París. Nacida del miedo al apocalipsis y destinada a impedir nuevas guerras, la disuasión nuclear sigue siendo uno de los pilares del orden mundial, a pesar de los embates de la proliferación.
"El arma nuclear estructuró la Guerra Fría, y luego atravesó el Muro de Berlín para seguir siendo el instrumento de una estrategia de defensa y de afirmación de potencia", señala Philippe Wodka-Gallien, experto en tecnología militar en la Revista de Defensa Nacional francesa.
Durante toda la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, atrincherados detrás de montañas de cabezas nucleares, amenazaron con destruirse mutuamente si peligraban sus intereses vitales.
Veinte años después, el arma atómica en poder de nueve países -Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte y oficiosamente Israel- sigue "teniendo éxito" pese al debate ininterrumpido sobre el riesgo de un "invierno nuclear" y la urgencia de un desarme.
"¿Cómo explicar la ausencia totalmente inédita de conflicto entre las grandes potencias desde hace 70 años sin la disuasión nuclear? Su principal mérito es haber contribuido a que las grandes potencias tengan miedo de hacerse la guerra", explica Bruno Tertrais, experto en la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS) en París.
- Efecto nitroglicerina -
Tertrais considera que la disuasión "acota el horizonte de los conflictos" y pone como ejemplo la crisis ucraniana. "Un conflicto militar a gran escala entre Rusia y la OTAN parece hoy impensable a causa del arma nuclear", opina.
El argumento, implacable en apariencia, no despierta unanimidad. Con sus imágenes apocalípticas del hongo nuclear y los cuerpos irradiados, "Hiroshima provoca muchas emociones que impiden mirar objetivamente los hechos", afirma Ward Wilson, director del proyecto "Repensar las armas nucleares" en el centro de reflexión British American Security Information Council (BASIC).
Los japoneses no capitularon, según él, por el trauma de la bomba atómica sino porque los soviéticos les declararon la guerra el 8 de agosto de 1945.
En aras de la paz, "nos arriesgamos a una guerra nuclear con, al final, 300 millones de muertos", resume Ward Wilson, a quien le preocupa sobre todo el desencadenamiento "por error" del fuego nuclear.
"El arma atómica es para un país como la nitroglicerina para la seguridad personal de alguien. Si uno tiene miedo de ser atacado y dispone de ella, no debe utilizarla, porque podría hacerse estallar", razona.
¿Cómo responder si otro ataca primero? ¿Si alguna instalación nuclear es blanco de un ciberataque? ¿Si dirigentes irracionales activan el código nuclear o terroristas toman el control de un arma de este tipo?
- "Un futuro prometedor" -
El número de Estados dotados del arma nuclear o que se consideran protegidos por la disuasión (en el marco de la OTAN) no cesa de aumentar. Corea del Norte entró recientemente en el club. Y a pesar de sus desmentidos, Irán nunca ha demostrado que no tenía ninguna ambición en la materia.
Todo esto alienta una carrera armamentística, una proliferación que debilita la disuasión. "El riesgo de cataclismo nuclear ha desaparecido pero, paradójicamente, el riesgo de empleo del arma nuclear tal vez ha aumentado", admite Bruno Tertrais.
No es inconcebible su uso en Corea del Norte si el régimen se considera, por una u otra razón, amenazado. "Pyongyang ha demostrado desde hace cuatro o cinco años una disponibilidad a asumir riesgos sumamente fuerte", agrega el experto.
La irrupción de actores no estatales, como los grupos terroristas, también cambia los principios.
Otro atentado como el cometido en 2008 en Bombay (166 muertos), que India atribuyó a un movimiento cercano a los servicios secretos pakistaníes, podría llevar a este país a responder militarmente contra Pakistán, poniendo en marcha un engranaje incontrolable hasta la utilización del fuego nuclear, según predicen varios expertos.
Por otro lado, el regreso de las tensiones entre Rusia y Occidente y la amenaza nuclear que ha proferido el presidente ruso Vladimir Putin ha vuelto a poner de actualidad el tema de la disuasión nuclear, que muchos habían relegado a un papel secundario desde el final de la Guerra Fría.
"La disuasión tiene un futuro brillante, salvo 'accidente' técnico o estratégico", predice Bruno Tertrais.
Fuente: AFP