En el Perú, uno puede construir un edificio de 7 pisos y 1 metro de ancho sin que ninguna autoridad se lo impida, como El Comercio denunció en el 2017 al revelar la existencia de un peligroso inmueble en la avenida Abancay. En el Perú pueden circular vehículos con más de 25 órdenes de captura, como se informó en abril de este año con el ‘peor chofer de Lima’, quien acumulaba 147 papeletas.
En este país, lo imposible se vuelve real. Incluso, que una persona con graves problemas de visión o con severos trastornos psicológicos pueda ser capaz de obtener una licencia de conducir de forma legítima y sin restricciones, sin coimas ni pagos irregulares.
Cada año mueren 3.000 personas en siniestros viales, el equivalente a diez aviones Boeing 747 llenos de pasajeros. Hoy, este Diario intenta difundir las consecuencias de la falta de control en el sistema de emisión de brevetes en el país.
—Testimonio— Tener miopía severa representa un obstáculo para realizar cualquier actividad, como caminar de forma segura, montar bicicleta o hacer deporte. Se trata de un trastorno ocular que impide ver bien más allá de los 15 centímetros del rostro. Conducir un vehículo sin lentes sería mortal para quien lo padezca y para los peatones que se le crucen.
El periodista que escribe esta nota sufre de miopía de 6,5 en el ojo derecho y 7,5 en el ojo izquierdo, y debe usar lentes de contacto o anteojos de forma permanente. Con el objetivo de poner a prueba el sistema de emisión de licencias de conducir, se propuso, a manera de experimento, postular a un brevete de categoría AIIB, el que permite manejar buses de hasta 33 pasajeros, camiones de carga y hacer transporte público.
Todo el proceso fue realizado sin ayuda de anteojos ni lentes. El resultado es un documental de 20 minutos publicado hoy en YouTube y nuestras redes sociales.
El primer paso para obtener una licencia de AIIB de transporte público es tramitar un certificado médico. Este documento es emitido por centros médicos autorizados por el Ministerio de Transportes (MTC) que están obligados a evaluar física y psicológicamente a los postulantes. Se eligió aleatoriamente el centro médico El Corregidor, ubicado en la cuadra 2 de la avenida Trinidad Morán, en Lince, a pocas cuadras del Touring y Automóvil Club del Perú. Este centro médico, como muchos otros en Lima, ofreció abiertamente dos tipos de exámenes médicos: el regular y el ‘express’. Este último consistió en saltar todas las evaluaciones médicas, como muestras de sangre o exámenes de vista para ‘agilizar’ el proceso.
La exoneración de los exámenes médicos para obtener brevete está tan normalizado que incluso emiten boletas o facturas, como si fueran servicios regulares. También omitió la evaluación psicológica, la cual permitiría filtrar a choferes con trastornos psicológicos, como la ira o la psicopatía. “Los exámenes médicos son totalmente laxos y el MTC lo sabe. Nunca he visto un solo caso de un postulante a brevete que haya sido desaprobado en el examen médico o psicológico y que en una segunda oportunidad no lo haya aprobado. La responsabilidad mayor recae en el MTC. Es el ente rector. Es el responsable de las muertes que ocurren a diario. Ocho muertos diarios que llegan a 2.900 a 3.000 vidas perdidas al año”, dice el abogado Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar y experto en materia vial. El certificado médico fue emitido en menos de 15 minutos y consignaba que el postulante que firma este reportaje estaba apto y sin restricciones médicas para manejar. Como constató El Comercio, los principales ambientes de este centro médico, como el tópico y la sala de exámenes psicológicos, permanecen casi vacíos y con poco personal debido a que la mayoría de personas elige el examen ‘rápido’. Varias autoridades en materia vial alertan que en las calles hay choferes que no cumplen las condiciones físicas y motoras para manejar pero que están al volante sin que nadie se lo impida. El jefe de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito, coronel PNP Franklin Barreto, advierte que constantemente se detienen a conductores con evidentes problemas de motricidad, psicológicos o físicos, pero cuyo brevete consigna “sin restricciones”. “Hemos visto, incluso, amputaciones de miembros en los choferes y en su licencia aparecen como aptos”, dice Barreto. Gabriela Goñi, gerenta general del Touring y Automóvil Club del Perú, admite que hay postulantes que llegan al centro de exámenes de manejo (Conchán) sin brazos, sin piernas o tuertos de un ojo, pero que presentan un certificado de aptitud médica que indica “apto y sin restricciones” y no expresan sus problemas físicos. “Nosotros reportamos eso al MTC y a la Sutrán, pero no estamos en las posibilidades de sancionar al postulante ni evitar que dé el examan”, agrega. Una vez obtenido el certificado médico, tocó cumplir con el siguiente requisito para obtener brevete de transporte público AIIB: dar un curso de profesionalización, un paso obligatorio que exige el MTC. Este curso consiste en recibir 55 horas de clases prácticas y teóricas sobre mecánica, seguridad y tránsito en una escuela autorizada por el gobierno. La escuela elegida fue T-Apruebo, también ubicada en Lince. Esta escuela trabaja de la mano con el centro médico El Corregidor y también ofrece un servicio ‘express’ que exonera a los choferes a acudir los 8 días que contemplan los cursos obligatorios.
Para ello, funcionarios de esta escuela de manejo clonan las huellas digitales de los postulantes [ver infografía] para acreditar, burlando el control biométrico de asistencia, que los candidatos acuden todos los días a recibir las horas de clase.
El periodista que escribe esta nota tuvo que poner ambos dedos índices en una especie de silicona o gel balístico sobre una hoja. Posteriormente, esta muestra, una vez seca y endurecida, es mezclada con una masilla que, minutos después, se convertirían en ‘dedos’ clonados. Los mismos trabajadores del lugar lo admiten abiertamente. “Para evitar que los postulantes vengan todos los días les sacamos las huellitas, que luego las pasamos por el biométrico”, decía una mujer encargada de recibir a los futuros choferes en una oficina de esta escuela [extremo derecho]. “El 99% de personas que vienen lo hacen así, de forma rápida”, añade otra mujer de la escuela de manejo, quien es la encargada de fabricar los ‘dedos’ suplantados a partir de la silicona endurecida [segunda foto desde la derecha, sonriente]. Como constató El Comercio, los ambientes de esta escuela de manejo también están vacíos y no se suelen observar alumnos recibiendo las clases de forma regular. “Clonar huellas digitales es un delito contra la fe pública en una modalidad agravada, porque es la falsificación o alteración de una parte de un documento público. Es sancionado con una pena de entre 6 y 8 años de prisión. Son responsables tanto quien clona la identidad de postulante a brevete, como quien utiliza esa huella o documento”, dice el abogado Luis Lamas Puccio. El penalista añade que la persona a quien le clonan la huellas digitales podría ser víctima de estafa o apropiación de bienes, lo que agrava el delito. Ocho días después de la clonación de huellas digitales, cuando se realizó el registro para iniciar las ‘clases’ en la escuela de manejo, esta entidad emitió un certificado ‘aprobado’, que certifica que el futuro chofer es profesional con notas inventadas, según los cursos que deberían recibirse. El certificado dice que se obtuvo nota 16 en Teoría del Tránsito, 16 en Manejo Defensivo y 16 en Accidente de Tránsito. Los últimos requisitos para obtener el brevete fueron aprobar el examen de normas y el examen de manejo. Para esta última evaluación, realizada en el centro de exámenes de Conchán del Touring, los postulantes tienen infinitas oportunidades para realizarlo. En otros países, si el candidato no aprueba las tres primeras veces, está obligado a recibir un curso de manejo y no podrá dar el examen durante varios meses. El reportero que firma esta nota logró aprobar el examen de manejo a la quinta vez.
La licencia de conducir fue emitida sin restricciones a los pocos días. Desde ahora, está facultado para manejar coasters de transporte público de hasta 33 asientos y 7 toneladas de peso bruto; camiones o furgones de hasta 3,5 toneladas para el transporte de mercancías; ambulancias y hasta movilidades escolares tipo coaster.
El Comercio envió ocho correos electrónicos al ministro de Transportes, Edmer Trujillo, solicitando una entrevista por medio del área de prensa. La entrevista nunca se concretó.