Juan Pablo León Almenara

Los vendedores ambulantes en La Victoria son tantos que si los juntáramos a todos, entrarían sentados en el estadio Alejandro Villanueva, en Matute: un total de 35.000. Hasta ayer, día 90 de la cuarentena, la mayoría de ellos ocupaba de manera rotativa las calles cargando kilos de mercadería por vender. Primero, fueron desplazados fuera de Gamarra y se movilizaron hacia el jirón Parinacochas. De Parinacochas pasaron a las avenidas México y Grau. De ahí caminaron hacia Luna Pizarro y Sebastián Barranca. El viernes 12 de junio, se planteó que fueran trasladados al parque zonal Huayna Cápac, pero hasta hoy no se define ninguna alternativa concreta para todos en conjunto.

Días atrás, el 26 de mayo, una videocámara de seguridad situada en el cruce de los jirones Luna Pizarro y Raimondi captó algo inusual entre el numeroso grupo de comerciantes minoristas. Varias camionetas permanecían estacionadas a ambos lados de la vía, todas ellas con la cabina interior repleta de mercadería. De un momento a otro, los comerciantes apostados en el lugar empezaron a correr cargando sus bultos al escuchar las sirenas de un vehículo de fiscalización que se acercaba. Detrás de ellos, estas camionetas también arrancaron a toda velocidad. En el siguiente video se observa con detalle.

Los fiscalizadores las han definido como ‘camionetas ambulantes’, una modalidad de comercio informal que aprovecha el caos que generan los pequeños minoristas de venta al paso. Se trataría de vehículos de los mayoristas, de mayor poder adquisitivo, quienes no acatan la orden de inamovilidad. Les seguimos el rastro durante días para entender el modo en que operan.

Durante días, le seguimos el rastro a una caravana de 'ambulantes móviles', que se abren paso por toda La Victoria sin control.
Durante días, le seguimos el rastro a una caravana de 'ambulantes móviles', que se abren paso por toda La Victoria sin control.

En general, ningún alcalde de La Victoria ha podido erradicar la informalidad en las calles del distrito. El alcalde anterior, Elías Cuba, estuvo en la cárcel investigado por sus vínculos con una mafia de cobro de cupos en Gamarra, que se hacía rica alquilando la vía pública. El actual alcalde, George Forsyth, liberó el gran emporio comercial de los informales y logró que sean absorbidos por la galerías, pero otros ambulantes volvieron a tomar algunas zonas en los alrededores. Ahora la informalidad alcanza el 50% de la economía en todo el distrito, de acuerdo con la propia comuna. Nada ha cambiado. Ni siquiera con la pandemia. Pero esta nueva modalidad empeora la situación. Nuestra búsqueda comienza en el jirón Bausate y Meza.

Aquí, un efectivo del Ejército busca mascarillas de tela. Son las 2 p.m. Las galerías están cerradas por orden del Ejecutivo. Un hombre vestido de blanco abre la maletera de su moderna camioneta, estacionada en la vía pública, y le ofrece el tapabocas. También le ofrece hilo, tela, ganchos, mamelucos, casacas, trajes anti-COVID-19, chalecos y caretas de plástico para evitar un contagio. La cabina de su vehículo es como un bazar sobre ruedas. Nos acercamos a la camioneta. Un sujeto pregunta: “¿Qué estás grabando?”, y nos persigue hasta perdernos de vista. A la vez, se encarga de alertar a otros vendedores sobre nuestra presencia. Este hombre vigila que las ‘camionetas ambulantes’ tengan la vía libre y sirve de ‘campana’ por si viene la policía.

Nos percatamos que no se trata solo de una pequeña flota de camionetas, sino toda una red de informales móviles muy organizada para evadir los controles municipales y policiales. Su estrategia es hábil: repletan estos amplios vehículos de mercadería y dan vueltas en caravana, para venderla desde las 8 a.m. hasta la noche. Si vienen los policías o los agentes de fiscalización, cierran las maleteras y evitan el decomiso porque la mercadería ya está fuera de su alcance. Se mueven una cuadra más adelante, y hacen lo mismo. Y así en todo el distrito. Siempre tienen vigilantes cerca, como el que amenazó a nuestro equipo.

Estas decenas de camionetas generan tanto tráfico, que por un efecto en cadena generan que los buses y paraderos de más adelante acumulen una gran cantidad de pasajeros sin distanciamiento, arriesgándolos a un contagio.
Estas decenas de camionetas generan tanto tráfico, que por un efecto en cadena generan que los buses y paraderos de más adelante acumulen una gran cantidad de pasajeros sin distanciamiento, arriesgándolos a un contagio.

El resultado: miles de clientes aglomerados en plena emergencia, respirando uno junto al otro sin ningún distanciamiento. Desde el aire, un dron nos permite ver qué calles dominan. En 24 horas, se pudo contar a unas 280 camionetas desde el aire y en la calle, divididas en grupos de cuatro para pasar desapercibidas.

“Son camionetas 4 x 4 de alta gama. Ellos contratan a extranjeros para hacerse cargo de las ventas sin protocolos de higiene. Si tanta necesidad tienen, ¿por qué no venden sus camionetas y dejan de repartir el virus por toda la ciudad?”, dice el alcalde de La Victoria, George Forsyth. El problema de la aglomeración que ocasionan no se concentra solo en el lugar donde operan. Estos vehículos generan tanto tráfico al detenerse a los lados de la vía que, por un efecto en cadena, hacen que en los paraderos ubicados más adelante se aglomeren los pasajeros sin distanciamiento, con lo cual se arriesgan a un contagio. A su vez, al afectar la frecuencia de las unidades de transporte público, los buses se llenan de usuarios.

Por otro lado, algunos de estos vehículos registran deudas por multas por invadir la vía pública que superan los S/2 mil. Además, varios de sus propietarios tienen papeletas por circular sin SOAT ni revisión técnica, brevete o tarjeta de propiedad. Entre esas camionetas operan minivanes que hacen taxi colectivo en las calles de Lima, según el portal del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Una flota de modernas camionetas que circulan lentamente en los alrededores de Gamarra esconde una red organizada conocida como ‘caravanas ambulantes’. Son más de 250, están protegidas y nadie las controla.
Una flota de modernas camionetas que circulan lentamente en los alrededores de Gamarra esconde una red organizada conocida como ‘caravanas ambulantes’. Son más de 250, están protegidas y nadie las controla.

La autoridad edilicia exhortó al Ejecutivo a tomar acciones para solucionar esta problemática en el distrito. Para Forsyth, postergar una solución lleva a los propios comerciantes formales a operar al margen de la ley debido a la pandemia. “Se le ahoga al comerciante formal y se empuja al pueblo hacia el comercio ambulatorio. Las galerías deben abrir con control sanitario y así recuperamos el orden”, añade el alcalde. 

¿Quién financia esta red? Difícilmente los propios ambulantes. Pero un mayorista que decide sacarle la vuelta a la ley, sí. La informalidad va ganando la batalla en uno de los distritos con más contagios por coronavirus del Perú.

¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el COVID-19.

En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.

¿Qué es el COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa que fue descubierta en Wuhan (China) en diciembre de 2019, a raíz del brote del virus que empezó a acabar con la vida de gran cantidad de personas.

El Comité Internacional de Taxonomía de Virus designó el nombre de este nuevo coronavirus como SARS-CoV-2.