Un año después de haber tomado las riendas de Estados Unidos, Joe Biden tiene cuentas que rendir y su balance está lejos de ser el que esperaba. Con una pandemia que se resiste a ceder, enormes desafíos en materia económica y de política exterior y la agenda legislativa de la Casa Blanca en ruinas, la sensación general es de decepción y frustración. Y el segundo año promete ser tan difícil como el anterior.
Razones no faltan. A 12 meses de haber reemplazado en el cargo a Donald Trump, el líder demócrata que prometió unificar a Estados Unidos enfrenta serios retos en su propia casa. Los intentos de su partido por reformar las leyes electorales parecen encaminados al fracaso en el Congreso, y su paquete de gasto público sigue estancado.
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Su popularidad también está en horas bajas. Una nueva encuesta de Gallup muestra a Biden con solo un 40% de aprobación, frente al 57% del inicio de su mandato. Desde la Segunda Guerra Mundial, solo los números del primer año de Trump fueron menores.
Son pésimas noticias para Biden y los demócratas, que se encaminan a una derrota aplastante en las elecciones de medio término si el presidente no logra mejorar la situación.
“Sobre este primer año la sensación general es de decepción respecto al gobierno de Biden y a su partido”, dice a El Comercio el analista político Octavio Pescador.
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Brenda Estefan, analista internacional que trabajó en la Embajada de México en Washington, apunta que Biden llega un poco debilitado a este momento, después de un año en el que ha enfrentado una situación compleja tanto a nivel nacional como internacional.
“Por un lado, la continua división del país se verá reflejada en las elecciones de medio término, en las cuales es probable que los republicanos puedan recuperar la Cámara de Representantes y el Senado. En términos internacionales, la obsesión de Biden había sido enfocar todos sus recursos en la rivalidad con China, pero se ha impuesto la realidad internacional y finalmente han llamado su atención otros temas”, señala a este Diario.
Por su parte, Andy Gómez, analista político y exdecano de la Universidad de Miami, considera que se debe reconocer que Biden asumió la presidencia en un momento en que la nación estaba completamente dividida. “Yo creo que cualquier persona que hubiera asumido la presidencia iba a tener una tarea muy difícil, no solamente por la división y los problemas domésticos, sino también por los problemas internacionales”, señala.
A continuación, los expertos evalúan los aciertos y desatinos de Joe Biden en su primer año en la Casa Blanca.
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Gestión sanitaria
Con un tono de combate contra la pandemia más duro que su predecesor, Biden ha mantenido un fuerte mensaje a favor de la vacunación. Sin embargo, en Estados Unidos cada estado tiene sus propios controles, y el manejo de la crisis sanitaria depende en gran parte de quién gobierna localmente.
“La Administración Trump y los reportes falsos que incitaban no seguir a los científicos crearon muchas dudas en el pueblo norteamericano y todavía no hemos llegado a un 70% de personas vacunadas. Al mismo tiempo creo que el presidente Biden ha hecho un muy buen papel en tratar de buscar y mejorar socialmente y científicamente la necesidad de tratar con este tema”, apunta Gómez.
Pescador apunta que pese a los esfuerzos del gobierno, la naturaleza de la pandemia complicó las cosas y llegaron las variantes delta y ómicron. “Aunque la aparición de esas variantes no es responsabilidad de Biden, él sí es el líder de una nación y sobre él se vuelcan las críticas”.
Pese a que no ha sido perfecta, destaca que la vacunación y el proceso de combate a la pandemia desde la administración pública ha sido eficaz. “En términos generales se cumplió el objetivo de que no se viviese una catástrofe económica por el virus y que no se desatendiese la vacunación”, agrega.
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Política exterior
Si bien Biden logró regresar a Estados Unidos al lugar que tradicionalmente había ocupado en la escena internacional -reintegró al país al acuerdo climático de París y al intento multinacional de controlar la capacidad nuclear de Irán- su rol tuvo altibajos en este primer año de gobierno.
Los analistas coinciden en que el tema de la salida de Afganistán de las tropas estadounidenses, y sobre todo cómo se materializó, causó muchos problemas en Estados Unidos.
“Lo que marcó de manera importante su primer año de gobierno fue Afganistán. En la percepción internacional la caída de Kabul en manos de los talibanes en agosto del año pasado marcó la percepción internacional y dentro de Estados Unidos. Ese fue un tema muy sentido en la ciudadanía estadounidense, muchos vieron lo sucedido en Afganistán como una debacle”, señala Estefan.
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Añade que en términos internacionales otra situación que se hizo mal fue la crisis de los submarinos. “En Francia se vio muy mal esta postura que deja a un lado a un aliado tradicional y se hace negociaciones a su espalda. Eso lastima la ya compleja relación con los aliados tradicionales”.
Por su parte, Gómez señala que el papel de Estados Unidos en la batalla de Occidente contra Rusia no está claro. “Ahora mismo tenemos el problema de Vladimir Putin y la agresión de Rusia en Ucrania, que no sé cómo se va a poder detener. ¿Quién le dio derecho a Estados Unidos de ser policía del mundo entero? ¿Dónde está la OTAN? Esos problemas no los resuelve un solo país”, opina el experto.
Agrega que no se puede tratar con países que no siguen las leyes y pone de ejemplo a Rusia y China. “Yo no creo que se vaya a llegar a una guerra por el tema de Ucrania porque nadie va a beneficiarse de una conflagración, pero Estados Unidos no puede meterse solo en ese conflicto. La agenda internacional ha complicado mucho a Biden”, afirma.
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Cuestión migratoria
Una de las primeras cosas que hizo Biden al tomar posesión fue pedir al Congreso que aprobara una reforma migratoria con una vía a la ciudadanía para los alrededor de 11 millones de indocumentados en el país.
Pero no ha habido avances. La medida ha languidecido en el Congreso, donde ni siquiera versiones más reducidas de ese proyecto de ley inicial han conseguido avanzar, algo que ha generado frustración entre muchos votantes y activistas hispanos.
Estefan apunta que este es un problema complejo para Estados Unidos, que tiene un sistema migratorio “completamente roto” para el que, considera, la única solución es una reforma migratoria integral profunda.
“Biden ha buscado empujar este tema que se ha politizado mucho en Washington. Algunos demócratas son muy reticentes a estos cambios por los que sus propios electorados les demandan y por eso básicamente lo que han hecho es tratar de solucionar por encima el problema. Pero en realidad una solución de fondo requeriría de un esfuerzo político bipartidista. Se pensaba que Biden quizás podría lograr este tipo de acuerdo, pero lo que vemos en la realidad es un Partido Republicano cada vez más radicalizado”, afirma.
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Unir a la nación
La primera promesa que hizo Biden al ganar los comicios fue que reunificaría a un Estados Unidos profundamente dividido tras el gobierno de Trump y un proceso electoral que sacó lo peor de un sector del país.
Un año después de haber asumido el mando el problema no solo no ha mejorado, sino que la división es latente incluso dentro del propio Congreso.
“Biden está muy lejos de unificar al país, él en este momento está resarciendo los grandes desgarros que hizo a la esencia estadounidense la administración anterior y que hacen ahora muchos de los grupos que siguen vociferando que el gobierno de Biden no tiene legalidad ni legitimidad”, dice Pescador.
“Biden no va a poder callar esas voces, pero con acciones sí podría invitar y hacer el esfuerzo de mostrar lo que es la posibilidad de una sociedad unida. El problema es que no tiene unidad ni siquiera dentro de su propio partido”, agrega.
Estefan apunta que la división presente en la sociedad estadounidense podría llevar a que si los republicanos ganasen en las elecciones de medio término podrían volver inoperante el gobierno de Biden en su segunda mitad y se le complicara así una reelección.
“Hay una tremenda división que parte en dos a la sociedad estadounidense, donde el otro es visto como el enemigo. Hoy Biden está tratando de mantener su raquítica mayoría en el Congreso para poder hacer algo en la segunda parte de su mandado, y es que si descuida el factor electoral su gobierno se podría volver mucho más complicado”, agrega.
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Economía
El gobierno de Biden atribuye a la aprobación de su plan de rescate por 1,9 billones de dólares el haber salvado a la economía de entrar en una espiral descendente con desempleo masivo y recesión.
Un logro del demócrata fue el que se convirtiera en ley un paquete de infraestructura por 1,2 billones para puentes, carreteras, conexiones de internet, entre otros.
Entre las malas noticias para Biden en su primer año estuvieron la muerte en el Senado de un paquete mayor para el clima y el gasto social, por 1,7 billones de dólares llamado “Build Back Better” (Reconstruir Mejor). Además, el presidente enfrenta una inflación récord de 7% en el 2021.
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“Biden ha conseguido el apoyo para tener mejor infraestructura en Estados Unidos, que crea o mejora las carreteras, el Internet, los aeropuertos, pero gran parte de la agenda de Biden no se ha movido por la división que hay en el Congreso. Al mismo tiempo tenemos una inflación de 7%, que es de las más altas que hemos tenido en 40 años y eso preocupa mucho a las personas”, dice Gómez.
Pescador agrega que el gobierno no ha tenido una estrategia de comunicación eficaz para deslindar de la inflación.
“La inflación no ha sido responsabilidad del gobierno en su totalidad, podríamos decir que tardaron en meter los programas para destrabar las rutas y las entradas en los puertos y pudieron haber inyectado recursos antes, pero eso compete a los niveles locales. Pero sí intervinieron, el incremento en los precios era de esperarse por la inyección de liquidez y porque la gente no podía salir a comprar. Una vez que hay vacunación y que la gente puede salir a comprar van a subir los precios”, explica.
“La Administración Biden no ha hecho un trabajo concienzudo para deslindar de este tema y eso lo están pagando en términos de la popularidad del presidente”, agrega.
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