Cuando pensábamos que el legado literario de Doris Bayly (1962-2022) se limitaba a los dos breves poemarios que publicó en vida –”Retrete para huérfanos” de 1997 y “Chico de mi barrio” un año después–, hoy podemos tener la certeza de que la entrañable poeta y periodista siguió escribiendo, aunque muy a su estilo: silenciosa, retirada, íntima.
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“Hierbabuena” es el título de su poesía reunida, pulcramente editada por el sello Intermezzo Tropical. La también poeta Victoria Guerrero, encargada del proyecto, explica que este volumen está conformado por los dos poemarios mencionados líneas arriba, pero también por uno más inédito que lleva por título “Morir en Lima”, el conjunto de los llamados “Cuadernos negro y naranja”, y otro grupo de poemas sueltos, muchos de ellos desconocidos hasta la fecha.
Luego de la terrible muerte de Doris en febrero del año pasado –atropellada cuando viajaba en su bicicleta en Máncora, donde vivía desde hace varios años–, su esposo Armando Williams decidió ir recuperando el material creativo que ella había dejado. Curiosamente, Williams no sabía que su compañera había seguido escribiendo poesía. Y fue Guerrero Peirano quien le dio la voz de alerta.
“Yo le conté a Armando que Doris había escrito varios poemas. En algunos casos hasta me había mandado fotos de esos textos –nos cuenta Guerrero–. Es así que encontramos que ella tenía todo muy ordenado en una parte de su casa en Barranco. Estaba, por ejemplo, ‘Morir en Lima’, un poemario completo, así como sus otros cuadernos. Entonces allí es cuando yo veo el deseo y la voluntad de Doris de seguir escribiendo, solo que no quería hacerse pública de ninguna manera. Cuidaba mucho su salud emocional”.
CURA POÉTICA
Bayly Letts fue cronista cultural en periódicos como “La Prensa” y “El Mundo”, y luego trabajó durante varios años en la revista “Somos” de El Comercio. Tras dichas experiencias, un cáncer afectó su salud y eso la llevó a cambiar su estilo de vida por uno más pausado, cercano a sus seres queridos, al mar que tanto la atraía.
De hecho, los poemas inéditos de los “Cuadernos negro y naranja” están muy marcados por dicha etapa. “Cuando ella se enferma, toma conciencia de sus propias posibilidades, de su cuerpo, de su familia, de sus hijos pequeños. Y comienza toda una elaboración de pensar cómo se iba a tratar”, detalla Victoria Guerrero.
“También se hace más presente la vivencia de Máncora, y el viaje. Es decir, por un lado está el hecho de pensar en la enfermedad; y por otro, los caminos para la supervivencia, para que el cuerpo esté bien. Una poesía más intimista”, agrega la editora.
En uno de los textos de “Morir en Lima”, Doris escribe: “el cuerpo ya no me pertenece/ los dolores amanecen buscando entre/ los pliegues de las sábanas/ el olor/ aroma a piel y amoníaco”. E incluso si nos remontamos más atrás, a su primer poemario “Retrete para huérfanos”, encontramos versos como estos: “dijiste/ que solo te sentías vivo/ al escribir// en cambio yo/ siento que me acerco al ritual/ de mis propios funerales/ con cada letra”.
En la poesía de Doris Bayly encontramos casi siempre un dolor profundo –sea personal o por el mundo–, pero atenuado por la dulzura y la belleza que provocan las pequeñas dichas del día a día. “[Su poética] creo que tiene mucho de esa oscuridad que venía desde finales de los años 80 –dice Guerrero–. Por la falta de utopía o de fe, la crisis económica y social; pero además es una poesía bien cotidiana. De fumarse un tronchito, de ver el mar. Sus fascinaciones y su forma de sobrevivir en el mundo”.
Los poemas de “Hierbabuena” pueden leerse como el oleaje que Doris tanto quiso: a veces más fuertes, a veces más bajos, pero siempre con un rumor inconfundible y seductor. Un cúmulo de –como ella misma las llamó– “palabras que llaman a otras sin previo consentimiento de la razón”.
Autora: Doris Bayly
Páginas: 118
Editorial: Intermezzo Tropical
El libro se presentará el jueves 15 de junio, a las 7:30 p.m. en Dédalo de Barranco. Participarán Rossella Di Paolo, Rossana Díaz Costa y Patricia del Río.