A las 11:50 de la noche, un presentador de noticias de Televisa interrumpe la transmisión para avisar que la alerta sísmica empezó a sonar. “En este momento no se siente nada” dice, pero más de un minuto después empieza un terremoto de magnitud 8,1. El 7 de setiembre del 2017, menos de 100 personas murieron en México por un sismo de la misma magnitud que otro ocurrido en ese país en 1985, cuando se contaron 10 mil víctimas mortales. La diferencia entre ambos eventos: la alerta sísmica.
Esta experiencia preventiva motivó que, días después, el entonces ministro de Defensa Jorge Nieto informara que el Perú contaría con una tecnología similar para fines de ese mismo año. Sin embargo, a la fecha todavía no se concreta.
—Valiosos segundos—
Entre Pisco y Lima hay menos de 250 kilómetros de distancia. Si ocurriera un terremoto con epicentro en cualquiera de las ciudades, el Sistema de Alerta Sísmica (SAS) avisaría a la población de la otra unos 30 segundos antes de que sintieran el remezón.
Hernando Tavera, presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), explica que esto se debe a que las ondas sísmicas viajan a 8 kilómetros por segundo, mientras que el SAS activaría las alarmas de inmediato.
El tiempo de anticipación depende de dónde se registre el movimiento. “Las ciudades frente al epicentro tendrían menos segundos”, aclara Tavera a El Comercio. Sin embargo, cada segundo cuenta.
—Los avances—
Como parte del desarrollo del SAS peruano, el IGP terminó en junio pasado de instalar 47 acelerómetros a lo largo de la costa peruana. Dos de estos sensores que miden la vibración se encuentran en las islas de San Lorenzo y Las Islas Hormigas de Afuera, frente a Lima Metropolitana. Pero esta solo es la primera etapa del proceso.
El segundo paso es definir cómo se transmitirá a la población la información captada por estos equipos.
Juvenal Medina, director de Preparación de Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), indica que realizan reuniones con representantes de Canadá, México y Japón a fin de elaborar un diseño especial para la realidad peruana. “Analizamos tecnologías que están funcionando en dichos países para ver la posibilidad, por ejemplo, de instalar cables o sensores submarinos. Estos irán ligados a estaciones receptoras y a su vez al sistema de alarmas”, señala.
Se estima que solo los sensores submarinos costarían 70 millones de dólares.
De forma paralela, el Indeci trabaja la gestión de fondos para implementar sirenas ante tsunamis en 77 localidades del país.
“Para fin de año debemos tener la aprobación de Fondes [Fondo para Intervenciones ante la Ocurrencia de Desastres Naturales] para convocar a concurso e implementar las sirenas para tsunamis. También esperamos que a fin de año se haya diseñado o definido cuál de los sistemas complementarán lo que ha instalado el IGP”, agrega. 
Sismodetector: el valor de la aplicación para celulares
El geólogo Patricio Valderrama destacó la aplicación Sismodetector (disponible gratis en Android). Esta utiliza la información del acelerómetro y el giroscopio de los smartphones para leer sus movimientos. Si un gran número de celulares se mueve en el mismo sentido (vibran de cierta manera), la app emite una alerta de sismo. “La señal del celular viaja a la velocidad de la luz. Es más rápida que la onda sísmica”, señala. No obstante, agrega que esta alerta no reemplaza a un aviso oficial del IGP. “La aplicación te avisa que hay un movimiento, pero no da magnitud, ni intensidad. Solo es informativa”, indica.
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