Conforme van creciendo los niños, van desarrollando una serie de nuevos mecanismos que más adelante lo ayudarán a desempeñarse en diversas tareas propias de las diferentes etapas de su vida. Un claro ejemplo, es la motricidad fina.
¿Qué es la motricidad fina?
Engloba el conjunto de coordinaciones que se realizan entre los músculos más pequeños, entre los ojos y las manos y los dedos. Lo cual permite al menor tener una mejor coordinación entre su destreza manual junto a sus habilidades visomotoras.
Aunque a simple vista parezcan movimientos pequeños, a futuro son grandes pasos para desenvolverse, por lo que es esencial no pasar por alto cualquier tipo de estímulo que permita su crecimiento.
“La mejor manera de desarrollar la motricidad fina es a partir del juego y la exploración, es por eso que las actividades científicas contribuyen mucho para lograrlo pues su objetivo principal es lograr una meta y/o habilidad específica lo cual está estrechamente vinculado al desarrollo de las habilidades motoras de niñas y niños”, explica Lenka Neyra, pedagoga y directora del Nido Arco Iris.
Para que los niños presten atención es necesario contar con un arsenal de técnicas y piezas que le permitan a sus padres y/o cuidadores captar su interés y ganas de seguir viendo lo que tienes para proponerle. Por tal motivo, la especialista señala que es fundamental brindar experiencias que capturen su interés, como por ejemplo la interacción con materiales nuevos, que de vista sean atractivos y le den la alternativa de explorar y encontrar sorpresas conforme lo vaya manipulando.
La ciencia como herramienta
Al respecto, Neyra señala lo siguiente: “La mejor manera de desarrollar la motricidad fina es a partir del juego y la exploración, es por eso que las actividades científicas contribuyen mucho para lograrlo pues su objetivo principal es lograr una meta y/o habilidad específica lo cual está estrechamente vinculado al desarrollo de las habilidades motoras de niñas y niños”.
Entre los beneficios de incluir la ciencia, explica la experta, podemos destacar el desarrollo del pensamiento crítico, analítico y la síntesis. Gracias a ello, le será mucho más sencillo formular preguntas e hipótesis.
También aflora su capacidad para resolver problemas, para observar su entorno y entenderlo mucho mejor, son más perseverantes, reconocen y fomentan la importancia de trabajar en equipo.
“La mejor manera de desarrollar la motricidad fina es a partir del juego y la exploración, es por eso que las actividades científicas contribuyen mucho para lograrlo pues su objetivo principal es lograr una meta y/o habilidad específica lo cual está estrechamente vinculado al desarrollo de las habilidades motoras de niñas y niños”, agrega.