En diciembre de 1982, la Academia Sueca le otorgó a Gabriel García Márquez el Premio Nobel de Literatura. Gabo se encontraba para esa época exiliado en México, después de que el gobierno colombiano lo acusara de tener vínculos con el movimiento de izquierda.
Su premiación lo convirtió el cuarto latinoamericano que ganó el premio después de la chilena Gabriela Mistral, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el chileno Pablo Neruda.
El autor de "Cien años de soledad", una novela considerada un clásico de las letras hispanas por la Real Academia Española, recibió el Nobel "por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente compuesto de imaginación".
Recuerda aquí su discurso: