Un estruendo en la puerta de su vivienda despertó bruscamente a Hernán Huamán. Al salir para ver qué había sucedido, se encontró con una “niebla” que entraba a su casa. Asustado por el olor a gas, regresó para alertar a su familia y huir.
En el mismo momento, a 150 metros de la casa de Hernán, Alejandro Meza se asomó a la ventana de su habitación en un segundo piso por los gritos de sus vecinos. Ellos pedían ayuda por la “niebla” que avanzaba hasta la parte baja de la zona. No sabían qué hacer.
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Tres minutos más tarde, recuerda Alejandro, esa “niebla” se convirtió en una llamarada y explosiones. Había personas que corrían con la ropa en llamas. Se escucharon varias explosiones, dice Alejandro.
El origen de la emergencia se dio frente a la casa de Hernán, unos diez minutos antes de las 7 a.m. Según los vecinos, la pesadilla empezó cuando el chasís de un camión-cisterna de la empresa Transgas LG E.I.R.L., de placa A2X-847 y cargado con 2.500 litros de gas licuado de petróleo (GLP), impactó con un desnivel en el cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla y Villa del Mar, en Villa El Salvador. Ellos están seguros de que esto fue la causa de la tragedia que ha enlutado Lima, ya que otros vehículos han tenido el mismo problema antes.
Por los videos difundidos en las redes sociales, se sabe que en solo unos minutos, litros de GLP rodearon el vehículo, comenzaron a expandirse e ingresaron a las viviendas más cercanas. El combustible llegó hasta unos 200 metros de distancia de donde ocurrió la emergencia y el fuego regresó por el rastro de gas. Los vecinos de ese barrio que apenas despertaba no tuvieron escapatoria: las llamas los alcanzaron en la calle y en sus casas, donde creyeron hallar refugio.
El resultado de la emergencia, según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), es de ocho personas fallecidas y hasta 44 heridos con quemaduras de segundo y tercer grado. Además, hay 20 viviendas afectadas, de las cuales seis han sido consideradas inhabitables.
“No nos queda nada. Lo que tengo puesto es lo único que me queda. Pedimos que las autoridades nos apoyen porque en muchas de nuestras familias [de los damnificados] hay niños y adultos mayores”, lamenta Hernán entre los escombros de lo que antes llamaba casa.
—Empieza el incendio—
Luego de más de dos horas de trabajos, el jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, Mario Casaretto, confirmó que la deflagración se pudo originar por “cualquier” chispa generada en el interior de las viviendas, como una cocina encendida o un cargador de un celular.
“Por la cantidad de gas que había en la zona, hasta prender la luz pudo haber ocasionado la deflagración”, comentó el comandante de los bomberos.
Debido a la magnitud de la emergencia, que fue catalogada con código 3, se movilizaron hasta 18 unidades de bomberos, entre motobombas, cisternas y ambulancias y unos 200 agentes.
El Ministerio del Interior informó que ocho unidades del Escuadrón de Emergencia Sur, 25 agentes de la Sección de Operaciones Especiales (SOES) de la Policía Nacional del Perú (PNP) y dos unidades de rescate apoyaron en las labores de contención.
—Cuestionamientos—
La Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg) precisó que los daños personales y materiales ocasionados por el siniestro superarían el monto del seguro contratado por la empresa.
Eduardo Morón, presidente de este organismo, informó que la póliza contratada por Transgas es de S/860 mil. La cantidad guarda relación con el tamaño del vehículo, pero la cobertura está aún muy por debajo del monto máximo establecido por el mercado (S/1’290.000).
“Por lo que se ha visto en la mañana, parecería que los gastos van a ser mucho mayores a esa cobertura [S/860 mil]. Va a tener que ser la empresa la que se haga cargo con sus recursos de atender los daños e indemnizaciones que correspondan”, explicó.
La Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) denunció que existe una creciente informalidad en el sector que pone en riesgo a la población.
“Cualquier persona con un tanque de estos y que cumple ciertos requisitos puede obtener autorización de comercialización de GLP, como la empresa involucrada”, manifestó la entidad en un comunicado.
—La versión del alcalde—
Desde el epicentro de la emergencia, el alcalde de Villa El Salvador, Kevin Yñigo Peralta, responsabilizó a la gestión anterior por el mal estado de la vía. Su antecesor es nada menos que su hermano Guido, quien es candidato a congresista por el partido Perú Patria Segura. Anoche tenía previsto un cierre de campaña con fiesta incluida que fue suspendida.
Con tan solo 23 años, Yñigo se convirtió en el 2019 en el alcalde más joven de Lima, sin ninguna experiencia en gestión pública. Asediado por la prensa y los vecinos, se retiró en silencio de un barrio que es víctima de una cadena de negligencias que pudo ocurrir en cualquier lugar de la capital. 
Investigan si desnivel en la avenida fue el causante de la tragedia
El notorio desnivel y mal estado del cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla y Villa del Mar es tanto para la Policía Nacional como para el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) una posible causa de la tragedia de ayer en Villa El Salvador.
La fuga de gas habría empezado cuando la parte baja del camión-cisterna impactó contra ese desnivel en la pista. El combustible se esparció como una nube.
“Este camión-tanque no ha explosionado; sino, probablemente por un problema de tránsito, se han producido fisuras en algunas válvulas y ha perdido GLP”, contó el jefe zonal de Osinergmin-Lima Sur, Jesús Samanez, quien precisó que el tanque tiene capacidad para 2.500 galones de GLP, equivalentes a 250 balones domiciliarios, y que la unidad fue autorizada en setiembre del 2019 por su entidad.
Según el jefe de la División de Tránsito de la Policía Nacional, general Jorge Lam, hay tres factores que se deben investigar: las condiciones del vehículo, la conducción del chofer para establecer si cometió una imprudencia y el estado de esta avenida.
“Los peritos han tomado todas las medidas para saber cómo este desnivel ha podido ocasionar el accidente. Está claro el desnivel, incluso parece que esta parte fue rellenada para que sirva de bajada”, dijo el oficial.
Anoche, desde un hospital, el chofer del vehículo siniestrado, Luis Guzmán Palomino (72), dio su versión. “Pasé por encima de un muro en la pista, y cuando la llanta delantera bajó, la parte trasera chocó. Revienta la tapa de la cisterna y por ahí empieza a salir todo el gas”.
Según el chofer, él abandonó la unidad y fue poco lo que pudo hacer. Se alejó –dijo– cuando sintió que el gas comenzó a quemarle y a ver fuego. Horas después, Guzmán se entregó a la policía y, al sentirse mal, fue trasladado a un hospital.