Por increíble que parezca, “Nabucco”, una de las obras más famosas de Giuseppe Verdi y del repertorio lírico universal, jamás ha sido montada íntegramente en Lima. Esto cambiará, por fortuna, a partir del 15 de mayo, con ocasión del lanzamiento de la Temporada de Ópera 2015 del Ministerio de Cultura.
Bajo la dirección general de Javier Súnico y con un excelente elenco internacional encabezado por las estrellas italianas Giuseppe Altomare (Nabucco) y Rachele Stanisci (Abigail), este montaje será además el evento que coronará las celebraciones por los cincuenta años del Coro Nacional.
Con libreto de Temístocle Solera, “Nabucco” es una ópera en cuatro actos basada en el Antiguo Testamento y en la obra “Nabuchodonosor” de Francis Cornue y Anicète Bourgeois. La acción ocurre en Jerusalén y Babilonia en el año 560 a.C. El rey Nabucco, tras conquistar al pueblo hebreo, se proclama Dios. Pero el destino, como venganza a tal osadía, lo hará caer en el abismo de la locura. Durante su enfermedad, es su déspota hija Abigail quien ocupa su trono. Tras una difícil recuperación, Nabucco se convierte al judaísmo y decide reconquistar su trono, devolviéndole al pueblo su libertad.
VERDI, UN HÉROE NACIONAL
La primera ópera de Verdi, “Un giorno di regno”, constituyó un estrepitoso fracaso, lo que, unido a las sucesivas muertes de sus dos hijos y su esposa, sumió al compositor en un estado de profundo abatimiento. Fue Bartolomeo Merelli, el empresario del Teatro de la Scala, quien animó al músico a seguir componiendo y decidió encargarle una ópera con tema bíblico para estrenarla durante el período de la cuaresma de 1842. “Nabucco”, la obra resultante, no solo fue el primer gran éxito del genio de Roncole, sino que se volvió además un poderoso símbolo de la unificación italiana. Identificándose con el oprimido pueblo judío, los patriotas italianos vieron en la ópera un reflejo directo de la realidad que estaban viviendo bajo la dominación austríaca. El día del estreno estaban presentes las principales autoridades del ejército ocupante, las cuales vieron cómo, en el tercer acto, el coro “Va, pensiero” fue ovacionado por el público en clara alusión a su propia disconformidad ante la ocupación.
Hasta tal punto llegó la fama del autor de esta ópera que en las calles de Italia empezaron a proliferar pintas con las siglas “¡VIVA VERDI!”, que significaban, también, “Viva Vittorio Enmanuel Re Di Italia”, en alusión al rey Víctor Manuel de Saboya, futuro rey de la Italia unificada.
Casi sesenta años más tarde, “Va, pensiero” sería la melodía entonada por una enorme multitud en el entierro de Verdi. Para ese entonces, el coro ya se había convertido en el segundo himno nacional de Italia.
UNA OBRA DE ATRACTIVO UNIVERSAL
El barítono italiano Giuseppe Altomare llega al Perú por sexta vez para interpretar, en esta ocasión, al ególatra rey Nabucco. “El Perú es mi casa en Sudamérica”, nos dice el famoso cantante. “La primera vez que vine fue en el 2008, y canté en el teatro Segura. A estas alturas he cantado en todos los teatros líricos de Lima: he participado en montajes de ‘Tosca’, ‘La Traviata’, ‘Il Trovatore’, ‘Aida’, ‘Pagliacci’, ‘Cavalleria rusticana’ y ‘Gianni Schicchi’”, añade. Sin duda, el barítono ha logrado conectar con el público limeño como pocos cantantes antes de él. “Hay un ambiente humano que es maravilloso”, sostiene. “Hace cinco años traje a mi familia y también se enamoraron del Perú. Mis hijos siempre quieren regresar”.
Aunque esta ópera pertenece al período temprano de la producción verdiana, para Altomare contiene ya, en germen, las características más importantes del lenguaje del compositor. “La ópera tiene una estructura tradicional: aria, cabaletta, terceto, cuarteto, etc. En ese plano es típicamente romántica”, nos dice. “Pero en la música hay algo más, y eso es lo interesante. La obra anuncia la introspección psicológica que Verdi hace de los personajes, no solamente a través del texto, sino en la música misma. Y una de las dificultades para el intérprete es justamente estudiar la música para tomar lo que ya está ahí, hacerlo propio y entregárselo al público”.
La soprano Rachele Stanisci, quien interpreta a la malvada Abigail, considera, por su parte, que a pesar de que la trama ocurre en una época remota, la ópera tiene un atractivo universal: “‘Nabucco’ nunca va a perder vigencia porque trata de temas universales como la opresión y la lucha por el poder. En el fondo, es una historia de dos personajes que se enfrentan para obtener la supremacía y al final esto termina destruyéndolos o aislándolos completamente”.
Altomare concuerda: “La opresión y las luchas políticas nunca van a pasar de moda. Por esa razón ‘Nabucco’ es una ópera que se puede escenificar en diferentes períodos históricos y siempre resulta interesante”.
CONTROL VOCAL
Esta es la tercera vez que Stanisci interpreta a Abigail, un papel famoso por su dificultad. “Amo la fuerza dramática de este papel, aunque es cierto que vocalmente es uno de los más difíciles. Verdi lo escribió para una soprano dramática muy ágil, y hay en la partitura algunas exigencias inusuales, como saltos de dos octavas, de un do agudo a un do grave”.
Altomare, entretanto, considera que Verdi escribió todos los mejores papeles para barítono: “Vengo de cantar Macbeth, que es el papel más difícil para este tipo de voz. Nabucco es un poco menos complicado en lo psicológico, pero técnicamente es sumamente exigente. Se necesita mucha energía y un excelente control vocal”.
El artista se muestra complacido por la producción y considera que el Coro Nacional se encuentra en su mejor momento: “He notado una evolución increíble desde la primera vez que vine. Hay varios integrantes del coro que han empezado a cantar como solistas y que son voces que tienen lo necesario para poder hacer una carrera internacional”. Sin duda, esta será la ocasión perfecta para comprobarlo.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: Gran Teatro Nacional. Av. Javier Prado Este 2225, San Borja.
Días y hora: 15, 17, 19, 21 y 23 de mayo a las 8 p.m.
Entradas: En Teleticket y boletería.