Son ocho años los que el Festival Internacional de Cine para Niños (CINI) viene bregando contra la corriente. En un país donde la creación y producción audiovisual dirigida al público infantil y adolescente es prácticamente inexistente, promover este tipo de contenidos y darle representatividad a un sector de la población prácticamente olvidado por el rubro merece destacarse. Y si alguien tiene dudas sobre lo dicho anteriormente basta echarle una mirada rápida a la cartelera nacional y a la programación de la televisión local de los últimos años para corroborarlo. Este año el CINI proyectará más de 50 producciones de 15 países, entre cortos, medios y largometrajes, dos de ellos son esfuerzos peruanos. A continuación los testimonios de los directores de los cortometrajes “Chicha Sentai”, sobre un grupo de superhéroes inspirados en la cosmovisión andina y amazónica, y “299.0 (F84.0)”, una poema visual del amor incondicional de un padre hacia su hijo autista.
Escuadrón de héroes
Tomando como modelo el ‘tokusatsu’, género televisivo japonés al estilo de los Power Rangers que solía ver de niño, Roger Vergara inició el desarrollo de “Chicha Sentai” en enero del 2013 junto a un grupo de amigos de la universidad. Su intención inicial era cambiar el paradigma que se tiene sobre los superhéroes.
“De niño solo tenía referentes extranjeros, de los Estados Unidos y los anime de Japón. Siempre me preguntaba quién podría hacer estas cosas en Perú, no solo para sentirme más representado sino también para poder utilizar todo nuestro bagaje cultural, historia y fantasía”, recuerda el joven director. La historia de ficción se centra en el asombroso descubrimiento que hace la adolescente Laura: Eduardo, su compañero de colegio, es en realidad Katari Sentai, un guardián secreto con poderes ancestrales que protege a la ciudad de los aliens. A partir de ese momento ella tendrá la oportunidad de formar parte del equipo de protectores del patrimonio nacional.
De estética noventera, el corto de 10 minutos tiene secuencias con karatecas reales como dobles de acción y efectos especiales que no suelen realizarse en Perú. Tras nueve años de arduo trabajo e inyección propia de recursos, el producto final será parte del teaser para el piloto de una serie basada en el mundo creado por Vergara, premiada el año pasado por la Dafo, del Ministerio de Cultura.
En ese contexto, un festival como el Cini, dice el también guionista, “es valiosísimo porque es una forma de encender un fuego, un interés por este tipo de producciones con importante información sobre nuestra propia historia y que además son referentes para aprender valores y comportamientos”. Es decir con la posibilidad de utilizar los medios masivos para hablar de bullying, racismo o clasismo. “El público infantil, al que tenemos abandonado, es más crítico de lo que imaginamos. Cuestiona todo y son más selectivos”, asegura.
Poesía en imágenes
En junio del año pasado un número que parecía encriptado cambió la vida de Víctor Mendívil. 299.0 (F84.0) es el código que se utiliza para denominar al trastorno de espectro autista y es el que recibió como parte del informe médico que evaluaba la condición de su hijo. “Fue fuerte saber que una persona podía reducirse a unos cuántos dígitos. Por eso quise utilizarlo en el título de este corto, porque da curiosidad y leyéndolo no entiendes de qué se trata”. Un mes después del diagnóstico y ante la necesidad de expresar lo que sentía, puso manos a la obra en este documental que ha sido estructurado como una carta dirigida a su hijo de cuatro años. Allí expresa lo que significa para él esta experiencia con el autismo y el estigma de ser distinto. “Esta es una carta gráfica hacia mi hijo, pero también hacia cualquier otro niño que ayude a celebrar la diversidad. Vivimos en una sociedad donde todo lo que es diferente en términos de género, raza o aspecto es objeto de burla y discriminación”, señala el realizador. Por eso, agrega, “la idea de este trabajo es decirle a los niños que aunque te veas o seas distinto igual eres hermoso y valioso”.
El corto, que tiene como protagonista al hijo de Mendívil, es un producto casero. No hubo equipo profesional sino que fue grabado solo con ayuda de un celular. Sin cámaras ni micrófonos, la cinta capta los momentos cotidianos del niño que luego fueron editados para acompañar de manera poética a la voz de su padre. “La propuesta era no ser intrusivo. Yo sabía que al hacer este proyecto sería muy difícil contar con la ayuda de alguna institución. Por eso lo estructuré de tal forma que yo pueda realizarlo por mi cuenta”, señala. Aunque este podría parecer un tema difícil de procesar para los niños, la idea es no subestimar su capacidad para entender el mensaje. “Para mí es muy importante mostrar este tipo de trabajos porque en medio de la pandemia creo que como sociedad no hemos pensado mucho en los niños. Es necesario ponernos en los zapatos de estos pequeños espectadores y proponerles este espacio de entretenimiento y conocimiento”, concluye.
Más información
El festival va del 21 al 26 de febrero. Los cortos se podrán ver a las 11 a.m. en Facebook e Instagram del Británico Cultural. Los medio y largometrajes se proyectarán a las 7:30 p.m. en el Cultural Station (Calle Bellavista 538, Miraflores). Información de talleres escribiendo a mcuba@británico.edu.pe. Más información en la web britanico.edu.pe/centrocultural/
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