La tensión entre Argentina y Venezuela no hace más que agravarse y ahora también crea turbulencia entre los mismos políticos y diplomáticos argentinos. El caso del gendarme Nahuel Agustín Gallo, detenido en el país caribeño, ha generado un nuevo episodio dentro del país rioplatense, que incluye una gruesa acusación a un exfuncionario del gobierno.
El Ministerio de Seguridad de Argentina, liderado por Patricia Bullrich, denunció este jueves 26 a Oscar Laborde, exembajador argentino en Venezuela, por “traición a la patria” al haber gestionado sin autorización el envío de una carta de la madre del gendarme. Laborde, quien se desempeñó como embajador durante el mandato de Cristina Fernández (2019-2023) y es afín al chavismo, reconoció su participación, pero dijo haberlo hecho “solamente por una cuestión humanitaria”.
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La titular de la cartera justificó la denuncia penal contra el exfuncionario por “haber traicionado los intereses” de Argentina, “en un caso que resulta de una gravedad institucional inusitada”, “obrando con la evidente intención de exponer argumentos políticos para perjudicar el rol de gobierno argentino en la protección del gendarme cuya desaparición forzada se reclama”.
¿Por qué fue detenido Nahuel Gallo?
Gallo fue detenido por la policía venezolana el 8 de diciembre al intentar ingresar a Venezuela por vía terrestre desde Colombia.
El agente viajó para reunirse con su esposa, Alejandra Gómez, de nacionalidad venezolana, y el hijo de ambos, que tienen varios meses residiendo en la nación llanera.
Venezuela, sin embargo, acusa al gendarme de formar parte de “un plan terrorista” para desestabilizar al régimen, expresó el canciller venezolano Yván Gil.
El ministro de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó la detención de Gallo, a quien acusó de viajar al país caribeño a “cumplir una misión”.
El caso de Gallo agrega una gota más a las tensiones que Argentina mantiene con Venezuela desde que el gobierno de Maduro expulsó a los diplomáticos argentinos a comienzos de este año. Desde ese momento el edificio de la embajada argentina permanece bajo la custodia brasileña y, desde hace nueve meses, están refugiados allí cinco dirigentes opositores venezolanos a los que el chavismo se niega a dar salvoconductos.
"Esto obliga a algún tipo de diálogo"
Santiago Rodríguez Rey, analista y politólogo argentino, en conversación con El Comercio, explica que la dura postura del gobierno argentino hacia Venezuela –en línea con otros gobiernos de la región, pero siendo la más rígida de todas– influye en la interpretación de las acciones de Laborde.
Cualquier acercamiento, incluso uno como el de Laborde, que no actúa oficialmente en nombre del Estado, se percibe como una ruptura de esa rigidez.
La ministra de Seguridad, según el especialista, sobreactúa para compensar esta rigidez y la posible interpretación de que existen “listas” o actores que operan al margen del gobierno.
“Esta sobrecompensación también responde a la falta de una respuesta rápida a la detención del gendarme, lo que se interpreta como una debilidad del gobierno. Por lo tanto, la acusación de traición a la patria contra Laborde se enmarca en este contexto de tensiones y la necesidad de mantener una postura firme frente a Venezuela”, añade Rodríguez Rey.
De acuerdo a este experto, las relaciones entre Argentina y Venezuela ya están en un punto crítico y difícilmente pueden empeorar más. Sin embargo, este incidente obliga a ambos gobiernos a establecer algún tipo de diálogo para encontrar una solución, aunque no sea satisfactoria para ambas partes.
Esto, no obstante, no va a ser tan sencillo. La falta de representantes diplomáticos argentinos en Venezuela complica aún más la situación. A las acusaciones cruzadas sobre el rol del gendarme se suma la dificultad de establecer una conversación directa, y la reciente acusación contra Laborde no ayuda a desescalar la situación.
“Hasta el momento, Argentina podría llegar a posicionarse en un espacio de víctima, porque la embajada está siendo sitiada, le han cortado la luz y el gas. Tiene quizás una ventaja en la discusión a nivel global, aunque no necesariamente a nivel local. [En el caso de Gallo], al ser un gendarme, que es un miembro del Estado argentino en algún grado, ello hace más compleja aún más la situación. ¿Cómo hallar solución a esto? Bueno, en realidad, sí o sí está obligado a establecer algún tipo de diálogo”.
Para hallar una solución es imprescindible establecer algún tipo de comunicación, incluso si se hace con reticencia. El hecho de que Laborde haya gestionado el envío de la carta de la madre revela que ya existen canales de conversación, aunque informales.
Aunque esto, a su vez, hace quedar a Argentina como desprolija, ya que se multiplican las fuentes de diálogo. El especialista compara esta situación con la que vivía España cuando el expresidente Rodríguez Zapatero, siendo una figura de peso, mantenía diálogos con Venezuela al margen del gobierno de Rajoy, generando ruido y confusión sobre quién hablaba en nombre de España.
Defensa del exembajador
Según La Nación, la versión de Laborde señala que él movió sus contactos en Venezuela solo para hacerle llegar al gendarme una carta de su madre.
“Lo que hice fue, con los contactos que me quedaron de aquella gestión, con el fiscal general, les pregunté si le podía hacer llegar una carta [a Gallo] de la madre; y la madre estuvo de acuerdo. Esa gestión humanitaria fue solicitada por la familia de la madre a través de Juan Grabois, que también lo hizo con toda la preocupación de que en Navidad un hijo, después se sabrá por qué fue para allá, reciba la carta de la madre”, comentó el exfuncionario una radio local.
Laborde se defiende señalando que no ha intervenido oficialmente en el caso ni desea hacerlo. “Lo que yo hice es ni más ni menos que recibir una carta y enviársela a la persona que se la podía hacer llegar. Eso le satisfizo a la madre. La información es que está en buen estado, eso le pareció correcto. No pido que se me agradezca, pero se me acusa de traición a la patria por mandar una carta de una madre a un hijo”, dijo.
Además, Laborde opinó que “fue muy irregular todo lo sucedido” y que hay “una responsabilidad muy grande” de Bullrich, al considerar que “alguien autorizó mal” al gendarme a viajar a Venezuela y poner en duda a la pareja y al hijo de Gallo que residen en Venezuela.
En línea con la postura del chavismo, Laborde indicó que el gobierno de Nicolás Maduro no fue avisado de la llegada del uniformado argentino. Esto contradice lo señalado por el gobierno de Milei, que presentó documentación para constatar un ingreso legal y planeado.
Lo cierto es que Gallo es uno de los tantos extranjeros detenidos por las autoridades venezolanas después de que estallara una ola de protestas tras la declaración del Consejo Nacional Electoral (CNE) ungiendo a Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, sin presentar las actas como evidencia. A la fecha más de 20 ciudadanos de países como Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Perú y Uruguay han terminado tras las rejas acusados de espionaje o conspiración.
Para Gerardo Werthein, canciller argentino, pareciera que el régimen acumula rehenes de cara al 10 de enero del año que viene, cuando empieza el nuevo mandato de Maduro, de tal manera que los usarían para extorsionar a otros países y obligarlos a reconocer su gobierno como legítimo.