Los destinos de Edward Snowden y Julian Assange son diametralmente distintos. Mientras el primero se acaba de convertir en ciudadano ruso, el segundo vive en una prisión de Londres desde el 2019. Y eso que ambos hicieron lo mismo: filtrar documentos sensibles en Internet.
¿Qué vivió cada uno de ellos y cuál es su situación actual?
“Cuando Julian Assange buscó refugio en la embajada de Ecuador en Londres, el 19 junio de 2012, lo hizo acusado de violar a una mujer y abusar de otra en Suecia”, recuerda la BBC.
En efecto, el fundador de Wikileaks -portal en el que se filtraron documentos secretos de Rusia y Estados Unidos- encontró refugió en ese lugar, sin saber que pasaría siete años de su vida junto a su gato en un cuarto pequeño.
“The New York Times” recuerda que, luego de ese periodo, se le vio “barbudo y demacrado”. Antes organizó conferencias y hasta Lady Gaga y Pamela Anderson fueron a visitarlo.
Según anota “Público”, hoy por hoy, Assange “está a la espera de su extradición a Estados Unidos, en donde responde por 17 delitos de espionaje e intrusión informática por la divulgación en su portal de documentos confidenciales sobre la base naval de Guantánamo o las guerras de Afganistán e Irak, entre otros”.
¿Y Snowden?
CNN anota que dejó “la escuela antes de graduarse de preparatoria para abrirse camino entre las computadoras de la inteligencia estadounidense como un contratista de defensa”. Lo logró y, años más tardes, filtró documentos secretos que decían que la Agencia de Seguridad Nacional registraba las llamadas telefónicas y monitoreaba los mails y tráfico de todos los ciudadanos de ese país.
Él se excusó: “Soy solo otro tipo que se sienta todos los días en la oficina, viendo que está pasando, y dice ‘esto es algo que no está en nosotros decidir’. El público necesita decidir si esos programas y políticas están bien o mal”.
Por eso, tuvo que huir del país.
Por la filtración, le dieron el premio alemán Whistleblower, y, en paralelo, el Parlamento Europeo le negó la posibilidad de asilo en el Viejo Continente. Sin embargo, terminó en Rusia, en donde fue acogido por el Kremlin y se casó con una mujer de nombre Lindsay.
Así es que no tiene problemas en dar conferencias sobre “derechos digitales, vigilancia encubierta, algoritmos, democracia y nuevas herramientas electrónicas”.
Y, como si fuera poco, en setiembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, le concedió la ciudadanía, un proceso que el mismo Snowden inició el 2 de noviembre del 2020.
Hoy, Snowden ya es ruso y vive sin muchos apuros.