Aldo Facho Dede

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay una relación directa entre salud y . En un reporte publicado en el 2016, se describen beneficios como la reducción de morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, obesidad y diabetes; así como otros asociados a la salud mental y la reducción del estrés. Por otro lado, diversos estudios como el publicado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas señalan el importante rol que cumplen las bibliotecas públicas en la inclusión social, la promoción de los derechos humanos y el desarrollo integral de las personas.

Los y la cultura nos hacen mejores ciudadanos. Es por ello que en diversos ránkings que miden la calidad de vida urbana, como el Global Liveability Index (The Economist Group), se les da tanta importancia. Ciudades como Viena, Copenhague y Vancouver lideran las listas, exhibiendo grandes extensiones de áreas verdes e importantes redes de bibliotecas. Buenos Aires es la ciudad mejor posicionada de nuestro continente, con 60 hectáreas de área verde y tres bibliotecas públicas por cada 100.000 habitantes. Lima está bastante detrás, con 23 hectáreas de área verde y 0,95 bibliotecas públicas por cada 100.000 habitantes. Estas cifras caen dramáticamente si miramos otras ciudades del país.

Ante este panorama, lo que debiéramos esperar de nuestras autoridades son robustas políticas públicas asociadas a incrementar las áreas verdes y los espacios culturales en todo el país, pero lo que vemos es lo diametralmente opuesto. Por ejemplo, hace unas semanas, la ahora exministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, y el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunciaron la creación de la “Ciudad Bicentenario Luis Castañeda Lossio” en el distrito de Ancón (Lima). Este proyecto, que colinda con el Programa Multisectorial “Ciudad Bicentenario”, busca promover viviendas de interés social sobre 60 hectáreas calificadas como “zona de recreación pública” y asignadas al Servicio de Parques de Lima (Serpar) para la creación de parques zonales.

El distrito de Ancón cuenta con 5,9 m2 de áreas verdes por habitante. Considerando la población futura, habilitar como parque zonal las 60 hectáreas previstas para dicho fin mantendría esa relación. Por el contrario, usarlas para vivienda la reduciría a menos de 3 m2 por habitante, reproduciendo los problemas de escasez de áreas verdes del resto de la ciudad. Es por ello que el Plan de Desarrollo Urbano de Lima Norte ha afianzado la zonificación recreacional de ese importante espacio.

Por otro lado, en el sector ya existen dos grandes predios destinados a proyectos habitacionales. Uno de 109 hectáreas, en el que se adjudicó en el 2013 el proyecto Ciudad la Alameda de Ancón, donde se esperaba construir más de 11.000 viviendas, y otro de 172 hectáreas asignado al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) para la promoción de viviendas de interés social. Ninguno de los dos ha sido desarrollado, siendo el principal obstáculo el suministro de agua potable.

El proyecto más ambicioso del Programa Multisectorial Ciudad Bicentenario es el Parque Industrial de Ancón, desarrollado sobre 1.338 hectáreas y destinado a ser el polo productivo más moderno, innovador y sostenible del país. Este proyecto, que según Pro Inversión debió adjudicarse en el 2020, busca capitalizar importantes inversiones como el puerto de Chancay, la nueva terminal del aeropuerto internacional Jorge Chávez, la ampliación del puerto del Callao y el Anillo Vial Periférico Norte. Además, su desarrollo busca atraer a las fábricas que hoy ocupan predios en zonas con vocación residencial y comercial, como el entorno de las avenidas Argentina, Separadora Industrial, Panamericana Norte y Lurigancho, donde se podría atender la totalidad de la demanda de vivienda de la metrópoli.

Esto ya ha sido propuesto en el Plan de Desarrollo Metropolitano de Lima al 2040. ¿Por qué no enfocar allí nuestros esfuerzos?

En la presentación del proyecto “Ciudad Bicentenario Luis Castañeda Lossio” la exministra de Vivienda habló sobre la importancia de planificar una ciudad verde y sostenible. Sería importante que su sucesor revisara la propuesta presentada y buscase promover proyectos integrales y verdaderamente sostenibles que incrementen sustancialmente las áreas verdes y los espacios de cultura en las diferentes ciudades del país.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Aldo Facho Dede es arquitecto y urbanista