aplique directamente a México o Perú, pero si la región fuese capaz de disminuir la tasa de homicidios del lugar en el que está al promedio mundial, las economías podrían crecer del orden de medio punto más por año por varios años. La región tiene 8% de la población mundial y un tercio de los homicidios del mundo. Es un tema, además, que requiere coordinación entre países. Esto no es tan fácil para hacerlo solos.
—MV: Pasando al tema de crecimiento, más allá de Argentina que tiene un caso muy particular -crecerá 5% este año-, ¿qué puede apuntalar el crecimiento para Perú y para México?
Lo primero es que en momentos en el que el ciclo mundial es malo, negativo, hay que preocuparse de no exacerbarlo. Eso quiere decir, mantener cierta estabilidad para no disminuir el crecimiento más de lo estrictamente necesario. Una vez salvado eso, hay que buscar medidas para tratar de afianzar el crecimiento. Pero, lo primero es no empeorar las cosas que naturalmente se han complicado por lo que está pasando internacionalmente.
Este shock parece ser -porque tenemos mucha incertidumbre-, no muy fácil de manejar desde el punto de vista macroeconómico de corto plazo. Es, más bien, una oportunidad para hacer cambios estructurales en las economías, reformas de distinto tipo en el mercado laboral, en el mercado financiero, en tema de regulaciones medioambientales y de comunidades, para que la inversión privada pueda repuntar más rápido. Es un momento en el que la política debiera ver esto como algo que una y que diga ‘es la oportunidad de hacer cosas que en tiempos normales no haríamos’. En los países hay muchos temas regulatorios y de permisos, que pueden mejorarse. Y un último tema, el comercio. La integración regional es muy baja para lo que podría ser, y si tuviéramos la integración que nos corresponde, que es como 50% más de comercio intrarregional -si tuviéramos la infraestructura y la burocracia de los países que están de verdad más integrados-, el comercio sería significativamente mayor y el nivel de PBI también, y puede ser 30% más de comercio, siete puntos más de actividad.
—MV: Y entonces, ¿qué no hacer?
Tomar riesgos fiscales y financieros que al final del día pueden hacer que terminemos peor. Por ejemplo, no aventurarse en cambios de política monetaria agresivos a no ser que uno esté relativamente seguro de que la inflación va más a la baja. Estos son ejemplos de qué no hacer.

—YM: El FMI mencionó que había un cambio de era. ¿Esto significa que debemos adaptarnos al fin del comercio libre? Y, ¿qué pasó con el ‘nearshoring’?
Es muy pronto concluir que hay que adaptarse al mundo sin comercio, pero es cierto que hay más dificultades en lo comercial y por lo tanto es probable que no volvamos a un nivel de globalización como el que vivimos en las últimas par de décadas. Hay que buscar alternativas. Una alternativa es justamente el comercio intrarregional, que como decía antes, es muy bajo para lo que podríamos tener. También hay que buscar acercarse a hacer pactos con otros países para poder facilitar o disminuir las barreras que han comenzado a aplicarse. México está en una negociación muy importante con Estados Unidos y puede puede terminar en una situación muy positiva para a su comercio. Esperemos que eso avance.
—MV: Más allá del del impacto de las tarifas, ¿cómo quedan las relaciones entre Estados Unidos y China con países como México y Perú?
Individualmente esa es una pregunta difícil. Lo que podría decir es que desde la perspectiva del Fondo Monetario, lo que queremos es que haya el mayor nivel de acuerdo posible y lo antes posible. Es importante reconocer que se ha generado un nivel de incertidumbre que es dañino para la economía y por lo tanto es importante, como ha dicho, la manera de interactuar, tratar de converger pronto en acuerdos para dejar atrás esta incertidumbre.










