(Foto: Rolly Reyna)
(Foto: Rolly Reyna)
Hugo Ñopo

En cuestión de días, muchas cosas cambiaron en la vida de Martín Vizcarra. Una de ellas es que ha pasado a ser el segundo hombre más aconsejado de este país (el primero sigue siendo Gareca). Casi todos tenemos algo que decir sobre las prioridades que debería tener o las alianzas que debería formar. El presidente ya adelantó que la educación será una de sus prioridades. Este es un tema en el que ya tiene historial de éxito, así que volteemos la tortilla. Si él fuera a dar consejos, ¿cuáles serían?

Mientras Martín Vizcarra fue presidente regional de Moquegua, los indicadores de aprendizaje de los estudiantes de su región no solamente fueron los mejores del país, sino también mejoraron notablemente. Así, una mirada a lo que ya hizo con su región puede darnos algunas luces sobre lo que podría intentarse a nivel nacional.

Mis colegas Claudia Sugimaru y Juan León, de Grade, publicaron hace un par de años un estudio sobre los factores de éxito educativo de la región Moquegua. Para ello, entrevistaron a decenas de funcionarios de la Dirección Regional de Educación (DRE), de las unidades de gestión educativa (UGEL), así como a directores y docentes de las instituciones educativas.

El resultado de esa investigación apunta a subrayar la importancia de la visión de largo plazo acompañada por planes concretos de mejora. Los planes, a su vez, fueron hechos tomando como base la información generada en evaluaciones semestrales.

Adicionalmente, colegas de la educación y entrevistas pasadas al entonces gobernador regional coinciden en subrayar el trabajo con docentes y directores. Se trabajó en comunicar conceptos sencillos como que el buen funcionamiento de la escuela era responsabilidad del director y el aprendizaje de los estudiantes era responsabilidad del maestro. Para esto, se dotó a ambos actores claves de herramientas adecuadas con mentorías y capacitación.

En resumen, se trató de una estrategia mide-y-mejora combinada con una empodera-y-delega, congruente con la formación ingenieril del ahora presidente. Esto es interesante en el momento actual, pues en la administración nacional del sector, según parece, la visión no está del todo alineada.

Aún hay quienes abogan por eliminar las evaluaciones de desempeño de los estudiantes (de hecho, el año pasado no tuvimos evaluación censal de estudiantes). Lamentablemente, en meses recientes se han reducido a una mínima expresión los esfuerzos de monitoreo en las escuelas (Semáforo Escuela). Aún sobreviven quienes piensan que solo los pedagogos deberían hacerse cargo de la educación en el país.

Ojalá esta oportunidad sirva para consolidar una idea: la educación requiere la participación de todos. Ingenieros, economistas, arquitectos, abogados, psicólogos y, claro, pedagogos deben trabajar juntos por la mejora de la educación del país. Todos estos perfiles deben trabajar en el sector educación para que junto a los padres de familia se pueda dar la mejor formación posible a nuestros siete millones de niños y jóvenes estudiantes.

Hay otro factor importante de éxito de la gestión de Vizcarra en Moquegua que debe resaltarse. Gracias al canon, la región contó con flujos importantes de dinero. Este fue invertido en mejoras a la infraestructura escolar y la distribución oportuna de material educativo.

El financiamiento de la educación todavía es uno de los principales motivos de preocupación. Si bien el presupuesto para la educación venía creciendo durante el gobierno de Humala y a inicios de este gobierno, en el ejercicio de asignación presupuestal para el 2018 la educación dejó de crecer al ritmo que venía creciendo. Ojalá esto se revierta para el 2019.

Es necesario seguir aumentando la inversión educativa porque nuestro rezago es enorme. La inversión que hacemos en el país por cada uno de nuestros estudiantes es la mitad de lo que invierte Colombia, un país con geografía y retos similares a los nuestros. Chile, el vecino del sur con el que regularmente nos comparamos, invierte el triple de lo que invertimos nosotros por cada estudiante durante un año de estudios.

Cierro con una invitación. El presidente regional de Moquegua mostró con el ejemplo que es posible conseguir buenos resultados a partir de un compromiso con la educación. Ahora que se avecinan elecciones regionales es un buen momento para que los electores exijan de sus candidatos un compromiso claro, concreto y monitoreable con la educación. Ya es hora.