Lamentablemente, los rayos X, que tanto bien hacen para la salud, tienen la triste propiedad de destruir los glóbulos rojos, de tal manera que quienes manejan los aparatos durante largo tiempo sufren anemia, gangrena y otras enfermedades. Ellos son los mártires de los rayos X. Recién hace muy poco se conoce la forma de protegerse utilizando defensas de plomo, que es el único metal que no permite el paso de dichos rayos. Ahora se trata de fabricar una suerte de mandiles especiales para quienes operan las máquinas. Se elaboran ya en París.
H.L.M.