“El imperio contraataca” (“The Empire Strikes Back”) es considerado por muchos de los fanáticos como la mejor película de la trilogía original de “Star Wars” (y por ende de toda la saga). Si bien mucho se ha hablado de las contribuciones que tuvieron el director Irvin Kershner y el guionista Lawrence Kasdan para llevar la visión de George Lucas a realidad, algo olvidado por la historia es la contribución de la escritora Leigh Brackett, quien realizó el primer borrador de la cinta que entonces solo se conocía como “Star Wars II”.
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Remontémonos en el tiempo. Era 1977 y el joven realizador George Lucas se había convertido de la noche a la mañana en una de las figuras más importantes de la industria del cine tras la salida de “A New Hope”. Asediado por las altas expectativas para una secuela, buscaba colaboradores para convertir en el siguiente capítulo de la saga en un éxito mayor. He aquí que un amigo del director le sugirió a Brackett, una experimentada escritora conocida en los círculos de ciencia ficción como la ‘reina de la opereta espacial’.
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Llamar a una historia ‘opereta espacial’ no era siempre un cumplido, ya que el género se había visto desprestigiado por quienes lo veían como el hijo bastardo de la ciencia ficción y la fantasía.
La reina del espacio
"Star Wars" no era la primera película en la que Brackett se veía involucrada, y mucho menos su primera historia de ciencia ficción. La escritora, que nació un 7 de diciembre de 1915 en Los Ángeles (California), se involucró con la literatura cuando tenía 25 años al publicar la historia "Martian Quest" ("La búsqueda marciana") en febrero 1940 en la revista Astounding Science Fiction, involucrándose íntimamente en los grupos de escritores de este género en Los Ángeles.
Si bien su primera novela fue una del género del misterio "No Good from a Corpse" (1944), su predilección por la opereta espacial se vio reflejada con su siguiente libro, "Shadow Over Mars" (1944) en la que estableció su estilo literario con protagonistas fuertes, romance, locaciones exóticas y monolíticos enemigos como imperios o corporaciones con oscuros secretos.
Este tipo de escritura no estuvo ausente de críticos, quienes calificaron las escrituras como “ficción escapista”. Defendiendo la opereta espacial, Brackett dijo que este género “nos cuenta historias de viajes espaciales, odiseas a otros mundos en este sistema solar... esta historia nos ha servido para extender nuestras pequeñas mentes, para sacarnos de nuestros estrechos cielos a las oscuridades vastas del espacio interestelar (...) ¿Ficción escapatoria? ¡Sí, ciertamente! Pero en una manera irónica, como yo lo veo, era un escape a una realidad que incluso ahora algunas personas están tratando de enfrentar”.
Su trabajo también la puso en contacto con un joven con aspiraciones literarias con nombre de Ray Bradbury, quien años después escribió las aclamadas “El hombre ilustrado” y “Fahrenheit 451”. Ella se convertiría en su mentora y, años después, colaborarían juntos.
El año 1946 fue importante para Brackett. En primer lugar por su matrimonio con Edmond Hamilton, otro escritor de ciencia ficción reconocido. También porque despegó su carrera en Hollywood al ayudar a otro grande de la literatura, William Faulkner, en el guion de la película "The Big Sleep" (1946). Basada en una novela de Raymond Chandler (otra gran influencia en la escritura de Brackett), esta cinta protagonizada por Humphrey Bogart es considerada una de las mejores en su género.
En total Brackett sería la guionista en 11 películas, entre las que destaca “Rio Bravo” (1959) con Jules Furthman y B.H. McCampbell; “Hatari!” (1962) con Harry Kurnitz; “El Dorado” (1967) y “The Long Goodbye” (1973), otra cinta basada en una novela de Chandler.
A la par continuó con su carrera literaria, publicando “Sea-King of Mars” y “Queen of the Martian Catacombs” en 1949. En 1955 publicaría “The Long Tomorrow”, una novela postapocalíptica que es considerada su magnum opus. Entre 1960 y 1970 tendría un breve alejamiento de la literatura, antes de regresar a su género favorito con la opereta espacial “The Ginger Star” y “The Hounds of Skaith” en 1974 y “The Reavers of Skaith” en 1976.
Fue unos años después de la publicación de esta novela que George Lucas entraría en contacto con Brackett, comenzando su colaboración. Luego de una semana de encuentros en los que el realizador y la guionista acordaron los detalles principales que tendría la segunda película de "Star Wars", Brackett empezaría a trabajar en un primer borrador.
Meses después, la escritora entregaría un guion titulado simplemente “Star Wars sequel" que puede leerse (en inglés) aquí. Semanas después, en marzo de 1978, falleció de cáncer a los 62 años.
La ‘guerra de las galaxias’ que nunca fue
Leer el primer guion de “El imperio contraataca” es un ejercicio curioso en el que elementos familiares y extraños se juntan para mostrar una versión alterna de una de las películas más conocidas de todo la historia.
Las bases están: la historia comienza en un planeta de hielo (todavía no llamado Hoth) con Luke Skywalker y Han Solo, quienes exploran los alrededores de la base Rebelde (en el guion solo es llamada “castillo”) en búsqueda de posibles peligros, encontrándose con monstruos de hielo (posteriormente conocidos como wampas).
Sería una horda de estos monstruos, junto a una ofensiva simultánea del Imperio, los que finalmente propiciarían la evacuación Rebelde del planeta.
Otros puntos en común entre el guion y la película terminada sería tanto el viaje de Luke Skywalker a Dagobah (entonces solo identificado como un planeta pantanoso) en búsqueda del maestro jedi Yoda (Minch en esta versión), así como la visita de Han Solo y Leia Organa a Cloud City, donde Luke y Darth Vader tienen el duelo más famoso de la ciencia ficción.
Sin embargo, otras características son completamente diferentes. En quizás el mayor cambio de la película, Darth Vader y el padre de Luke no son la misma persona, e incluso el segundo aparece como un “fantasma de la Fuerza”. El guion de Brackett también revela que Luke tiene una hermana gemela llamada Nellith, quien estaría siendo entrenada en otro lugar de la galaxia por si él fallaba en su misión de derrotar a Vader.
Esto cambia la escena más icónica de la cinta: cuando Darth Vader revela a Luke su parentesco. En cambio, en este guion la mano derecha buscaría corromper a Luke al lado oscuro, pero solo por motivos de conveniencia, quitándole el impacto al duelo. Personajes como Boba Fett tampoco están presentes en esta versión del filme y Han Solo no es congelado en carbonita.
La película también tenía un claro triángulo amoroso entre Han, Leia y Luke, justificado en el hecho que estos dos últimos no serían hermanos, y mostrando la predilección de Brackett por el romance.
Sobre Han, este perdería su naturaleza mercenaria para unirse de pleno a los Rebeldes en la película. Además, su familia sería explorada luego de que se revelara que su padrastro es Ovan Marekal, el presidente de Gremio de Transportistas, una especie de Jimmy Hoffa de “The Irishman” pero a escala galáctica cuyo apoyo sería crucial para derrotar al Imperio.
Cuando George Lucas recibió el guion de Brackett, el realizador no quedó muy impresionado por lo escrito. Según lo que dijo en el libro “Star Wars: The Annotated Screenplays”:
“El escribir nunca ha sido algo que he disfrutado, así que, al final, en el segundo filme contraté a Leigh Brackett. Desafortunadamente, no funcionó; ella entregó el primer borrador, y luego falleció. No me gustó el primer guion, pero le dí crédito a Leigh porque ella me agradaba muchísimo. Estaba enferma al momento en que escribió el guion, y realmente ella dio su mejor esfuerzo. Cuando me reuní con Leigh, mis ideas todavía no estaba completamente formadas y siento que su guion fue en una dirección completamente distinta”.
Finalmente el borrador de Brackett fue cambiado por Lawrence Kasdan, con cambios que probablemente nos dieron una mejor película, “El imperio contraataca” se destaca como una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia.
Pero la contribución de la Leigh Brackett no se puede solo limitar a su trabajo directamente con George Lucas, ya que su obra en conjunto mantuvo con vida al desprestigiado género de la opereta espacial; sentó las bases para que obras de la cultura popular como “Star Wars”, “Star Trek”, “Battlestar Galactica” e incluso “Dune” tengan su éxito actual.
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