El poder del crimen organizado volvió a relucir en Culiacán este jueves 5. Esta vez, sin embargo, y a diferencia de octubre del 2019, no pudo evitar que las fuerzas de seguridad mexicanas consiguieran capturar y encarcelar a Ovidio Guzmán, hijo del infame capo del narcotráfico Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
En contra de ‘El Ratón’, como se conoce a Ovidio Guzmán dentro del poderoso cártel de Sinaloa, pesa una solicitud de extradición desde el 19 de setiembre del 2019, emitida por Estados Unidos, donde enfrenta cargos de asociación delictiva relacionados con drogas ilícitas.
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En diciembre del 2021, además, el gobierno estadounidense dio a conocer que había una recompensa de US$20 millones por la captura de ‘El Ratón’ y otros tres miembros de la banda ‘Los Menores’, como se conoce a los hijos de los principales capos del cártel de Sinaloa, ‘El Chapo’ e Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
La captura de Guzmán provocó 19 bloqueos de vías en Culiacán, enfrentamientos a balazos entre sicarios del cártel y las fuerzas de seguridad, además de incendios de vehículos y ataques a una base aérea y al aeropuerto que dejaron daños colaterales tras impactar un proyectil en un avión comercial de Aeroméxico.
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Al igual que en octubre del 2019, cuando se produjo el conocido ‘Culiacanazo’, los enfrentamientos dejaron un saldo de heridos y fallecidos. Esta vez se contabilizaron 28 heridos y al menos un agente de la Guardia Nacional muerto, además de más de 200 autos robados y una veintena de comercios saqueados.
Pese a ello, ‘El Ratón’ pudo ser trasladado primero a la Fiscalía Especializada en Materia de Delitos Organizada, en Ciudad de México, y luego al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 Altiplano, en el Estado de México.
El penal es uno de los que albergó a su padre antes de que fueraextraditado a Estados Unidos, donde fue condenado a cadena perpetua más 30 años de prisión tras ser encontrado culpable de 26 cargos criminales.
Cabe resaltar que el arresto de Ovidio se produjo pocos días antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reciba a sus homólogos de EE.UU., Joe Biden, y de Canadá, Justin Trudeau, para una cumbre de países norteamericanos.
La violencia provocada tanto en el 2019 como este jueves 5, sin embargo, hace temer sobre las futuras acciones de los principales grupos criminales mexicanos. Por un lado, está la posibilidad de que el cártel de SInaloa busque venganza por la caída de uno de sus líderes, mientras que otros cárteles como el ascendente Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) podría aprovechar el vacío de poder para dominar nuevos territorios del país.
Al respecto, El Comercio conversó con Eduardo Guerrero, analista de seguridad y director de Lantia Intelligence, una de las consultoras mexicanas más importantes en temas de violencia.
—¿Qué cambió desde octubre del 2019 hasta ahora?
Lo primero fue la imagen del presidente López Obrador, que sufrió un daño muy grande porque asumió públicamente la decisión de liberarlo para, según él, no causar más daño a la población en Culiacán y acabaran las hostilidades que se generaron el día del arresto. Eso es muy importante porque su imagen quedó marcada como la de alguien que mantenía una relación empática con este cártel y no quería hacerles daño. Admitirlo públicamente, además, les dio armas a sus adversarios políticos para que cuando termine su Administración [ocurrirá a fines del 2024] puedan denunciarlo por complicidad con el crimen organizado.
—¿Y en cuanto a los hijos de Guzmán, cuánto poder tienen ahora?
Los Chapitos, como se conoce a los hijos de Guzmán (Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López, además de Ovidio), forman un grupo muy importante que lidera al cártel de Sinaloa junto al del Mayo Zambada. El Mayo es un hombre grande, con una visión muy tradicional de las cosas, tiene mucha prudencia estratégica y es muy conservador en la manera en como conduce al cártel. Los Chapitos, que son jóvenes, tienen muchos desacuerdos con Zambada y su manera de conducir al cártel. Se les atribuyen varios enfrentamientos y agresiones a instalaciones militares, policiales o asesinatos de policías y soldados. Ellos han estado pugnando porque el cártel se vuelva más pujante, más agresivo y que se expanda a nuevas zonas porque sienten que el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) los ha superado al adueñarse de los mercados ilícitos en otros estados del país. Esta división ha sido importante en el cártel de Sinaloa y me parece que el Gobierno lo tiene muy claro.
La tarde del 17 de octubre del 2019 el terror se apoderó del municipio de Culiacán, en el norteño estado de Sinaloa. Poco después de las 3 de la tarde, una treintena de efectivos del Ejército y la Guardia Nacional ingresaron a una vivienda en la que se encontraba Ovidio Guzmán López, hijo del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, con la intención de arrestarlo y cumplir una orden de extradición a Estados Unidos.
Sin embargo, mientras los efectivos ingresaban a la vivienda, decenas de vehículos llenos de hombres armados llegaban a la ciudad y comenzaban a cortar las vías de entrada al municipio, tomar el control de comercios y gasolineras, y posicionarse frente a cuarteles y comisarías. En total, cerca de un millar de sicarios del cártel de Sinaloa se mostraron dispuestos a enfrentarse a muerte con los elementos de seguridad para liberar a su jefe.
Culiacán se mantuvo sitiada durante cuatro horas y 15 minutos, hasta que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó el cese del operativo para “no arriesgar al pueblo”. Los enfrentamientos dejaron un saldo de 9 muertos, una decena de heridos y otra decena de militares retenidos. Ovidio fue liberado, demostrando que el crimen organizado ha avanzado tanto en México que es capaz de doblegar al propio Estado.
—Con esos antecedentes, ¿la captura de Ovidio no podría derivar en una nueva ola de violencia?
Los Chapitos no tienen todo el control del cártel de Sinaloa, este está gobernado por 4 o 5 familias. Además de los Guzmán y los Zambada hay otras dos o tres importantes. Entonces, sin duda que Los Chapitos pueden echar a andar algunas acciones agresivas en ciertos estados y generar ruido mediático que por supuesto traerá algunas muertes, pero no se les conoce como autores de algún magnicidio o del secuestro de figuras de alto perfil. Ellos buscan ser muy agresivos al captar los mercados de extorsión o narcomenudeo en zonas turísticas. Yo no creo que se atrevan, por ejemplo, a planear un atentado contra alguna figura pública muy importante. Posiblemente sin Ovidio, Zambada se acerque a Los Chapitos para negociar y recomendarles que bajen el perfil, buscando que no arresten a más hermanos. Hace dos meses quisieron arrestar a Aureliano Guzmán, hermano del Chapo y tío de Ovidio, pero no pudieron. Entonces, con lo de Aureliano y Ovidio se puede ver que el Gobierno está detrás de la cúpula del cártel, yo considero que lo hacen apoyados en la inteligencia de Estados Unidos.
—¿Y cuán efectivas resultan estas capturas?
El Gobierno busca bajar los niveles de violencia en ciudades como Ciudad Juárez o Tijuana, donde operan Los Chapitos. Pero podría aumentarla en otras por la reacción del CJNG, que intentará capitalizar el arresto de Ovidio moviendo sicarios y otros miembros a zonas que no tendrán el liderazgo claro luego de la detención. Es un poco incierto ahora.
—Acerca del próximo encuentro entre AMLO y Joe Biden, ¿considera usted que influye de alguna forma en la captura?
Por supuesto, hay dos asuntos en la dimensión política. Primero, seguro que López Obrador le mostrará a Biden que en el último año se redujeron los homicidios en un 7% en México, también hay buenas cifras de arrestos de figuras de alto perfil criminal - estimamos un aumento del 30% de este tipo de arrestos en el último año – y el Gobierno de EEUU tiene considerado al cártel de Sinaloa como uno de los principales exportadores de fentanilo que ha generado una crisis de salud muy grave con más de 100 mil sobredosis en el último año, así que se podrá mostrar como un esfuerzo de México por reducir la exportación de fentanilo.
Entre junio de 2020 y mayo de 2021 más de 100.000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas y alrededor de dos tercios de esas muertes se debieron a opioides sintéticos como el fentanilo.
informe de la Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos , febrero del 2022
—¿Y el segundo asunto en la dimensión política?
Yo creo que este arresto ya se inscribe en la competencia electoral del 2024, el presidente dará el banderazo a los precandidatos de su partido y el balance en materia de seguridad es malo, así que intentará dar estos golpes a lo largo del año para intentar cambiar la impresión de la mayoría de la gente, que opina que ha sido complaciente con los criminales y que su estrategia de seguridad ha sido un fracaso.