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Roma cobrará por acercarse a la Fontana de Trevi: ¿qué otras ciudades y países han fijado restricciones importantes al turismo?
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El Ayuntamiento de Roma (Italia) anunció este viernes 19 que las visitas a la Fontana de Trevi, uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad, dejará de ser de acceso libre para los turistas, quienes pasarán a pagar una entrada de 2 euros para acercarse al monumento.
La normativa entrará en vigor desde el 1 de febrero del 2026 y Roberto Gualtieri, alcalde de la comuna, especificó que la fuente es “gratuita para todos” y que únicamente estaba limitado “el acceso a la zona justo delante de la fuente”.
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La plaza en la que se encuentra la Fontana ya tenía un aforo de 400 personas, el cual pasará a ser de 250 con la introducción de la nueva regulación. Las autoridades de Roma ya han hecho algo parecido en el Panteón, otro de los grandes monumentos de la ciudad, y en ambos casos se tenía en mente la preservación del patrimonio y la obtención de recursos para dicho fin.
La capital italiana no es la única que ha tomado medidas de este tipo para controlar el flujo de turistas, pues en Europa y otras ciudades del mundo se han establecido diferentes medidas de este tipo, que van desde la limitación de los incentivos de visita hasta prohibiciones totales. En esta nota, un repaso a algunas localidades que han establecido restricciones importantes a los visitantes del exterior.
El Ayuntamiento de Venecia introdujo en abril del 2024 la Contribución de Acceso para limitar el flujo de turistas extranjeros y hacer la vida más llevadera para la población local. Se trata del pago obligatorio de una tarifa dinámica de entre 5 y 10 euros para poder acceder al centro de la ciudad en función del tiempo de permanencia en la localidad.
Inicialmente se trató de una prueba que se extendió durante 29 días, principalmente fines de semana y días festivos entre los meses de abril y junio. Las autoridades quedaron lo suficientemente satisfechas, por lo que renovaron la medida en el 2025 y extendieron los días de cobro a 54.
Se ha confirmado que la tarifa seguirá en pie para el 2026 y estará vigente durante 60 días comprendidos entre el 3 de abril y el 26 julio del próximo año, desde las 8:30 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Están exentos de ese pago los residentes o nacidos en el municipio de Venecia, los residentes en la región de Véneto, los menores de 14 años y las personas con alguna discapacidad.
Según el diario local “La Nuova Venezia”, este año más de 720.000 personas pagaron el importe obligatorio, mientras que en el 2024 lo hicieron alrededor de 485.000.

Países Bajos admite el cobro de cuotas turísticas a sus municipios desde hace décadas, pero en su capital esta se hizo más firme cuando la municipalidad de Ámsterdam introdujo el 1 de enero del 2020 una tasa turística del 7% sobre el precio del alojamiento más una tarifa de tres euros por noche.
En el 2024 entró en vigor un incremento considerable que elevó la tarifa al 12,5%, convirtiéndose en la más alta de su tipo en Europa. Es también una de las más severas, pues casi no contempla exenciones.
El cobro está destinado a personas no residentes en Ámsterdam e incluye a hoteles y habitaciones rentadas a través de medios como Airbnb. Las visitas y estadías en casas de familiares o amigos no están contempladas en la regulación y solo se considera el pago de la cuota cuando el alojamiento supone cualquier desembolso de dinero.
La capital neerlandesa tiene una tasa específica para los turistas que viajan en cruceros, la cual es de 14,50 euros y podría ascender a 15 euros en el 2026. El pago está destinado a los pasajeros cuyas embarcaciones hacen escala en Ámsterdam.
Para este caso sí hay excepciones, pues los turistas de cruceros que inician o terminan su recorrido en Ámsterdam están libres del pago, al igual que los viajeros que hacen una escala técnica o permanecen solamente por un día.

El Ayuntamiento de Barcelona anunció en el 2024 la eliminación total de las licencias de uso turístico para las residencias y apartamentos, siendo la primera de las grandes ciudades europeas en adoptar una medida tan drástica. La reciente legislación local establece que las estancias de menos de 31 días en edificios residenciales quedan totalmente prohibidas.
Las autoridades barcelonesas esperan que para noviembre del 2028 no haya pisos turísticos y que unas 10.000 viviendas se integren a la renta residencial.
El alcalde de la urbe catalana, Jaume Collboni, argumentaba que el nuevo marco regulatorio tenía como finalidad combatir la grave crisis de vivienda que enfrentaba la ciudad, que había registrado un incremento del costo de los alquileres para vivir cercano al 70% a lo largo de la última década.
Además de los propietarios de los inmuebles de fin turístico, el gran afectado por la medida es Airbnb, plataforma que jugaba un rol crucial como intermediario en la renta de esas propiedades.
Pese a que el Tribunal Constitucional de España ha dado la razón al Ayuntamiento de Barcelona, la empresa estadounidense ha solicitado al ayuntamiento adoptar “políticas coherentes y regulaciones que beneficien a los residentes”. Airbnb sostiene que la medida dejará el mercado libre a la industria hotelera tradicional y que los precios de esos hospedajes ya se estaban disparando gracias a la medida.
La Asociación de Apartamentos Turísticos (APARTUR) de Barcelona también ha criticado la medida y acusa al municipio de abrir la puerta a un mercado informal mucho más difícil de fiscalizar. Otros negocios relacionados al turismo desde otros frentes también se han mostrado contrariados por la medida.
Los desencuentros entre Airbnb y las autoridades han proseguido, pues el 15 de este mes el Ministerio de Asuntos del Consumidor de España dio a conocer que había multado con 65 millones de euros a Airbnb por seguir mostrando anuncios de alquileres de corto plazo que estaban prohibidos o por no tener licencias de operación. Por su parte, la APARTUR anunció también esta semana que había abierto un proceso legal contra el ayuntamiento y su normativa.

Desde el inicio del 2024 Grecia introdujo la Tasa de Resiliencia Climática, un importe obligatorio para los turistas. A diferencia de los casos anteriores, la normativa que regulaba este pago surgió como medio para financiar la recuperación de los gravísimos desastres naturales que sufrió el país en el 2023.
La normativa sustituyó el Impuesto sobre la Estancia y tuvo un incremento desde el 2025, pero desde el inicio ha sido variable en función del nivel de lujo del alojamiento. A diferencia de Ámsterdam, el pago no es por persona, sino por cada unidad de alojamiento.
Quienes se hospedan en un hotel de una estrella o departamentos simples pagan 2 euros por noche en temporada alta y 0,50 en temporada baja, mientras que para los alquileres cortos como Airbnb la tarifa es de 8 euros por noche en temporada alta y 2 euros en temporada baja.
Para los hoteles de tres estrellas el importe es de 5 euros en temporada alta y 1.50 en la baja; en los de cuatro estrellas 15 euros por noche en la época de mayor demanda y 4 euros cuando hay menor demanda. En los hospedajes de cinco estrellas y rentan casas enteras o villas la tarifa es de 15 euros en época alta y 4 en la baja.
Desde el presente año también hay una tarifa especial para los cruceros, pues los pasajeros que lleguen a Santorini o Mikonos deberán pagar 20 euros cada uno en temporada alta.

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