
Escucha la noticia
Esther Cruces: “El archivo de Indias es mejor conocido en Iberoamérica que en la propia España”
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Difícil imaginar una institución española que resulte mejor puente con América Latina. Un tránsito de ida y vuelta por la historia de la península y los antiguos territorios de ultramar. Por ello, ser directora del Archivo General de Indias es, sin duda, un privilegio para cualquier funcionaria del cuerpo facultativo de archiveros del Estado español. Y especialmente en este año que termina, cuando La institución ha celebrado 240 años de existencia. Para Esther Cruces, que la semana en que ofrece esta entrevista, en el contexto del reciente Hay Festival de Arequipa, fue también la de su jubilación oficial, haberlo representado es el final de una larga carrera administrativa: “¡He dirigido archivos desde que tenía 23 años!”, dice feliz. Ella sabe que, como institución archivística, la suya es la más conocida en el mundo iberoamericano. Y confiesa: “¡Creo que es mejor conocida en Iberoamérica que en la propia España!”.
MIRA: El manuscrito de una amistad
- ¿Y por qué sucede esto? ¿Tiene que ver con el olvido de España de su propio pasado como imperio colonial?
Me lo he preguntado muchas veces. Y cuando he visitado algún país americano, incluso Estados Unidos, donde ahora se vive una efervescencia por investigar en el pasado hispano, me cuentan que se habla del Archivo General de Indias desde los cursos de historia en la escuela primaria. En España, sin embargo, en los programas curriculares de nuestros hijos e hijas, no aparece el archivo de Indias ni ningún otro. Es una carencia.
- Es por ello que no faltan los turistas españoles que llegan al Cusco y se sorprenden al ver que haya influencia española en la ciudad...
Por desgracia, es así. En América y Filipinas hay un conocimiento más amplio de la historia, a lo mejor cargado también de otras cuestiones. Todos hemos pertenecido a una enorme comunidad durante tres siglos.

- ¿Es el Archivo de Indias en Sevilla el lugar donde todo historiador debería ir?
Los archivos son siempre complementarios. El Archivo General de Indias surgió para que fuera la entidad archivística que englobara la documentación sobre la administración indiana. Pero el Archivo General de Simancas, de la corona de Castilla, resulta imprescindible para estudiar los siglos XIV, XV, XVI y XVII. Para los siglos posteriores está el Archivo Histórico Nacional. Y además no olvidaría al Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares, cerca de Madrid. Ahí está toda la documentación del siglo XIX y del XX, con referencias importantísimas a toda América, incluido los exilios de los españoles en distintas épocas.
- En el Archivo General de Indias pueden verse los bustos de los historiadores peruanos Raúl Porras y Guillermo Lohmann Villena. ¿Qué me puedes decir del vínculo entre la institución y la academia peruana?
Ciertamente, el Archivo General de Indias tiene una galería de bustos de insignes historiadores, donados por distintas entidades. Porras y Lohmann fueron investigadores fundamentales para Perú, e hicieron de intermediarios entre los gobiernos para buscar la documentación necesaria para el nacimiento de nuevas entidades políticas. Las primeras búsquedas que hacían eran de carácter administrativo, para luego dejar un legado historiográfico muy relevante. En la actualidad, sigue habiendo muchos historiadores procedentes del Perú, y a la inversa. Hay muchos profesores de universidades españolas interesados en investigar el virreinato del Perú así como la República peruana temprana, en los primeros años de cambio.

- ¿Vistas las consultas actuales al archivo, por dónde van los intereses de los historiadores actuales en América Latina?
Evidentemente, hay cambios y tendencias en los intereses historiográficos. Yo percibo, no solo por las consultas que se hacen en el archivo, sino por lo que puedo leer, que vivimos un momento de revisión en todas las partes, de replanteamiento de aquello que nos ha contado una historiografía basada en el siglo XIX. El documento es el mismo, lo que cambia son las preguntas que los historiadores se hacen. Y no me gusta hablar solo de historiadores. Al archivo se acercan investigadores de otras materias: juristas, historiadores del derecho, geógrafos, incluso científicos del clima. De ahí vienen justamente las nuevas perspectivas de las que hablamos.
- Recuerdo cuando en los ideologizados años 80, en la universidad, la palabra “revisionista” era un insulto.
Yo también lo recuerdo. Pero revisar significa releer, reinterpretar, analizar con otras perspectivas. Hoy, las tecnologías que disponemos nos permiten consultas más rápida y más fáciles de la documentación. ¿Por qué no revisar, entonces?

- Hablando de tecnología, el Archivo General de Indias fue pionero en digitalizar sus archivos desde 1986. ¿Cuándo muchos documentos están disponibles en línea, deja de ser imprescindible para un investigador ir a Sevilla?
Efectivamente, el proyecto de digitalización del archivo fue pionero y rompió con la manera tradicional de entender el acceso a los documentos. Hoy, en la web el usuario puede consultar la documentación a veces con el documento digital, o con solo la información. Creo que ese es el primer paso: buscar qué documento se requiere para la investigación. Pero cuando uno profundiza en un tema, es fundamental consultar los archivos. De otra forma, corremos el riesgo de caer en lo que llamamos “el efecto Google”. Si tú te quedas solo con lo que está en Google, todo lo que encuentres será parcial. Para una investigación sólida, hay que visitar varios archivos, ir a las fuentes.
- Algo que está transformando la gestión de los archivos y el aprovechamiento de los usuarios es la aplicación de la IA a la gestión de la documentación escaneada. ¿La IA podría paleografiar un documento del s. XVI?
Distintas empresas y universidades, como la Universidad Politécnica de Valencia en el caso español, llevan tiempo intentándolo. Para documentos con una escritura normalizada es algo muy fácil. El problema se presenta con la documentación de los siglos XVI, XVII y XVIII, en los que se escribía de otra manera. Por eso las máquinas tienen que saber paleografía (descifrar, leer y transcribir documentos antiguos cuya escritura resulta difícil de entender para un lector moderno). Esa lectura de la inteligencia artificial es un reto muy actual y en eso estamos embarcados. Estoy segura que se conseguirá. Sin embargo, te digo algo: yo siempre revisaría el documento original.
- Otro reto es crear motores de búsqueda a través de la documentación escaneada…
Sí. Ya en el portal de archivos españoles se está intentando esto con determinada series de documentos, aplicando la inteligencia artificial.
- Entre los tesoros que resguarda el archivo están las cartas de Tupac Amaru II, parte de ellas publicadas, las cuales han refrescado lo que sabíamos de su revolución en el Cusco de 1770. ¿Crees que podrán encontrarse, en otros archivos complementarios, las cartas faltantes?
Los archivos siempre dan sorpresas. Pero eso no quiere decir que siempre aparezcan nuevas cosas. Esto no es la búsqueda de Santo Grial. Hay griales ya encontrados, y los que no, pues no van a aparecer. Pero siempre hay referencias, a lo mejor transcripciones de documentos en textos posteriores. De ahí que sea necesario tener paciencia en este tipo de investigaciones. Nunca está nada cerrado ni dicho.
- Lima cumplirá 500 años en 2035. ¿Podemos pensar en algún plan para celebrar el aniversario de su fundación española con nueva información procedente del archivo?
Yo empezaría al revés: el aniversario de Lima debe ser una gran oportunidad para que en el Perú se conozca y se cuide el Archivo General de la Nación, así como los archivos regionales, tan importantes, y que son patrimonio de todos los peruanos. Por otro lado, el acercamiento con nuestra institución existirá siempre. Y es verdad que estas celebraciones, como ha sucedido con otras ciudades americanas que han cumplido 500 años, favorecen la firma de convenios con el Ministerio de Cultura español. Todas estas conmemoraciones históricas son excusas para iniciar proyectos.
El archivo General de Indias se funda en 1785, por decreto del rey Carlos III, con el objeto de reunir en un solo lugar la documentación relativa a los territorios de ultramar. Los primeros documentos llegaron a la Casa Lonja de Sevilla en octubre de 1785, fecha usada para situar su fundación efectiva.










