“Al pie de las hambres”: el comentario de José Carlos Yrigoyen a la novela de Orlando Quevedo

“Al pie de las hambres” tiene como protagonista a Remigio, un hombre casi completamente discapacitado, postrado en una silla de ruedas y que vende caramelos en una de las arterias más populosas de la ciudad. Su familia se sumerge en un espiral de remembranzas y recriminaciones cuando la madre anuncia, muy decidida, que se va a matar y para ello ha organizado puntillosamente su velorio. Este acto, toda una declaración de principios ante la adversidad económica y la imposibilidad de derrotar a un sistema deshumanizador, ocurre a la par de un aniego de desagüe que inunda calles, casas y cementerios, cubriendo todo de pestilencia y mugre; un aniego alegórico en cuanto evoca la podredumbre moral de un orden atroz.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Gisella Salmón selecciona notas exclusivas con un enfoque especializado, cada lunes.

Recíbelo

Quevedo cuenta estas cosas a través de un discurso poético cuidado y con tramos de brillante ejecución. Que los espacios donde cunde la abyección y la pobreza extrema sean narrados a través de una clave lírica no es algo novedoso en absoluto –desde Genet hasta Reynoso sobran los ejemplos–, pero sí me parece muy singular el tono sofrenado y acompasado, de imágenes tenues e inquietantes, que salva a la historia de cualquier caída en lo tremebundo o miserabilista, pese a que los hechos que se repasan son siempre terribles, de extrema crueldad o de una sordidez insoportable.

La novela consigue sus momentos más altos cuando esta dicción poética se eslabona a un registro de matices periodísticos y funerarios en los que se cuentan las múltiples historias de los suicidios en el barrio popular donde Remigio y los suyos dialogan, cenan y duermen con la muerte. Porque esta novela encara el tema de la finitud por mano propia con un coraje y un conocimiento del miedo y la serena aceptación de nuestro destino mortal que se traduce en párrafos enteros de reflexiones que nos sobrecogen por su agudeza fría, por su ausencia de compasión ante nuestra circunstancia. Lo mismo sucede con los personajes que encarnan esas situaciones, retratos psicológicos plenos de rugosidades y penumbras emocionales. Todo esto basta para decir que a) “Al pie de las hambres” es una de las mejores del año junto a “El jardín en el desierto”, de Grecia Cáceres, y “Una maravillosa manera de aniquilar esto”, de Giacomo Roncagliolo, y b) Orlando Quevedo es un escritor al que debemos tomarnos en serio. Se lo ha ganado a pulso.

“Al pie de las hambres”

Autor: Orlando Quevedo

Editorial: Colmillo Blanco 

Año: 2024

Páginas: 130

Relación con el autor: ninguna

Calificación: 4/5