La segunda vuelta se puede reducir a la batalla de dos candidatos por convencer a los que votaron en blanco o nulo, o a los que votaron por otros candidatos durante la primera vuelta. En este proceso electoral, el margen que tienen Pedro Castillo (Perú Libre) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular) es mayor debido al bajo nivel de votación que lograron en las urnas el pasado 11 de abril.
MIRA: El bolsón de electores indecisos en juego: un análisis sobre las chances de Castillo y Fujimori
En los últimos tres procesos electorales, la cifra de los votos en blanco y nulos se redujo para la segunda vuelta [ver infografía], aunque no pasó lo mismo con el ausentismo. Para la actual contienda, tenemos las mayores cifras de blancos y nulos (18,66%) y ausentimo (29,95%) de los últimos veinte años. Esto representa importantes cifras de electores a los cuales se podría convencer para decidirse por una opción o para asistir a votar.
—Credibilidad—
Alfredo Torres, presidente de Ipsos Perú, explica que en la segunda vuelta la elección es por el mal menor y resulta más sencillo –respecto a la primera vuelta– porque se trata de solo dos opciones.
“Pero tienen que pasar varias semanas para que logren convencer al electorado, ya sea al indeciso o a los que eligieron otra opción en primera vuelta. En esta etapa vienen las disculpas, que tienen que ser creíbles porque la gente no cree en políticos; o moverse hacia el centro, pero de manera coherente para que sea creíble”, indica.
Para el politólogo José Incio, el bloque de indecisos que puede cambiar su voto es mucho más grande que en otras elecciones. Según sostiene, un tipo de votante efectivamente no sabe por quién votar. Mientras, otros se han alineado a una candidatura, pero no es algo definitivo.
“Es obvio que el que votó por Avanza País y Renovación Popular es más cercano a Keiko Fujimori que a Pedro Castillo, pero el resto está en un limbo y está buscando recoger señales que ninguno de los dos candidatos está dando”, apunta Incio.
En cuestión de credibilidad, Incio alega que Fujimori tiene mayor desventaja frente a los indecisos, puesto que el recuerdo de la mala gestión de su partido en el Congreso es reciente. Hasta el 2016, la candidata de Fuerza Popular podía alegar que los errores provenían del fujimorismo de su padre, pero desde el 2017, los errores salieron de su cantera.
“La primera señal debe ser creíble. Pedro Castillo tiene una gran incertidumbre alrededor de su equipo técnico, pero el indeciso voltea hacia Keiko y ve a Jorge Baca Campodónico o Carmen Lozada, y no ve cambios”, dice Incio.
—Debilidad—
Torres e Incio coinciden en señalar que se está repitiendo el escenario que enfrentaron los candidatos Yonhy Lescano (Acción Popular), Hernando de Soto (Avanza País) y Rafael López Aliaga (Renovación Popular) en primera vuelta. Una vez que los reflectores están sobre ellos, se empiezan a revelar sus principales debilidades.
“Lo vimos en la primera vuelta con candidatos que iban primeros o subían. Reciben ataques, se hacen más visibles y pierden liderazgo”, indica Torres.
En esa línea, Incio cree que los mensajes que emitan los candidatos en estas semanas deberían estar pensados en convencer a los indecisos, pues apuntar al público que ya está decidido solo logra un efecto negativo. “El mensaje de Keiko, por ejemplo, es para los convencidos y polariza más. El convencido tiende a polarizar más y eso genera mayor resistencia”, refiere.
El politólogo Arturo Maldonado considera que, a diferencia de procesos anteriores, los debates electorales podrían tener un efecto grande sobre los indecisos. “Sobre todo si se centran en los asuntos más urgentes para el ciudadano como la pandemia, la vacunación y la reactivación económica. El debate evita en cierto sentido la campaña negativa y trata de que presenten ideas y, en alguna medida, debatan entre ellos. Puede ser de ayuda para los indecisos”, afirma el socio de la consultora política 50+1.
Este espacio, según Maldonado, significa posibilidades no solo para convencer a los indecisos, sino para ganar votos del candidato contrario.
—Los otros de la primera vuelta y su nula capacidad de endose—
Pedro Castillo y Keiko Fujimori sostienen reuniones con excandidatos y líderes de los principales políticos en busca de sus respectivos respaldos. Sin embargo, los analistas consultados coinciden en que no existe capacidad de endose de votos.
El politólogo Arturo Maldonado considera que los candidatos de la primera vuelta sobreestiman la capacidad que tienen, y por eso vimos casos como el de Hernando de Soto. Mientras este aún no toma una postura, los miembros de su bancada ya anunciaron que votarán a favor de Keiko Fujimori.
“En Juntos por el Perú hay un intento de hablarles a sus electores para dirigirlos a una posición antifujimorista, pero creo que es una sobreestimación de su capacidad de endose”, dice.
Para José Incio, los partidos tampoco cuentan con capacidad de movilización. “Él único que podría ayudar en algo, por su estructura orgánica y de movilización, es Alianza para el Progreso. Puede gustarnos o no, pero ha mostrado un aparato partidario”, sostiene.
Añade que otros partidos de centro, como el Partido Morado, pueden dar un “empujón”. “Son líderes responsables para las zonas urbanas, podría tener un efecto más psicológico para los indecisos”, dice.
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