Algunas de las felicitaciones internacionales más entusiastas que recibió Gustavo Petro tras ser elegido como el primer presidente izquierdista de Colombia llegaron desde Venezuela. El líder chavista Nicolás Maduro no tardó en celebrar el resultado y en afirmar que “nuevos tiempos se avizoran” para el país cafetero. El número dos de su régimen, Diosdado Cabello, fue un poco más allá y consideró que la victoria de Petro cambia “radicalmente” las relaciones entre ambos países.
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“Sin duda se abre un nuevo espacio para la Colombia que todos queremos, no la Colombia de la oligarquía, sino la Colombia del pueblo colombiano. Se abre un nuevo espacio para el diálogo. Cambia radicalmente la relación con Venezuela, con el solo hecho de que deje de gobernar la oligarquía, ya hay un cambio profundo en la relación con nuestro país”, dijo el dirigente en una conferencia de prensa.
La victoria de Petro, economista y exguerrillero de 62 años, ha despertado dudas sobre el futuro de las relaciones entre ambos países. El izquierdista reemplazará desde el 7 de agosto a Iván Duque al frente del Gobierno Colombiano, a quien el chavismo ha considerado por años su principal enemigo político junto a Estados Unidos.
“El chavismo va a hacer su fiesta comunicacional y van a convertir el triunfo de Petro en una derrota de Juan Guaidó en Colombia porque hay un reducto de gente de Guaidó en Colombia importante en términos de acciones internacionales. Eso Maduro lo va a explotar”, dice a El Comercio el analista político venezolano José Carrasquero.
En los últimos años el chavismo acusó frecuentemente a Duque de estar detrás de intentos de golpe de Estado en Venezuela. El presidente saliente de Colombia encabezó la presión regional para sacar a Nicolás Maduro del poder.
Uno de los puntos más tensos en la relación entre ambos países llegó en el 2019 cuando Caracas rompió relaciones con Bogotá después de que Duque reconociera como presidente encargado de Venezuela al opositor Juan Guaidó. Los principales aliados de este último se exiliaron en Colombia.
Como consecuencia no hay consulados o vuelos directos y la frontera permaneció cerrada entre el 2019 y octubre del 2021, lo que afectó seriamente el comercio bilateral.
Si bien el futuro de las relaciones con Venezuela no acaparó tanta atención en esta campaña, las declaraciones y posturas públicas de Petro sobre el tema permiten avizorar un giro notable en el trato con Caracas.
¿Qué tanto podría cambiar su relación?
Ante los fantasmas de asociación con el chavismo, Petro marcó distancia con el régimen de Maduro durante la campaña electoral, llegando a calificarlo de “dictadura”. Si embargo, ha dejado claro que restablecerá las relaciones con Venezuela, dejando atrás tres años de tensiones y graves diferencias entre Caracas y Bogotá.
Carrasquero recuerda que en las campañas electorales todos los candidatos tienden a enmascarar sus posiciones reales. “A los políticos no les cuesta mucho suavizar la posición que tienen sobre alguna cuestión y eso fue lo que hizo Petro en su momento. Es bien sabido que Petro y Maduro orbitan en esa corriente internacional socialista que busca exportar el socialismo a toda Latinoamérica”, afirma.
Para el experto, es evidente que Petro y Maduro pertenecen a la misma órbita, apoyan al Foro de Sao Paulo y, de cualquier forma, son socios ideológicos. Con esto, por primero que va a cambiar es la formalidad. “Va a haber un reconocimiento de Maduro por parte de Petro y la aceptación de un embajador de Maduro”, destaca Carrasquero, que ve como resultado positivo de ello que los consulados de ambos países van a empezar a funcionar, lo que facilitará la vida al ciudadano venezolano en Colombia y al ciudadano colombiano en Venezuela.
El analista político colombiano Jairo Libreros se pronuncia en la misma línea. “Va a ser un cambio del cielo a la tierra”, dice a este Diario y agrega que desde el 7 de agosto no habrá espacio para el cerco diplomático entre ambos países.
“El presidente Gustavo Petro va a restablecer, por lo menos del lado colombiano y a la espera de una medida recíproca, el intercambio comercial y económico en la frontera con Venezuela, especialmente Cúcuta y Norte de Santander. En el corto plazo, a más tardar en octubre, ya tendremos relaciones consulares y muy seguramente en diciembre, para la cumbre de la Celac en Buenos Aires, oficialmente ya se habrían reestablecido las relaciones diplomáticas”, considera.
Precisamente, Diosdado Cabello afirmó días atrás que, tras el triunfo de Petro, “pareciera” que se va a “fortalecer” la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Añadió que se “termina de enterrar una cosa nefasta que se llamó el Grupo de Lima (bloque de países contrarios a la revolución bolivariana)”.
Sobre la postura de Petro sobre Maduro, Libreros destaca que el mandatario electo colombiano sabe que el de Venezuela es un régimen tachado de dictadura. “Pero él parte del supuesto de que es mejor tener comunicación que mantener el cerco diplomático que demostró ser un fracaso. El problema es que cuando tú restableces esas relaciones pues le das la espalda a Juan Guaidó y al Grupo de Lima. Tanto Juan Guaidó como el Grupo de Lima están heridos de muerte en el sentido político”, señala.
El desafío de la migración
Un tema clave entre ambos países -que comparten una porosa frontera de más de 2.200 km- es la migración. Colombia acoge a dos de los seis millones de venezolanos que han migrado por la crisis de su país, a los que Duque ha regularizado para que puedan trabajar y acceder a servicios públicos.
Las autoridades migratorias colombianas entregaron un millón de documentos de regularización a migrantes venezolanos desde que comenzó hace un año la puesta en marcha del Estatuto Especial de Protección Temporal.
Carrasquero y Libreros no esperan cambios en la política migratoria colombiana con Petro en el poder ni creen que se apoye algún tipo de persecución contra los migrantes venezolanos.
“Para Petro el estatuto de protección temporal que formuló Iván Duque es una iniciativa muy bien encaminada. Lo que yo creería es que se van a fortalecer los mecanismos para garantizar una mejor adaptación y asimilación de los venezolanos a la cultura, a la economía, a la sociedad y a la educación colombiana. Desde ese punto de vista los venezolanos que huyen de la dictadura, así como otros migrantes, van a tener la oportunidad de integrarse de mejor manera y con más seguridad a la vida colombiana”, dice Libreros.
Por su parte, Carrasquero enfatiza que no cree que Petro vaya a perseguir a los migrantes venezolanos. “Simplemente va a tener una política quizá más de poner ese tema en un segundo plano, pero no veo que vaya a haber algo contra los venezolanos. Por el contrario, creo que viene una apertura de las fronteras y el rescate de un comercio importante para ambos países porque son países fronterizos que comparten una frontera muy amplia y donde usualmente ha habido un intercambio comercial muy importante”, apunta.
Agrega que, pese a que Maduro va a querer usar el triunfo de Petro a su favor, el tema de las relaciones con Colombia no tiene mucho impacto dentro de Venezuela. “La gente en Venezuela está pendiente de otra cosa. La gente no está pendiente de lo que pasa en Colombia o en otro lado, la gente está pendiente de sobrevivir”, comenta.