La Línea 2 del Metro de Lima y Callao anunció este jueves que desde el lunes 15 de mayo se implementará el Plan de Desvío Vehicular de la avenida Elmer Faucett para iniciar las obras de construcción del pozo de ventilación del Ramal 4.
La zona donde se efectuarán las obras comienza en el cruce de la avenida Faucett con Néstor Gambetta y se extiende hasta la altura de la avenida Cusco. No obstante, el plan de desvíos, señalan vecinos y gremios de transporte, no les fue consultado. En ese sentido, indicaron que estas modificaciones y rutas generarán un impacto en el tránsito y la seguridad en la zona.
Ni el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC), ni la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao, ni la Concesionaria de la Línea 2 del Metro de Lima, ni la Municipalidad del Callao precisaron por cuánto tiempo durarán los desvíos. Sin embargo, todas las partes indicaron que las obras y los trabajos de construcción de las estaciones podrían tomar entre dos a tres años.
Cabe señalar que esta área, de casi medio kilómetro de largo, no interfiere directamente con el ingreso al aeropuerto internacional Jorge Chávez.
Este ramal del metro será ejecutado por la Línea 2 y estará compuesto de ocho estaciones subterráneas distribuidas desde el cruce de las avenidas Faucett y Óscar Benavides, hasta unos metros antes de la intersección con la Av. Néstor Gambetta, a lo largo de unos 7.5 kilómetros. De esta forma, pasará por el actual ingreso al aeropuerto.
El compromiso de Inversión de todo el Proyecto Línea 2 y Ramal de la Línea 4 del Metro de Lima y Callao es de USD 4.531 millones, aproximadamente.
Cabe señalar que el 2025 se tiene previsto habilitar el nuevo acceso al aeropuerto Jorge Chávez, por la avenida Santa Rosa. Es decir, la estación aeropuerto de este ramal no conectará con el ingreso al terminal aéreo.
Información brindada por la Línea 2 establece que este ramal comprenderá siete trenes y contará con nueve pozos de ventilación y un Patio Taller.
Hermetismo institucional
El Comercio se comunicó con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para conocer mayores detalles sobre el plan de desvío. La entidad indicó que el tema debería ser resuelto por la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU).
Al contactar con la ATU, se indicó que el consorcio de la Línea 2 del Metro era quien debía resolver las preguntas. La empresa determinó que no daría entrevistas al respecto y que la autoridad competente sobre el tema del desvío era la Municipalidad del Callao. Tampoco se concretó una entrevista.
Días atrás, el gerente de transporte y seguridad vial de la Municipalidad del Callao, Omar Revolledo, señaló ante Canal N que los desvíos se contemplarán desde la avenida Néstor Gambetta hasta la avenida Canadá.
Aclaró que “ya se ha [dispuesto] toda la señalización para que la ATU pueda desplegar al personal de fiscalización”. Asimismo, el funcionario resaltó que hasta 25 agentes de la Policía Nacional del Perú brindarán apoyo para agilizar el tránsito en el tramo afectado.
Ausencia de comunicación
Martín Ojeda, director del Consejo Nacional de Transportes Terrestres, precisó a El Comercio que están a favor de los proyectos del metro, así como cualquier otro que aporte a la infraestructura vial y de transporte. Sin embargo, criticó que no haya “una buena comunicación” entre las autoridades y los gremios de carga pesada.
“Tenemos poca apertura con el MTC y la Municipalidad del Callao. Nosotros nos enteramos [del desvío] por los medios de comunicación”, señaló Ojeda. “No sabemos si van a funcionar los desvíos, pareciera que fuesa una costumbre [de las autoridades] creer que todo saldrá bien”, agregó.
El Comercio contactó con Bruno Aberasturi, presidente de la Asociación Nacional del Transporte Terrestre de Carga (Anatec), quien recalcó la poca información brindada por las entidades responsables. Enfatizó en que, de haberse dado el espacio, “hubiéramos podido dar otras alternativas de rutas”.
Por su parte, Alfonso Flórez, gerente general de la Fundación Transitemos, también cuestionó durante una entrevista con este Diario el hermetismo de las entidades responsables. “[Las instituciones] están peleándose como niños cuando deberíamos tener una única entidad responsable”, enfatizó, haciendo referencia al actual desencuentro entre el MTC y la ATU.
Posibles vías afectadas
Flórez criticó que, si bien “desde el 2004 se estableció que Lima necesitaba seis líneas de metro, han pasado 19 años y tenemos una línea y media”. El especialista desestimó que se esté optando por la micro transportación, como la propuesta de fortalecer los taxis colectivos, en vez de la macro transportación.
Flórez señaló que la falta de infraestructura, rezagada por décadas, hace que los planes de desvío para obras grandes y duraderas sea menos efectivos. Puso como ejemplo la ausencia de las vías periféricas, proyecto que se debate desde más de 30 años.
De haberse concretado oportunamente estos proyectos, explicó Flórez, no habría la actual afección al transporte de carga. Ojeda manifestó que los desvíos de la avenida Faucett podrían complicar el tráfico de las avenidas Gambetta y La Marina, así como el de la Línea Amarilla.
De igual manera, Aberasturi manifestó que “van a haber atoros en los accesos que han hecho [que afectarán] a los vehículos de carga y de pasajeros”. El presidente de Anatec señaló que muchas de las vías alternas “están en mal estado”.
Inseguridad
Los vecinos y comerciantes de la zona afectada por los desvíos indicaron que estas rutas también tendrán una implicancia en el tránsito, la inseguridad y la contaminación sonora, debido a que los vehículos ingresarán a zonas residenciales y “generarán una afectación muy grande”.
Vladimir Souza, vecino de la calle Pucará, indicó que “las calles son angostas y aunque no muchos carros pasarán por la zona sí se generará un impacto a la tranquilidad de los residentes. Habrá más bulla y los conductores, en su intención de acortar tramos, no van a respetar los límites de velocidad”, dijo.
En tanto, un comerciante de la zona, dueño de una tienda de abarrotes, identificado como Otero Rosas, dijo que los delincuentes de las avenidas van a migrar a las calles residenciales. “Se preocupan del tránsito y los desvíos de automóviles, pero no se fijan en el patrullaje de la zona. El municipio no hace nada y ahora peor que más gente caminará por estas vías”.
Roberto Ruiz, un empleado de una fábrica cercana, pidió que la zona se más iluminada para evitar asaltos en motos. “En un instante te roban y huyen. Nosotros estamos desprotegidos y la policía no se ocupará de eso, porque estará viendo que los carros no generen congestión”.