Desde el siglo XIV el título de princesa de Gales ha sido utilizado por la esposa del heredero al trono británico. Un título que en el imaginario de todos ha quedado fuertemente ligado a Lady Di, la exesposa del flamante rey Carlos III, pero que ahora ha pasado a su nuera Catalina.
Catalina, o Kate Middleton como se le conocía antes, tendrá el inmenso desafío de honrar la memoria de Diana Spencer, quien pese a los años transcurridos desde su muerte, en 1997, sigue siendo recordada como ‘la princesa del pueblo’. Ella ahora deberá buscar ahora su propio camino para hacer relucir el título, algo en lo que ha ido trabajando cuidadosamente desde que entró a la familia real, cuando se casó, siendo una plebeya, con Guillermo en el 2011.
De hecho, una encuesta de YouGov muestra que es la integrante más popular de la familia real después de la reina Isabel II, con el 68% de popularidad. Le sigue el príncipe Guillermo en tercer lugar, con el 66%.
“La nueva Princesa de Gales aprecia la historia asociada con este rol, pero comprensiblemente querrá mirar hacia el futuro mientras crea su propio camino”, dijo una fuente oficial de su entorno.
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“Amo a Diana, pero también amo a Kate”, comenta a la AFP Selma White, una abogada de 40 años. “Es una princesa increíble y estoy impaciente de verla como reina. Creo que es muy elegante, hermosa y representa muy bien a la monarquía desde el comienzo”, agrega.
Y es que esta etapa de transición es fundamental, pues los británicos tendrán que acostumbrarse a un nuevo rey después de siete décadas de ver a la misma persona en el trono. Por ello, tanto Catalina, como su esposo Guillermo, saben que tendrán un rol fundamental sobre todo por la popularidad que llevan a cuestas.
Robert Hazell, experto constitucional en la University College London, asegura a la AFP que Catalina puede convertirse en privado en una asesora de su esposo y, en público, podría ayudar a mantener la popularidad de la realeza entre los más jóvenes, más desencantados con la institución monárquica.
Labor social
Uno de los aspectos más recordados de Lady Di fue el esmero con que apoyó diversas causas, como la lucha contra el HIV o las minas antipersonales, por nombrar solo las más representativas.
Es difícil olvidar cómo no dudó en estrechar la mano de un enfermo de SIDA, en momentos en que era un tabú y los contagiados eran duramente estigmatizados.
Desde que se casó, Catalina ha demostrado mucho interés en los niños más pequeños, la salud mental y la lucha contra la adicción a las drogas.
“Nuestra primera infancia moldea nuestra vida adulta”, dijo en julio del 2021, cuando lanzó el Centro de la Fundación Real para la Primera Infancia.
De hecho, su rol de madre de tres niños pequeños ha sido muy comentado en los medios y, sobre todo, en redes sociales, cuando se viralizaron imágenes de sus hijos teniendo pataletas o malos momentos durante actividades oficiales, y que la princesa supo sobrellevar poniéndole un rostro más realista a la monarquía.
“Tanto Guillermo como Catalina dominan el arte de controlar tanto lo formal como lo informal en la esfera pública”, subraya a “The Guardian” el experto en realeza Richard Fitzwilliams. Y agrega: “Han hecho un muy buen trabajo protegiendo esa mezcla de normalidad y estatus real”.
Su camino al reinado
La ahora princesa de Gales es hija de un empresario y una azafata, Michael y Carole Middleton. Gracias a que se crio en una familia adinerada, estudió en una prestigiosa escuela privada, el Marlborough College.
Luego estudió en la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, donde conoció a Guillermo.
La pareja se mantuvo unida desde entonces, a excepción de una breve ruptura en el 2007.
Trabajó un corto tiempo como encargada de compras en la lujosa cadena de moda Jigsaw antes de su boda en la histórica abadía de Westminster de Londres en el 2011.