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Siete ciudades de Francia le declaran la guerra al atún y España se pone en alerta: ¿precaución excesiva o medida justificada?
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París y otras seis ciudades de Francia anunciaron este viernes 29 su decisión de prohibir el atún y otros productos alimentarios hechos a base de este en el menú de las escuelas, señalando un potencial riesgo para la salud de los menores.
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La medida se tomó a pesar de que la normativa nacional francesa y la europea no contemplan prohibiciones contra el consumo de dicho pescado, que en sus presentaciones habituales cumple con los parámetros de la ley; sin embargo, las autoridades locales sostienen que la resolución se debe a la necesidad de aplicar el “principio de precaución”.
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“La reglamentación europea no es suficientemente protectora para la salud, sobre todo para la de los niños”, declaró Charlotte Brun, vicepresidenta del Ayuntamiento Metropolitano de Lille, a France Info.
Además de París y Lille, otras localidades que se han sumado a la prohibición han sido Lyon, Grenoble, Montpellier y Rennes.

Según reporta EFE, los gobiernos de dichas ciudades están encabezados por agrupaciones de izquierda y encargaron un estudio en el que 148 latas de atún en conserva fueron tomadas aleatoriamente como muestra, hallándose en más de la mitad de estas una concentración de 0,3 miligramos de mercurio por kilogramo. Este margen es considerado el límite para otros pescados consumidos en esta presentación.
La noticia fue recibida con rechazo por parte de los productores de alimentos en conserva no solo de Francia, sino también de la vecina España. Los proveedores de atún señalan que cumplen con las normativas y que los límites alimentarios impuestos no son arbitrarios, además de considerar limitado el estudio de las comunas francesas.
“Sorprende que la autoridad pública, que la salud pública francesa no frene este tipo de situaciones y se den declaraciones poco fundadas que promueven el alarmismo”, señaló a EFE Roberto Alonso, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas y Productos Transformados de Pescados y Mariscos de España.
El mercurio, fuente de la discusión
La OMS señala que el mercurio es una de las diez sustancias químicas más preocupantes para la salud pública y tiene gran impacto en los sistemas nervioso, digestivo e inmunitario.
Claudia Agüero, nutricionista especializada en sobrepeso y miembro de la Asociación de Profesionales de Nutrición Natural CANNP, indica que el consumo de mercurio está relacionado con problemas como la anemia por ser un limitante para la asimilación del hierro, entre otros factores.
“Lo que sucede es que el mercurio es un metal pesado, por lo que es muy difícil de expulsar de nuestro cuerpo. Esto impide que otros minerales como el hierro se puedan absorber bien en el cuerpo y ahí surge el problema de salud pública”, explica la especialista a El Comercio.
“Por ejemplo en Canadá, que es donde yo resido, se recomienda a las gestantes un consumo de una lata por semana como máximo, debido a que son las más propensas a tener anemia por su condición. De hecho, en los supermercados tú puedes ver las latas de atún con un mensaje de aviso sobre esto”, añade Agüero.

La nutricionista aclara que este tipo de recomendaciones solo apuntan al atún, pero no a otros pescados en presentaciones similares. Como en el caso citado por las comunas francesas, peces de consumo habitual como la anchoveta o el bacalao presentan niveles de mercurio más bajos.
El consumo de atún en los niños sigue lineamientos similares a los de las mujeres embarazadas, debido a que el hierro sigue siendo crucial para el desarrollo infantil.
“Se ha visto una relación directa en el aumento de anemia en los niños y esto afecta su crecimiento de forma exponencial. Hablamos desde la estatura hasta el desarrollo del cerebro, que justamente necesita el hierro”, sostiene Agüero.
Pese a lo anterior, no se trata de que necesariamente el consumo de atún deba ser erradicado, sino limitado, particularmente entre los grupos vulnerables como las gestantes, niños menores de cinco años y también los adultos mayores.
“Ellos son la población vulnerable en principio porque su consumo de varios nutrientes es limitado. Un niño pequeño recién está aprendiendo a comer y muchos no consumen una variedad grande de alimentos, pero su propio crecimiento y desarrollo hacen que necesiten más nutrientes y si a esto le agregamos que consuman diariamente mercurio estamos limitando su crecimiento”, explica la dietista.
“En el caso de las gestantes, ellas muchas veces tienen problemas para digerir los alimentos y si hablamos de una madre embarazada en situación de pobreza, con mayor razón. Una madre que está con problemas de náuseas, vómitos y además consume mercurio en las conservas definitivamente va a tener una probabilidad mayor de caer en la anemia junto a otros problemas de deficiencia nutricional. Lo mismo con los adultos mayores que en muchos casos son edéntulos (sin dientes)”, añade Agüero.
La experta en nutrición indica que el consumo de atún en conserva no debería pasar de una lata a la semana, o dos como máximo. En este último caso la ingesta debe ser espaciada en un rango mínimo de unos tres días.
Fuentes de proteína como otros pescados, huevo y carnes como la de cerdo son alternativas al atún, a decir de la nutricionista. En el caso de las dietas vegetales, las menestras son opciones bastante buenas también.








