La presidenta Dina Boluarte puso a prueba el grado de atención de la ciudadanía peruana con un mensaje patrio de 74 páginas y tres horas de duración, donde habló mucho sobre inseguridad ciudadana, masificación del gas natural y construcción de infraestructura, pero casi nada sobre el sector minero, el gran ausente de su discurso.
De hecho, la mandataria solo dedicó seis líneas a la actividad minera, sin reparar en que esta representa “la solución más a la mano para reactivar la economía”, resalta Rómulo Mucho, ex vice-ministro de Minas.
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Esto, debido a que la minería “trae dinero fresco y grande para añadir 0,1, 0,2 o 0,3 puntos porcentuales al PBI”, dependiendo “del tamaño del proyecto que desarrolle”, explica el ingeniero de minas.
Por el contrario, la presidenta no mencionó en su discurso “un solo proyecto minero en desarrollo, ni tampoco cómo hacer para que se encaminen los pocos que ya cuentan con permisos”, anota Carlos Gálvez, ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
“Desde mi punto de vista fue un mensaje decepcionante porque (la mandataria) presentó una lista de lavandería sin un hilo conductor. No se vio ninguna una estrategia ni un quehacer o un actuar”, comenta el ex líder gremial.
OLVIDOS PRESIDENCIALES
Esta decepción se hizo patente en las poquísimas menciones que la presidenta hizo del sector minero, como cuando se refirió al aliento dado por su gobierno a la actividad exploratoria.
“Entre enero y el 30 de junio del presente año, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha otorgado certificaciones ambientales para 27 proyectos de exploración minera, los que representan un monto total de inversión de más de US$316 millones”, dijo la mandataria.
Para Carlos Gálvez se trata de un triste consuelo, pues las estadísticas indican que solo una de cada 1.000 exploraciones mineras se convierte en un proyecto con todas las de la ley.
Es más, Miguel Cardozo, presidente de PERUMIN36, contrapone los US$316 millones ‘viabilizados’ por el Minem, con la cartera de US$53 mil millones en proyectos mineros avanzados que “no fueron mencionados” y que podrían contribuir con reducir la pobreza “en 14 puntos porcentuales y sacar al país del subdesarrollo en los próximos años”.
“No sabemos por qué la minería apenas fue referida en el discurso de la Presidenta de la República, sobre todo, considerando los aportes de este sector al sostenimiento y crecimiento del PBI nacional y su importante contribución tributaria”, refiere el geólogo minero.
Ivan Arenas, experto en conflictos sociales, arguye que este olvido de la minería en el mensaje presidencial obedece, no solo a que el Gobierno adolece de logros qué mostrar, sino también a un cálculo político suyo.
Esto es, a un afán de no soliviantar a la población en el entendimiento errado de que todos los conflictos sociales se originan en demandas sociales o ambientales legítimas, cuando lo cierto es que “muchos son originados por gente experta en generar conflictos”.
PROPUESTAS DE CAMBIO
“La presidenta habló poco sobre minería porque hay un visión poco realista o sesgada (por parte de la Defensoría del Pueblo y la PCM) en torno los conflictos alrededor de la minería moderna. Dina Boluarte se dejó llevar por ese mal diagnóstico y, al final, prefirió omitir un tema sumamente importante”, señala Arenas.
A su entender, el Gobierno debe apostar a fondo y sin medias tintas por la minería moderna, reduciendo las demoras en el otorgamiento de los permisos ambientales y definiendo que hacer con Tía María y los proyectos mineros de Cajamarca, que están paralizados.
En esa misma línea, Cardozo advierte que es necesario definir acciones concretas para el impulso de estos y otros proyectos mineros de gran envergadura, los cuales, “lamentablemente, vienen siendo postergados”.
Agrega que a ello se debe sumar una buena gestión social, con “un rol activo del Estado en el diálogo y la concertación, a fin de evitar conflictos”, y también la determinación de luchar frontalmente contra minería ilegal, la cual “continúa ganando terreno en la zona amazónica, en Puno y en la costa norte del Perú”, como consecuencia de la desatención mostrada por el gobierno de Pedro Castillo.
En opinión de Rómulo Mucho, todo esto tiene que hacerse con carácter de urgencia pues el mundo va a necesitar más metales (cobre, litio, zinc y otros) para conducir a buen puerto la transición energética.
Esto significa, enfatiza, que la minería “va a jugar un rol más importante del que hoy está jugando”, y que el Perú tiene que prepararse para eso.
“Esto es algo sobre lo cual no dijo nada la presidenta; pero lo cierto es que contar con recursos minerales va a ser, hoy más que nunca, una bendición”, apunta.