
Cuando un bebé comienza a desplazarse por primera vez, supone un momento importante para todo padre. Sin duda, esa primera señal de independencia que impulsa al bebé a explorar el mundo a su alrededor, suele traer emoción y mucho orgullo. Sin embargo, en la actualidad, cada vez más bebés parecen “saltar” la etapa del gateo, pasando directamente a ponerse de pie y dar sus primeros pasos. Aunque para algunos padres esto pueda parecer un avance positivo y un signo de desarrollo rápido, ¿qué sucede cuando un bebé no gatea? ¿Realmente importa esta fase o es solo un paso más en la evolución motriz del niño?
Lo cierto es que el gateo no es solo un medio de transporte temporal antes de caminar, sino una etapa crucial en el desarrollo del bebé, la cual va mucho más allá del movimiento físico. No obstante, en un mundo donde los dispositivos como andadores y saltarines son cada vez más comunes y donde los padres muchas veces sienten la presión de que sus hijos alcancen los hitos del desarrollo lo antes posible, es importante reflexionar sobre los beneficios que se pierden cuando un bebé no gatea.
¿Por qué es tan importante el gateo en el desarrollo de los bebés?
Según explicó la doctora Martha Jaimes, pediatra de SANNA Clínica San Borja a Hogar y Familia, el gateo es una etapa fundamental en el desarrollo de los bebés, ya que no solo les permite desplazarse y explorar su entorno de manera independente, sino que también fortalece los músculos de los brazos, piernas, hombros, espalda y cuello, preparándolos para ponerse de pie y caminar. Además, contribuye al desarrollo del sistema vestibular, que regula el equilibrio, y del sistema propioceptivo, que ayuda al bebé a percibir la posición de su cuerpo en el espacio y a coordinar mejor sus movimientos.
A nivel neurológico, el pediatra Matthew Badgett, de Cleveland Clinic, señaló que el gateo juega un papel clave en la coordinación entre ambos hemisferios cerebrales. Este movimiento cruzado de brazos y piernas fortalece el cuerpo calloso, la estructura encargada de conectar ambos hemisferios, lo que es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas como la lectura, la escritura y la resolución de problemas en el futuro.
“El gateo ayuda a los bebés a desarrollar la visión binocular (uso coordinado de ambos ojos) y la percepción de profundidad. Al moverse, los pequeños aprenden a calcular distancias y a orientarse en su entorno, lo que mejora su capacidad para desplazarse con seguridad y fortalece su comprensión del espacio y las relaciones espaciales, habilidades que serán clave en su aprendizaje futuro”.

¿A qué edad debería un bebé comenzar a gatear?
El gateo es una etapa dentro del desarrollo psicomotor del bebé, que generalmente ocurre entre los 6 y 10 meses de edad. Sin embargo, Erik Olivera, pediatra de la Clínica Ricardo Palma, subrayó que algunos bebés pueden empezar a hacerlo antes, después o incluso saltarse esta fase y pasar directamente a la marcha.

Antes de gatear, el bebé debe desarrollar ciertas habilidades motoras previas. Uno de los primeros hitos es el sostén cefálico, que se logra entre los 2 y 3 meses de vida. Durante esta etapa, el bebé adquiere la capacidad de levantar y girar la cabeza, lo que fortalece la musculatura del cuello y la parte superior del cuerpo.
Luego, el bebé avanza hacia el sostén del tórax, que implica la capacidad de levantar el pecho mientras está boca abajo, apoyándose en los antebrazos. Este paso es fundamental para el desarrollo de la fuerza en el tronco y los brazos.
“Otro hito clave en este proceso es la capacidad de rodar y darse la vuelta, que suele desarrollarse entre los 4 y 6 meses. Este movimiento no solo fortalece la musculatura del tronco, sino que también mejora la coordinación y el equilibrio, facilitando la transición hacia el desplazamiento autónomo. Por último, el bebé debe alcanzar la capacidad de sentarse sin apoyo, lo que ocurre alrededor de los 6 meses. Esta habilidad indica un buen control del tronco y una mayor estabilidad, que les permitirá adoptar posiciones necesarias para el gateo”, añadió el doctor Olivera.
¿Cómo debe ser el patrón de gateo ideal?
De acuerdo con Silvana Rubio, pediatra de SANNA Centro Clínico La Molina, no existe un patrón ideal de gateo en los bebés, sino diversas maneras que varían según su desarrollo motor, ya que el gateo se define como la movilización autónoma del bebé sin importar la forma específica que adopte.
Por su parte, Martha Jaimes detalló algunos patrones comunes, como el gateo estándar, que implica el uso coordinado de brazos y piernas, en donde se mueve de manera alterna, es decir, brazo derecho con pierna izquierda y viceversa. También está el gateo de oso, en el que se apoya sobre sus manos y pies sin tocar el suelo con las rodillas, así como el arrastre, en el que se desliza rampando sobre el vientre. De igual manera, pueden realizar un gateo sentado y de remo, donde el bebé se impulsa con una pierna mientras la otra permanece estirada.
“Otro gateo común es el de tipo cangrejo, en el que el bebé se desplaza hacia los lados o hacia atrás para ganar estabilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas variaciones pueden ser transitorias antes de adoptar el patrón cruzado tradicional”, sostuvo el pediatra de la Clínica Ricardo Palma.
¿Qué factores pueden influir en el gateo?
El tipo de superficie
El doctor Badgett precisó que una superficie firme y plana, pero cómoda como una alfombra delgada o un tapete de goma, es ideal, ya que le permite al bebé impulsarse con facilidad. En contraste, superficies demasiado blandas, como colchones o almohadas, pueden dificultar el movimiento, mientras que pisos muy duros, como cerámica o madera, pueden resultar incómodos para sus articulaciones.
Tiempo boca abajo
El tiempo que un bebé pasa boca abajo en sus primeros meses de vida influye significativamente en su facilidad para gatear más adelante. Esta práctica, conocida como tummy time, ayuda a fortalecer los músculos del cuello, espalda, hombros y brazos.
Desde el primer o segundo mes, colocar al bebé boca abajo le permite desarrollar el equilibrio y el control de la cabeza, además de estimular el uso de los brazos como soporte. Como recalcó Erick Olivera, este proceso facilita la transición al gateo, ya que el bebé recuerda la postura y los movimientos necesarios para desplazarse.
“Se recomienda realizar el tummy time de tres a cuatro veces al día, siempre bajo supervisión, para lograr el fortalecimiento cervical y lumbar”, agregó la pediatra de SANNA Centro Clínico La Molina.

Andadores y saltarines
El uso excesivo de dispositivos como cochecitos, saltarines o andadores puede afectar negativamente el desarrollo del gateo. Badgett advirtió que estos dispositivos pueden retrasar la coordinación y el fortalecimiento muscular necesarios para gatear y caminar.
En el caso específico de los andadores, el doctor Olivera refirió que también aumentan el riesgo de caídas y traumatismos en la cabeza. De manera similar, los saltarines pueden generar alteraciones en las articulaciones de la cadera, rodillas y tobillos debido a la falta de control muscular en los primeros meses de vida.
Tiempo descalzo
Es recomendable que los bebés pasen más tiempo descalzos para facilitar el gateo y fortalecer su desarrollo motor. Silvana Rubio explicó que estar descalzo permite un mejor agarre en la superficie, lo que mejora el equilibrio, la coordinación y el desarrollo muscular en los pies y las piernas, preparándolos para caminar, al igual que favorece a la estimulación sensorial.
“El uso de zapatos desde edades tempranas puede contribuir al desarrollo de pie plano, ya que impide el contacto directo de la planta del pie con la superficie, afectando la formación del arco plantar y la correcta pisada. Para evitar esto, es mejor que los bebés permanezcan descalzos en casa o, en su defecto, usen medias antideslizantes”, enfatizó Olivera.
Tipo de ropa
El tipo de ropa que usa el bebé puede influir significativamente en su capacidad para gatear cómodamente, pues en la etapa de exploración (entre los 6 y 10 meses), los bebés necesitan moverse sin restricciones. Por ello, prendas ajustadas o pañales voluminosos pueden limitar la movilidad de los miembros inferiores y superiores, razón por la cual, se recomienda el uso de pañales tipo calzoncillo, shorts o prendas ligeras.
¿Cuánto debe durar la etapa del gateo?
La etapa del gateo puede durar entre 2 y 6 meses, dependiendo del desarrollo individual de cada bebé. Sin embargo, el experto de la Clínica Ricardo Palma destacó que, es importante que el bebé gatee al menos dos meses para fortalecer la musculatura de sus piernas y mejorar la coordinación antes de dar el siguiente paso hacia la bipedestación, además de que reduce el riesgo de caídas al momento de aprender a caminar.
“La duración del gateo varía según cada niño. Mientras que algunos pueden prolongar esta etapa, otros la atraviesan rápidamente o incluso la omiten por completo. Lo importante es respetar el ritmo de desarrollo del bebé y brindarle un entorno adecuado para moverse libremente”, mencionó Matthew Badgett.
¿Cuándo preocuparse si el bebé no gatea?
Si un bebé no muestra interés en gatear después de los 10 o 12 meses, podría ser recomendable una evaluación médica. Aunque algunos bebés pueden omitir esta etapa sin consecuencias, es importante observar si tampoco ha alcanzado otros hitos del desarrollo, como sentarse sin apoyo o girar sobre sí mismo. En esos casos, consultar a un pediatra es fundamental.

Según el doctor Badgett, el especialista puede realizar evaluaciones físicas y neurológicas para descartar posibles problemas musculares o neurológicos, como hipotonía o retrasos en el desarrollo. En algunos casos, se pueden solicitar pruebas adicionales, como resonancias magnéticas o evaluaciones de terapia física, para identificar cualquier alteración que pueda estar afectando la movilidad del bebé.
Para fomentar el gateo, se recomienda la estimulación temprana con el tiempo boca abajo y ejercicios de balanceo para mejorar el equilibrio. También es útil colocar juguetes fuera de su alcance para motivarlo a moverse. En casos más complejos, un terapeuta físico puede diseñar un plan personalizado con estiramientos, fortalecimiento muscular y técnicas específicas para mejorar la coordinación.
¿Cuáles son las principales consecuencias de no gatear antes de caminar?
Los bebés que no gatean antes de caminar pueden enfrentar algunas dificultades en su desarrollo motor y cognitivo. Según Erick Olivera, los niños que omiten esta etapa pueden presentar menor estabilidad al caminar, aumentando el riesgo de caídas o dificultades al pisar. Algunos podrían desarrollar patrones de marcha inadecuados, como caminar de puntillas o con los pies hacia adentro, debido a una menor fortaleza muscular en las piernas.
Por otro lado, Rubio sugirió que la ausencia de gateo podría estar relacionada con problemas en la lateralidad, lo que a su vez se asocia con trastornos como la dislexia. Esto se debe a que el gateo favorece la interconexión entre los hemisferios cerebrales, fortaleciendo habilidades motoras y cognitivas esenciales.
Recomendaciones para estimular el gateo
- Incorporar espejos: A los bebés les encanta verse reflejados, por lo que colocar un espejo frente a ellos puede incentivar su curiosidad y animarlos a moverse.
- Brindar apoyo físico suave: Si el bebé se balancea en posición de gateo, pero no avanza, se puede colocar una mano en la planta de sus pies para darle un ligero empuje y estimular su progreso.
- Usar una toalla enrollada bajo su barriga: Esto le proporciona estabilidad adicional mientras se acostumbra a la posición de gateo.
- Agregar pequeños obstáculos: Colocar almohadas o cojines fomenta la exploración y ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio
- Crear un ambiente atractivo: Túneles de tela o cajas grandes pueden hacer que el gateo sea una experiencia divertida y estimulante.
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