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¿Hacia un giro a la derecha?: la inseguridad y la economía dominan la polarizada campaña presidencial en Chile
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Una vez más los chilenos se encaminan a una elección presidencial polarizada, con candidatos de profundas diferencias ideológicas peleando por el voto de un electorado que ha ido a las urnas una decena de veces desde la pandemia y ha caído en la apatía. Pero si hace cuatro años la contienda se centró en los reclamos sociales y las secuelas del estallido social del 2019, esta vez son la crisis de seguridad y el freno de la economía los temas decisivos en la pugna por la Moneda.
A la cabeza de todas las encuestas para los comicios del 16 de noviembre están la exministra, militante del Partido Comunista y carta del oficialismo Jeannette Jara (Unidad por Chile), que reúne entre el 25% y el 30% de la intención de voto, y el derechista José Antonio Kast (Partido Republicano), que le sigue de cerca con entre el 22% y el 25% de los apoyos.
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De los otros seis candidatos en carrera, la exalcaldesa Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional y el diputado Johannes Kaiser, de una derecha más radical que la de Kast, se mantienen codo a codo en el tercer lugar con entre el 18% y 19% en los últimos sondeos y esperan enfrentar a Jara en una segunda vuelta que ya casi se da por ineludible –la única manera de evitarla es si alguno de los aspirantes supera el 50% de los votos–. El economista Franco Parisi, considerado libertario y populista, llega más rezagado, pero algunas encuestas lo sitúan empatado con Matthei y Kaiser.
“La campaña se está centrando en quién va a pasar en segundo lugar. La pelea es por ver qué candidato de derecha va a ir contra Jara a la segunda vuelta, pero más allá de eso hay un convencimiento más o menos amplio en Chile de que en esta elección de nuevo vamos a tener alternancia del poder, es decir, que probablemente va a ganar la derecha”, dice a El Comercio el politólogo, catedrático y columnista chileno Patricio Navia.

- La carrera presidencial en Chile entró hace una semana en una etapa clave con la pegada de carteles y la difusión de la tradicional “franja” (propaganda televisiva), donde los candidatos buscan convencer a la ciudadanía.
- Los ocho candidatos presidenciales se enfrentarán mañana en un segundo debate para exponer sus ideas en la televisión abierta. El cara a cara será organizado por Canal 13.
- Si ningún candidato supera el 50% de los votos, habrá una segunda vuelta el 14 de diciembre.
Un punto a favor de esa postura es que, pese a la fragmentación de la derecha en estos comicios, las encuestas señalan que más de un 60% del electorado va a votar por alguno de los candidatos de derecha, lo que sigue una tendencia de victorias de ese sector en otros comicios recientes en el país.
Nueva agenda
El vuelco a la derecha se ha visto con claridad en los temas que dominan la campaña, señala Francisco Covarrubias, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile y columnista del diario “El Mercurio”. “Cuando ganó Gabriel Boric, se trataba de la dignidad, los abusos, la justicia social y hoy día es la seguridad, el orden, el progreso, el crecimiento económico, entonces se está jugando esta elección en una cancha que es propia de la derecha”, dice a este Diario.
De fondo, afirman los expertos, están las secuelas de un estallido social y un proceso para cambiar la Constitución que fracasó. Si bien Jara logró convertirse en la primera política del Partido Comunista en liderar una candidatura de amplia base para la presidencia –la coalición incluye a fuerzas como el Frente Amplio (izquierda), de Boric, y la Democracia Cristiana (centro)– deberá convencer a sectores más alejados de su espectro político e incluso lidiar con los progresistas que creen que el presidente no hizo lo suficiente por su agenda social.

“El gobierno tiene una popularidad en torno al 30%, no es una popularidad tan baja, pero no es suficiente para poder proyectarse hacia adelante. En segundo lugar, en el último tiempo se ha visto un trauma muy grande respecto a la radicalización en la que estuvo la izquierda en Chile”, dice Covarrubias.
Por eso no es sorprendente que la hoy abanderada de la centroizquierda haya empezado a desmarcarse con más contundencia de la gestión que integró hasta abril último como ministra de Trabajo. “No soy la continuadora del gobierno”, dijo a la prensa esta semana. También prometió “mano firme” contra el crimen en Chile, en momentos en que la inseguridad y el freno del crecimiento económico son los temas que agobian a los chilenos.
Kast, un defensor del modelo neoliberal instalado durante la dictadura de Augusto Pinochet y que postula por tercera vez a la presidencia, habla mucho más de la seguridad que de la economía y ha hecho de eso su fortaleza, a la par que aumenta sus ataques contra los resultados del gobierno.
“A las personas les importa la economía, aunque da la impresión de que entienden que no es mucho lo que el próximo gobierno puede hacer para mejorarla, pero sí creen que puede hacer mucho para combatir el crimen. Eso le da una ventaja a Kast y también a Kaiser, que es el otro candidato de extrema derecha que tiene un discurso fuerte contra la delincuencia. Y obviamente eso daña a Jara porque, en general, la gente cree que la izquierda es menos dura contra la delincuencia”, apunta Navia.
La lucha contra la delincuencia se ha visto reflejada en un debate sobre la necesidad de endurecer el trato a los indocumentados, especialmente venezolanos. Las medidas más duras incluyen la construcción de un muro fronterizo y deportaciones masivas, planteadas por Kast, y la siembra de “minas antitanque” en la frontera, propuesta por Parisi. Jara, en tanto, aboga por más controles y expulsar a quienes no se empadronen.
Recta final
En medio de la apatía, los chilenos participarán en la primera elección presidencial con voto obligatorio tras más de una década de sufragio voluntario. Eso significa, según análisis electorales, que 5,6 millones de ciudadanos nunca han votado, por lo que su tendencia política se desconoce y podría ser decisiva.
Las próximas semanas serán cruciales, especialmente para la derecha. “Aunque no es muy alta, hoy existe una posibilidad de que Matthei pase a segunda vuelta, por lo que la elección sigue estando abierta. Para Kast, el desafío es lograr mantener un porcentaje que le permita pasar al balotaje, lo que le es muy difícil porque el candidato por su derecha, Kaiser, está creciendo. Kast está transitando por una cornisa y debe cuidarse para no caerse ni a un lado ni al otro”, añade Covarrubias.
Por lo pronto, el oficialismo parece preferir una segunda vuelta con Kast. “Da la impresión de que el presidente Boric quisiera que pase Kast, lo quiere convertir a él en el adversario porque la izquierda cree que Jara tiene más chances con él que con Matthei, la candidata derechista más moderada”, acota el experto.










