La región Arequipa dio un paso importante hacia la recuperación y conservación de sus ecosistemas y recursos hídricos en la cuenca alta. Con una inversión superior a los 8 millones de soles, en parte financiada por los hogares arequipeños gracias al mecanismo Merese (Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos), se han construido 25 nuevas qochas destinadas al almacenamiento y siembra de agua.
Esta iniciativa, que ya beneficia a las comunidades campesinas de la zona altoandina, asegurará a largo plazo el abastecimiento hídrico de la población urbana. El proyecto se enmarca en un innovador modelo de alianza y gobernanza que reúne a varias instituciones y a las comunidades de San Juan de Tarucani en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, donde se inauguró una nueva qocha con el fin de almacenar y sembrar agua.
Este modelo cuenta con el apoyo técnico del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (NIWS), un esfuerzo conjunto de USAID, el Gobierno de Canadá y Forest Trends.
La iniciativa permite que los aportes de los usuarios recaudados por la Empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Arequipa (Sedapar) sean canalizados a través del Fondo de Promoción de las Áreas Naturales Protegidas del Perú (Profonanpe) para realizar intervenciones supervisadas y coordinadas por Sernanp y ejecutadas por la ONG Descosur, administradora de la Reserva de Salinas.
Las intervenciones, que superan los 8 millones de soles, provienen de un pequeño porcentaje del recibo de agua que pagan los arequipeños, equivalente al 1.2% del consumo mensual de cada hogar.
Este modelo de alianza ha resultado en la habilitación de las 25 qochas o presas pequeñas que, en conjunto, almacenan más de 600 mil metros cúbicos de agua.
Las qochas permiten el uso sostenible del territorio por las comunidades ganaderas y la conservación de la Reserva Nacional, así como la infiltración natural del agua contribuye a garantizar el agua para toda la población arequipeña.
Con estas pequeñas presas, los ganaderos podrán tener agua para más meses, y parte del agua se infiltra al subsuelo y permitirá que la cuenca del Río Chili pueda abastecerse con mejor regulación hídrica.
El impacto en la comunidad
Durante la ceremonia de inauguración de la nueva qocha, Santos Valero Chura, teniente alcalde de San Juan de Tarucani, destacó los beneficios. “Antes, en abril ya no había agua en esta zona. Ahora, con las qochas, hemos tenido agua hasta octubre, lo que ayuda a nuestros animales y sirve para nuestro consumo”. Esta comunidad ganadera cría alrededor de 7 mil alpacas, 4 mil llamas y 2 mil ovejas.
El cambio climático ha reducido la temporada de lluvias y ha eliminado los nevados que antes aseguraban el suministro de agua. Sin embargo, las qochas han demostrado ser una solución efectiva. “Pensábamos que los muros de las qochas no aguantarían las lluvias, pero nos equivocamos. Ha sido un éxito”, añadió Valero.
Jhon Machaca, jefe de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, destacó la necesidad de infraestructura natural para preservar el agua y el trabajo comprometido de las comunidades como San Juan de Tarucani, de sembrar agua no solo para mejorar sus condiciones de vida, sino para el futuro de la ciudad arequipeña.
En Arequipa se está aplicando el concepto de “agua lenta”, es decir, aprovechar la temporada de lluvia para retener el agua en los ecosistemas, infiltrarla y alargar la presencia de vegetación y humedad en el suelo y así no perderla en forma rápida cuando esta abunda.
Arequipa: Referente de articulación y gobernanza en la gestión del agua
Yanet Montoya Vera, gerente de Sedapar, subrayó la importancia del trabajo conjunto entre todas las instituciones involucradas. Hasta el momento, se han construido 25 qochas con una capacidad de más de 600 mil metros cúbicos de agua. El proyecto planea construir 30 qochas más para fines de 2026, con una inversión de más de 8 millones de soles.
Por su parte, Milagros Aguilar, presidenta de Descosur, elogió la predisposición de las comunidades altoandinas para cuidar y mantener las qochas, señalando que estos esfuerzos benefician a las áreas rurales y urbanas. “Aún las comunidades creen en el bien común. Donde todavía se cuida la naturaleza y la Pachamama. Y ceden un terreno para inundarlo y beneficiarse, pero también esto es para los que viven en la parte intermedia y baja”, expresó.
En tanto, Fernando León, director adjunto del Proyecto NIWS, destacó la experiencia de Sedapar en Arequipa como un ejemplo exitoso a nivel nacional e internacional. Contó sobre la asistencia técnica que brinda NIWS a proyectos en Lima, en la selva peruana y otras regiones del sur. “En la selva no podemos hacer qochas, en cambio se hacen proyectos de reforestación para incrementar la infiltración de agua al subsuelo y mantener la seguridad hídrica”, explicó.
El Proyecto NIWS
El Proyecto NIWS es un esfuerzo conjunto de USAID, el Gobierno de Canadá y Forest Trends, junto a sus socios Condesan, SPDA y el Imperial College de Londres, que brinda asistencia técnica y fortalece capacidades de EPS como Sedapar, Sedapal, EPS Moyobamba y Sedacusco para desarrollar proyectos de infraestructura natural, logrando reducir el tiempo necesario para desarrollar estas iniciativas.
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