Hace unas semanas, el equipo de Alberto Valenzuela experimentó un desafío similar de cuando tenían que entregar las obras para la inauguración de los Juegos Panamericanos el 2019: hacer todo lo que estuviera a su alcance para cumplir con la fecha programada. Pero a diferencia de aquella vez, este reto contenía un significado mayor. Si bien la responsabilidad que tenían no iba a solucionar la tragedia nacional por la escasez de oxígeno, su trabajo ayudaría en aliviar los pulmones de cientos de pacientes que necesitaban con urgencia este producto medicinal para seguir dándole batalla al COVID-19. Motivos más que suficiente para hacerlo.
Esta entrevista se realizó poco después de que el Proyecto Legado, unidad adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) que Valenzuela dirige, importara el primer lote de 40 toneladas de oxígeno líquido de Chile el 2 de marzo. Era la primera vez que una entidad pública hacía esto y era también la primera vez que se abría el mercado nacional de oxigeno en la pandemia. Pues este estaba concentrado en más del 90% en dos empresas: la alemana Linde y la estadounidense Air Products. Legado introdujo a la chilena Air Liquide, luego de un proceso de licitación internacional que se hizo pocos menos de una semana.
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-Usted resalta lo importante que fue cumplir con la fecha acordada (para la importación de oxígeno). Pero a la vez me genera la sensación de si realmente pudo hacerse esto antes. ¿Qué pasó?
Como podrás haber visto, no le ha sido fácil al Estado, a través de sus diferentes entidades, importar oxígeno de otros países. Para contextualizar: el mercado nacional de oxígeno es un mercado con varios jugadores pero que está concentrado en dos principalmente. Ambas son empresas transnacionales que son los proveedores del 90 a 98% del oxígeno que se produce en el país.
-Air Products y Linde...
Así es. De modo que la provisión de este producto se daba en un mercado de libre competencia pero ante un rebrote muy abrupto de esta segunda ola no les dio la oportunidad de reaccionar con la misma velocidad y, bueno, vimos las consecuencias. Y no solamente lo vimos de lejos o a mitad de distancia. El jefe de logística del proyecto cayó enfermo y como vivía hacia el norte fue hospitalizado en el Cayetano Heredia, un hospital que tenemos a nuestro cargo. Y así otros casos que nos han hecho sufrir en carne propia esto. No decesos, menos mal, pero sí familiares y amigos muy cercanos. Por eso creo que no nos ha sido difícil convencernos a nosotros mismos de la necesidad de correr, de apretar el acelerador, de fijarnos una fecha como objetivo y de cumplirla. Y si era posible adelantarla.
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-Entonces, ¿cuál fue la mayor dificultad?
Estas son las primeras toneladas que una entidad pública importa. No ha habido ninguna otra ni gobierno regional que ha importado una cantidad como la que estamos haciendo, con un despliegue desde Chile y otro despliegue desde el Ecuador.
-Digamos que se abrió el mercado del oxígeno del país.
Exactamente. Hemos introducido competencia por la necesidad. Hemos introducido nuevos jugadores, tanto de Ecuador como de Chile, para que puedan suministrar el oxigeno que está faltando y quien sabe poder contribuir a generar un mercado mucho más competitivo.
- ¿Qué tan determinante fue tener esta composición del mercado de oxígeno para haber llegado a esta crisis?
Mira, en la misma línea que el presidente Francisco Sagasti ha planteado: son empresas privadas que, a diferencia de las públicas, tienen una serie de ventajas en contrataciones y en procesos. Pero también limitaciones. Las limitaciones que tienen, sobre todo las transnacionales, están en sus inversiones porque estas están limitadas a que no se les genere pérdidas. Se entiende que cualquier empresa privada debe tener una planificación de mediano y largo plazo en un entorno como el que teníamos el año pasado muy incierto. Es muy difícil poder prever. Evidentemente, tener solo dos empresas que concentran una gran parte del mercado de oxígeno genera un mercado imperfecto pero que da la mano del Estado podemos, como lo estamos haciendo, acortar esta brecha.
-¿Encontraron resistencia a la hora de abrir el mercado?
Seguramente. Son características de un mercado imperfecto. Pero lo que sí ha existido, y a eso iba, es que los tanques de donde hemos traído el oxígeno no pertenecen a los hospitales. Los tanques de oxígeno líquido del Sergio Bernales, del Cayetano Heredia, del Hipólito Unanue pertenecen a uno de los proveedores locales. En este caso Linde, con quien justamente hemos coordinado para poder llenarlos cada cuatro o cinco días. De manera que no exista esta zozobra en el hospital y se pueda llenar el 100% el tanque. Ellos por decisión propia podrían haberse negado a que nosotros llenemos sus tanques. Podrían haberlo hecho, pero no encontramos esa resistencia. Ellos han cedido como parte de un contrato que tienen con el hospital.
-Porque tienen un contrato con el hospital...
No sé si les pagan por el tanque o no. Pero ellos han cedido. Para nosotros poder depositar oxígeno en esos tanques deberíamos tener una autorización no solo del hospital sino del dueño del tanque. Eso en otros países no es posible, hasta donde yo entiendo. Sin embargo, aquí el proveedor lo permitió. Y en verdad que no es un trabajo fácil. Lo hemos sufrido durante 24 horas cuando hemos estado suministrando operativamente el oxígeno de la cisterna a los tanques. Son ingenierías parecidas, pero no son las idénticas. De manera que la operación ha significado: llega la cisterna, el tanque a un lado, la cisterna al otro y para hacer el traslado del oxigeno al tanque del hospital, hemos tenido que implementar todo un sistema de grupos electrógenos, equipos especializados para hacer el trasvase.
-Además de la escasez de oxígeno está la carencia de isotanques...
Te explico. Esos tanques verticales que están en los hospitales sirven como almacén de oxígeno para proveer en grandes cantidades. Esos tanques normalmente tienen entre 10, 20 y 30 toneladas de capacidad. Los isotanques, en cambio, usualmente son empleados para el transporte y que han servido ante la falta de tanques en el mercado. Así que te respondo con total claridad: el grave problema que tenemos en el país con el oxígeno no es médico sino logístico y operacional. Es un problema de almacenamiento. Es decir, aquellos hospitales que presentan problemas son aquellos hospitales que no tienen la capacidad de almacenamiento suficiente de oxígeno para poder proveer las cantidades requeridas que abruptamente crecieron en el consumo producto de la segunda ola.
-¿Estas carencias no se pudieron solucionar el año pasado? ¿Por qué un año después hablamos de estos temas?
Esa es una respuesta que no me compete a mí, que me han invitado hace unas semanas a resolver este tema. Yo le que te puedo responder es cuánto demora en implementar tanques en grandes hospitales que no lo tienen: cuatro y cinco meses.
-¿Por qué?
Por varias razones, ¿dónde está la parte crítica? En el mercado internacional. Desde que estalló la pandemia en diciembre del 2019 en China el valor de los cilindros, el valor de los tanques e isotanques a nivel global creció exponencialmente. La importación de este tipo de productos creció exponencialmente. Por eso es que conseguir tanques e isotanques puede demorar al menos de dos hasta tres o cuatro meses en algunos casos. Hacerlo en menos tiempo es bastante difícil. En el Perú, la decisión histórica ha sido que los hospitales no compraban este tipo de equipos. No compraban tanques para almacenar el oxígeno líquido. Aquí eran los proveedores privados los que suministraban y ponían como sesión de uso esos tanques para almacenar el oxígeno que ellos vendían y además para distribuir desde ahí a las camas.
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-¿En otros países los hospitales sí cuentan con sus propios isotanques?
Los países que mejor han respondido en esta pandemia son los que tomaron la decisión, como Chile, de tener sus tanques propios. La gran mayoría de tanques que existen en los hospitales en Chile son tanques propios y no de un tercero.
-¿Y lo hicieron sobre la marcha en la pandemia?
Chile tiene tanques en sus hospitales como parte de una decisión rígida que tomaron hace muchos años. Un hospital, así como debe tener ascensores, debe tener tanques propios. Es parte de la infraestructura. Ellos mismos lo añadieron. En el mejor de los mundos, en el hospital ideal, estos deben tener la mayor capacidad de autonomía en días de oxígeno.
-Pero en Perú parece que la crisis del oxígeno se ha empecinado.
Creo que el oxígeno está siendo mucho más crítico aquí porque tenemos una mayor proporción de pacientes contagiados. Eso trae como consecuencia que el consumo de oxigeno se incremente. Sin embargo, con esa cuarentena lo que estimamos es que el consumo de oxigeno baje o que se mantenga en el peor de los casos pero no que suba. De igual manera, en las últimas semanas nosotros hemos estado coordinando con los proveedores de oxigeno para estimar cuál va ser la necesidad de las próximas semanas. Creemos sinceramente que no será necesario traer el doble o triple de lo que estamos trayendo. Lo que estamos trayendo es bastante y suficiente.
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-Que ocurra una crisis parecida en una eventual tercera ola sería, por decirlo de alguna manera, criminal.
Bueno sí. Sería un error. Lo que creo es que sí habrán avanzas muy importantes en las próximas semanas para asegurar que ningún tercero o cuarta de las olas nos vuelva a pasar esto.
-En el ámbito personal, ¿qué sensación le generaba ver esas imágenes de familias enteras haciendo cola para abastecerse de oxígeno de cualquier forma?
Una respuesta inmediata para que sean los hospitales, no el domicilio, el que venga prestando los servicios adecuados a la gente. Cuando hace una semana, porque nos tomó una semana sacar una contratación, nos fijamos una fecha todos estábamos pensando que nunca habíamos hecho esto, que ninguna entidad pública lo había hecho. Así que era un reto. Cuando me preguntas qué significó esas imágenes para mí te digo que yo tomé algunas fotos de esas colas en las reuniones virtuales que tenemos y se las mostré a todo el equipo. Luego les dije: miren estas colas, miren el padecimiento que están pasando, muchos de ellos son parientes nuestros, yo les pregunté qué era lo que podemos hacer nosotros. Así fuimos internalizando la necesidad de traer el oxígeno lo más rápido posible.
-¿Cómo se van a distribuir las toneladas de oxígeno?
El Ministerio de Salud nos ha pedido que atendamos de manera excepcional el suministro de los hospitales de Cayetano Heredia, el Hipólito Unanue, el Carlos Lanfranco La Hoz, Sergio Bernales, el hospital de Huacho y atender cualquier eventualidad que se presente.
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