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Perú tendría que importar gas natural en 10 a 12 años más, ¿por qué y qué efectos tendrá en las tarifas domiciliarias de gas y electricidad?
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El Estado peruano está abocado a masificar el gas natural de Camisea con ambiciosas iniciativas como el proyecto Siete Regiones, el cual busca llevar este asequible energético a 14 ciudades de la sierra central por un horizonte de varias décadas.
¿Pero qué dirán los habitantes de esas localidades si un día encuentran que el precio de ese anhelado gas se ha duplicado y hasta triplicado y que, incluso, enfrentan restricciones en su suministro?
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Esa visión, que hoy oscurece el futuro de Bolivia, se podría materializar al cabo de diez o doce años en el Perú como consecuencia del creciente agotamiento de nuestras reservas de gas natural debido a la falta de exploración y la escasez de nuevos descubrimientos, apunta Álvaro Ríos, socio fundador de la consultora Gas Energy Latinoamérica (GELA).
“El gas natural está comenzando a entrar a una zona roja porque no hay actividad exploratoria, y eso puede traer fuertes impactos a todo nivel”, explica el especialista en hidrocarburos.
Así, Gela pronostica que el Perú se enfrenta a la posibilidad de tener que importar gas natural (más caro que el peruano) en unos diez o doce años más, lo que acarreará el incremento de los precios de la energía eléctrica y las tarifas domiciliarias de gas en 100% y hasta 200%.
Esto, siempre y cuando “no se haga algo para promover la exploración” y reponer reservas. Es decir, si se mantiene la situación actual, remarca Luis Fernández, socio director de GELA.

Y es que el Perú no ha realizado un solo nuevo descubrimiento importante de gas natural desde el 2013, manifiesta Luis Bianchi, ex gerente de exploraciones de Perú-Petro.
Las estadísticas de inversión en exploración son elocuentes. Perú-Petro reporta una reducción de 93% en este ítem, desde los US$502 millones asignados en el 2014 hasta los escasos US$38 millones invertidos en el 2024.
Consecuencia directa de esto es el desplome de las reservas probadas de gas natural, desde 12,9 TCF (trillones de pies cúbicos diario) en el 2017 hasta 7,9 TCF en el 2023. Esto es, una caída de 39% en seis años.
¿Por qué no se explora por gas en el Perú?
PRECIOS DE LA ENERGÍA
Un factor determinante es la tramitología/burocracia, que estira los plazos de desarrollo de un proyecto por hasta 15 o 20 años. A ello se agregan los candados ambientales (implementación de áreas naturales) y los conflictos sociales, siempre latentes.
Todo esto ocasiona que en la actualidad no haya ningún proyecto de exploración de gas natural en desarrollo, particularmente en el lote 88 de Camisea, comprometido para el mercado peruano con un precio estabilizado en el tiempo (alrededor de US$2 por millón de BTU en boca de pozo).

Hablamos del yacimiento de gas que apuntala la masificación del gas natural en toda la costa peruana (con excepción de Piura, que tiene yacimientos propios).
La expectativa del gobierno es que este mismo beneficio se traslade a la sierra centro-sur con el proyecto Siete Regiones, a cargo de Cálidda, empresa que se ha comprometido a implementar una tarifa de gas natural igual a la de Lima, la más barata del país.
De acuerdo a proyecciones de GELA, sin embargo, esto solo sería posible hasta el 2038, fecha a partir de la cual tendríamos que recurrir a importar gas natural, más caro que el de Camisea.
Resultado inmediato de esto será que las tarifas domiciliarias de gas se duplicarán desde US$9,2 por millón de BTU hasta US$15,45 o US$20,45 por millón de BTU.
Del mismo modo, GELA calcula que el costo de la generación eléctrica (el 40% se produce con gas natural) se quintuplicaría, de US$20 el megawatt hora (MWh) a US$103 o US$145 MWh.
A la par, calcula que el Fondo Camisea, que hoy beneficia a las regiones Ayacucho, Huancavelica, Ica, Ucayali y Lima provincias, se reducirá un 67% entre 2025 y 2026 debido a la menor exportación y regalías de gas natural.

GRANDES PROYECTOS
Pero eso no es lo peor de todo. GELA asevera que esta carencia futura de gas natural perjudica la sostenibilidad de proyectos de inversión relevantes como Siete Regiones y el nuevo gasoducto entre Ica y Arequipa, propuesto por TGP.
Se trata de infraestructuras que, en teoría, deberían durar por los próximos 30 o 40 años, pero que terminarían siendo innecesarias al cabo de diez o doce años por falta de gas.
“Esos proyectos no se van a desarrollar con el nivel de reservas actuales, ni tampoco la petroquímica. Hay que explorar porque a partir del 2038 el gas no alcanzará para todas las necesidades”, anota Álvaro Ríos.
Es el caso del suministro de gas natural vehicular (GNV) para los taxis, buses y camiones de carga.
GELA calcula que el precio de este combustible, el segundo más usado en el transporte después del diesel, se duplicará y hasta triplicará.
“La falta de exploración por gas va a limitar la capacidad futura del Perú para garantizar su abastecimiento, y esto es muy grave porque generará muchos conflictos, un alto costo político y malestar para la población, como en Bolivia”, advierte Mayra Carvajal, analista de energía en GELA.
Por ello, GELA urge poner en la agenda nacional, de manera urgente, la exploración de hidrocarburos.
Este Diario se puso en contacto con el Ministerio de Energía y Minas para conocer su apreciación sobre este tema pero no obtuvimos respuesta.
El uso del gas natural es importante para la economía nacional y la transición energética y acorde al último boletín de Osinergmin 2025 contamos con 17 años de autonomía del Lote 88 para el mercado local. Teniendo en cuenta que a la fecha no se han generado nuevos proyectos que generen una nueva demanda significativa de gas natural, como por ejemplo la petroquímica y llevar gas natural para el nodo energético, nos da un tiempo prudencial para impulsar actividades de exploración en hidrocarburos con el objetivo de reponer las reservas actuales tanto de gas natural y petróleo.
Erick García, exdirector general de hidrocarburos del Minem









