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Del ‘boom’ a la caída: inversión en exploración de hidrocarburos en el 2024 es apenas una fracción de lo que fue en el 2014
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El Gobierno proyecta que el sector hidrocarburos será uno de los motores de la economía en 2026. Según el Marco Macroeconómico Multianua (MMM), crecerá 3% gracias a más producción de crudo y nuevos proyectos de gas. Pero advierte que el repunte solo será sostenible si se atrae inversión en exploración y se reponen reservas.
En esa línea, la reciente entrada de Chevron ha sido recibida como una señal de confianza. La petrolera se incorporó a los contratos de los bloques ‘offshore’ frente a La Libertad, la apuesta exploratoria marina más importante de los últimos años.
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El presente, sin embargo, es menos alentador. En 2024 apenas se produjo cerca de 40 mil barriles diarios de petróleo, muy por debajo de los más de 100 mil en los noventa. Hoy más del 70% del crudo que se refina, se importa. Además, en cuanto a gas natural, el índice de reposición, durante los últimos años, ha sido negativo: se consume más gas del que se repone, cayendo las reservas a 7,9 TCF.
Falta de exploración, un factor clave
En 2024 se perforaron a penas dos pozos exploratorios, frente a 17 en 2013. En dos décadas Perú sumó solo 112 pozos, mientras Colombia llegó a 1.288. El problema no es solo la falta de inversión: un permiso ambiental puede tardar entre dos a cuatro años y pasar por múltiples entidades. A esto se suma la debilidad institucional de Perupetro, que opera con escasa autonomía para atraer inversión.

En el caso del gas natural, superar estas trabas es clave para no depender exclusivamente de Camisea, cuyas reservas alcanzarían solo hasta el 2040; aunque, paradójicamente, cerca de 300 millones de pies cúbicos diarios se reinyectan por falta de demanda. El MMM advierte que expandir la infraestructura de distribución será decisivo para crear mercado interno y aprovechar plenamente los lotes en desarrollo.
La llegada de empresas como Chevron envía un mensaje de confianza energética en el Perú. Para consolidar esa visión y atraer más inversionistas, el país debe resolver los distintos cuellos de botella que han frenado el sector. Desde Videnza Instituto se ha publicado un informe con medidas específicas para el corto y mediano plazo. Entre ellas destacan dos reformas urgentes.

La primera es un shock regulatorio frente a la tramitología, creando una ventanilla única, y alineando funciones y plazos tomando como referencia las mejores prácticas del sector minero y las iniciativas desregulatorias del MEF. La segunda es la reforma del marco regulatorio del gas natural, hoy percibido como sancionador e impredecible. Se requiere un marco técnico y estable que incentive inversiones en ductos, gasoductos virtuales y gas natural licuado (GNL) a pequeña escala, acompañado de un sistema sancionador más proporcional.
Estas son solo dos propuestas de un conjunto de más de veinte medidas específicas necesarias para la reactivación del sector ‘upstream’ – exploración y explotación – de petróleo y gas en el Perú. El país cuenta con recursos relevantes, una ubicación estratégica y experiencia técnica comprobada. Así, no se puede permitir prolongar la parálisis que ha caracterizado al sector en los últimos años. Se necesita decisión política, coordinación interinstitucional y voluntad de reforma.
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