
Una puerta se abre y comienza el viaje. No es una ficción ni una postal turística: es el Perú latiendo fuerte sobre un escenario. Es “Hanan Pacha”, el espectáculo de danzas que Josepth Ovalle creó como un grito luminoso en respuesta al ruido de las redes y el olvido de nuestras raíces. Este joven, egresado del Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú (COAR Lima), mezcla raíces, talento y resiliencia en una puesta en escena que emociona, educa y transforma.
Ovalle no solo baila. Cuenta una historia. La suya y la de la mayoría de peruanos. Nació en Lima, pero su identidad se dibuja con trazos de Tingo María, de Huanta, de la selva y la sierra que habitan en su sangre. Desde niño sintió el llamado de las danzas, aunque nunca pisó una escuela formal de folclore. Aprendió en los talleres del colegio, con amigos y en festivales. Se perfeccionó grabando, editando, repitiendo pasos hasta hacerlos suyos. Hoy, con más de 250 mil seguidores en Instagram y cerca de dos millones de vistas en TikTok, ha llevado su propuesta a otro nivel.
Pero no todo fue aplauso. El mismo Josepth confiesa que hace unos años pensó en dejarlo todo. “La crítica era fuerte. Me decían que no bailaba bien, que no respetaba las tradiciones. Denunciaban mis videos, me llenaban de comentarios negativos. Sentí que me estaba perdiendo”, cuenta. Fue entonces cuando decidió desconectarse de las redes durante cinco meses. Y en el silencio de Huanta, mientras viajaba para reencontrarse, escribió el guion de su renacer: “Hanan Pacha”, que en quechua significa “mundo de arriba”.
“El show nace de un momento oscuro. Pero para mí, ‘Hanan Pacha’ es luz. Es ese cielo lleno de danzas, emociones y símbolos que nos recuerdan por qué vale la pena sentirse peruano”, explica.
No es una peña ni un desfile de bailes. Es una experiencia inmersiva, con teatro, música en vivo, proyecciones, coreografías y una historia que atraviesa la esclavitud, la migración, la lucha, el amor y la diversidad de nuestras regiones.
La puesta en escena es ambiciosa: más de 25 bailarines, un diseño de luces y sonido profesional, un mensaje profundo y un conductor que no teme hablar de racismo, de exclusión o del dolor de sentirse señalado.
“Yo no soy folclorista. Soy un comunicador que ama la cultura. Y quiero que los chicos, como yo, entiendan que bailar nuestras danzas también es rebelarse. Es resistir con identidad”, afirma.
En escena se mueven caporales, marineras, huaynos, danzas amazónicas. Pero también late la urgencia de contar lo que somos, de poner el cuerpo al servicio de una memoria que a veces olvidamos.
“En mis shows han venido niños que me dicen: ‘Por ti comencé a bailar’. Eso me llena más que cualquier like”, remarca Josepth.
Las próximas funciones de “Hanan Pacha” son este domingo 27 de julio y el lunes, 29 en el Centro de Convenciones Maracaná de Jesús María. Las entradas están disponibles en Ticketmaster.












