Su voz acaricia el alma, emociona los sentidos, sensibiliza hasta el deslumbramiento. Tania Libertad de Souza Zúñiga (Zaña, 1952) es sinónimo de virtuosismo vocal. Músicos, poetas y los más insignes escritores del mundo se han rendido ante la destreza de la cantante peruana. Fue nombrada Artista de la Unesco por la Paz (1997) y Embajadora Iberoamericana de la Cultura (2010). Es integrante de la World Music y ganadora del Grammy Latino a la Excelencia Musical. Con 60 años de trayectoria, 50 producciones discográficas y más de 12 millones de copias vendidas a nivel mundial, es considerada una de las mejores cantantes latinoamericanas de todos los tiempos.
“Si la música no llega al alma de la gente no tiene sentido”, nos dice Tania desde México, a pocos días de llegar a Lima para dar vida a la tercera edición del recital “Eva con Libertad”, este 12 y 13 de mayo en el Auditorio del Colegio Santa Úrsula.
“Esta entrega tendrá el mismo repertorio del año pasado porque la gente nos pide repetirlo. Cambiaremos tal vez una o dos canciones, todavía no lo tenemos claro”, detalla. “Luego, llevaremos este show tan bonito y armonioso a México. Los días 27 y 28 de mayo nos presentaremos allá”, añade.
─¿Cómo se dio esta iniciativa con Eva Ayllón?
Fue una idea de la empresaria que apoya a Eva. Se le ocurrió que podíamos ofrecer un concierto juntas porque somos amigas y nos queremos mucho. Una vez que aceptamos, Eva vino a México con parte de su equipo para que pudiéramos montar las canciones y ver los tonos. Durante el show, todo el tiempo estamos cantando juntas, jugando, haciendo voces. Solo hay dos partes en las que cantamos separadas.
─Cuando te remontas a tus inicios musicales, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente?
Pienso que di los pasos correctos. No fue fácil, empecé desde muy chiquita, desde los cinco años. A los siete ya me pagaban por cantar y a los nueve ya estaba grabando discos. A esa edad no tenía voz ni voto, mi padre decidía todo sobre mi carrera, hasta que en 1980 me fui a México.
─¿Hubo un punto de quiebre que te motivó a dar ese paso?
Puse tierra de por medio porque quería volver a empezar sin depender de nadie. Mi meta era tener una carrera larga y sólida, tomar mis propias decisiones con aciertos y equivocaciones.
─¿Buscabas libertad?
Totalmente. Mi familia siempre estaba muy metida y una empieza a sentirse demasiado gobernada. Y no solamente por la familia, también por los amigos. Una termina cantando lo que los amigos quieren que cantes. Y yo quería ser responsable de mi vida artística, seguir mis propios planes.
─En Perú tenías una carrera hecha, 10 discos grabados y un programa de televisión. ¿Cómo fue ese volver a empezar?
Empecé cantando en escuelas, cárceles, hospitales, casas de cultura y plazas públicas. Hacía lo que me gustaba y lo que sentía que era mejor para mí. No fue fácil. Pagué un peaje muy alto. Estuve muchos años luchando y peleando, sin quitarle lugar a nadie, ni pisando, ni tirando codazos. Hice las salas de espera que tuve que hacer, como todos, para conseguir un trabajo. También tuve que rechazar muchas cosas que hubiesen hecho que mi carrera sea corta.
─¿Qué ofertas rechazaste?
En 1985 grabé “Boleros”, una producción que se convirtió en un suceso tremendo. Llegamos a vender un millón de discos en un mes, solo en México. Lo que trajo consigo ofertas de todo tipo con las que me hubiese podido volver millonaria en solo un año. Me ofrecieron el 50% de adelanto de una temporada de 100 presentaciones en palenques. Era muchísimo dinero. No acepté. Tuve miedo estar un año en la gloria y que luego nadie se acuerde de mí. Tampoco quería que me encasillen en ese tipo de escenarios. Evité ponerme de moda.
─¿Qué vino en tu carrera después?
Luego hice un disco de salsa, otro de ópera, y me fui a Londres a grabar boleros con unos rockeros. También grabé un disco de música negra peruana y con Aleks Syntek hice “En América”, una producción que me trajo grandes satisfacciones.
─“Boleros”, el disco que grabaste en 1985, le dio un fuerte impulso a tu carrera en México. Alcanzó certificación de Platino por más de 400 mil copias vendidas en solo ese país.
Vendimos un millón de discos en un mes. A partir de ahí empecé a acceder a otro tipo de públicos y a tener presentaciones en auditorios de diez mil personas.
─Gabriel García Márquez se enamoró de tu música y pidió conocerte precisamente por “Boleros”. ¿Cómo fue ese primer encuentro con el Nobel colombiano, en 1987?
Él adoraba el bolero y, efectivamente, pidió conocerme a través de una amiga que era diplomática. Se llamaba Paz Cervantes. Le pidió que organice una cena en su casa. A ese encuentro llegué con mis libros para que me los firmara, y él llegó con mis discos para que se los firmara también. Fue muy emocionante. Ese encuentro marcó una hermosa amistad con él y su familia.
─¿”Nube Viajera” fue un homenaje a Gabriel García Márquez?
Era el bolero de Gabo. La canté para él (Suspira). La vida ha sido generosa conmigo, tengo mucho que agradecerle. Siempre me ha puesto al lado de gente muy sabia e inteligente. Desde Chabuca Granda hasta Juan Gonzalo Rose y todos los escritores peruanos: Scorza, Vargas Llosa....
─¿Qué nos puedes contar de esa amistad con Chabuca Granda?
Hace muchos años, en una fiesta, Lucho González (guitarrista de Chabuca y Mercedes Sosa) me la presentó. Le dijo: “Aquí tienes a tu sucesora como intérprete”. Ese día ingresé a su espacio, a su mundo. Me invitaba a las reuniones que organizaba en su casa con compositores, músicos y poetas. Nos hicimos amigas. Cuando venía a México, me buscaba, pedía que esté con ella, acompañándola. Fue una mujer muy sabia y generosa.
─¿Sigue en pie la idea de contar la historia de tu vida en un libro?
Tuve y sigo teniendo muchas ofertas de editoriales, pero como me siguen pasando muchas cosas interesantes y divertidas, esperaré hasta encontrar el momento adecuado para hacerlo.
─Alguna vez dijiste que tienes tres nacimientos artísticos: tus inicios en el Perú, luego en México y, por último, el lanzamiento de “Por Ti y Por Mí”. ¿Es así?
Creo que el primero fue en el norte, en Chiclayo; el segundo en Lima. El tercero fue en México, pero no por el disco sino por todo lo que viví.
─¿Habrá un cuarto nacimiento artístico?
Estoy viendo empezar una nueva etapa con todo lo que vivimos por la pandemia. Nos cambió la vida. La tecnología se puso al servicio de esta desgracia. Nos acercamos a través de zoom y otras aplicaciones. Y ahora priman las descargas digitales y la inteligencia artificial.
Contra la corriente
─¿Es verdad que al salir del colegio, estudiaste ingeniería a exigencia de tu papá?
Totalmente cierto. Estudié cinco años en la Universidad Técnica del Callao (ahora Universidad Nacional del Callao) ingeniería pesquera, porque era la carrera que mi hermano estudiaba, y la única forma que encontró mi papá para poder controlarme. Lo que realmente yo quería era estudiar en el Conservatorio Nacional de Música (ahora Universidad Nacional de Música) dirección de orquesta. Pese a ser dominante y machista, mi padre no pudo conmigo. Antes de terminar la universidad, me rebelé. Huí de mi casa. Luego, cuando regresé, puse mis condiciones. A partir de ese momento la vida empezó a ser un poquito más amable conmigo.
─Imagino que tu papá cambió de opinión al ver la gran artista en la que te convertiste.
Posiblemente, sí, pero nunca me lo demostró. Era muy rudo conmigo. Siempre me decía que cantaba feo. Y está bien que haya sido así porque hizo que no me la creyera. Hasta ahora soy muy autocrítica y exigente. Cuando algo no me sale, ensayo el doble, el triple, o lo que sea necesario, hasta que salga bien.
─¿La música ha tenido un efecto liberador en tu vida?
Definitivamente. Es mi refugio, mi tabla de salvación para muchas situaciones. Es casi mi único medio de comunicación. Disfruto conversar, pero me gusta muchísimo más cantar. Por eso en mis conciertos no le meto mucho el verbo entre canción y canción. Con la música digo todo lo que quiero decir. Me salen todos los sentimientos y emociones. A través de las canciones entrego amor y abrazos a la gente.
─¿Qué proyectos tienes luego de este show tanto en Lima como en México?
Tengo que terminar con tres discos que están pendientes desde la pandemia. Uno de ellos es un homenaje a Violeta Parra. También quiero hacer uno de música inédita. Convocar a compositores y hacer canciones en respuesta al reggaetón. En lugar de ponernos a pelear con los representantes de este género, quiero responderles a través de canciones bonitas.
─¿Planeas hacer un disco de música urbana?
Me gustaría hacer uno con ese ritmo, pero con melodía diferente. Con canciones que dejen un mensaje positivo a la sociedad y tengan un contenido lindo. Soy muy juguetona con la música, me encanta fusionar, crear, jugar.
─¿Alguna vez pensaste en alejarte de los escenarios, en dejar de cantar?
Creo que todos los cantantes hemos pensado en esa posibilidad cuando de repente no llegas a una nota. Yo estoy preparada para despedirme de los escenarios en cualquier momento porque está el tema del cansancio físico y tampoco es que una siga teniendo la voz de siempre. Para cantar varias horas hay que tener físico. Muchos terminan cantando sentados. Mi plan de vida no es cantar hasta los 90 años.
Las entradas para el espectáculo Eva con Libertad están a la venta en Teleticket.
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