La reforma universitaria recibió un golpe más por parte del Congreso de la República el miércoles pasado, cuando se aprobó la ley del bachillerato automático. Esta propuesta legislativa, que acumula tres proyectos de ley, modifica un inciso de la Ley 30220 -la Ley Universitaria- con el fin de eliminar la necesidad de contar con un trabajo de investigación aprobado para acceder al grado de Bachiller.
En la Ley 30220, publicada en julio del 2014, el artículo 45, inciso uno, se expresaba que, para obtener dicho grado, se requería “haber aprobado los estudios de pregrado, así como la aprobación de un trabajo de investigación y el conocimiento de un idioma extranjero, de preferencia inglés o lengua nativa”.
La nueva legislación, que reúne hasta seis proyectos de ley, elimina la necesidad de aprobar un trabajo de investigación. En cambio, se estipula que “los estudios de pregrado [deberán incluir] un curso de trabajo de investigación que se sigue en el último semestre de estudios de cada carrera”.
La necesidad de la investigación
En conversación con El Comercio, Jorge Mori, especialista en educación superior y máster en Gestión Pública, explicó que lo que buscó la Ley Universitaria “fue que todos los estudiantes puedan salir con algún nivel de competencia en metodologías de investigación, sin que eso necesariamente los convierta en investigadores”.
De manera similar, el exministro de Educación e investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Ricardo Cuenca, arguyó ante El Comercio que la finalidad de la exigencia para recibir el bachillerato es “generar habilidades y competencias de investigación. No todos se vuelven investigadores, pero se desarrollan competencias necesarias no solo para la investigación, sino también para el campo laboral”.
Si bien Mori considera que la Reforma Universitaria requería de ciertos ajustes, el experto juzga la autógrafa. “Había cosas revisar y mejorar, pero no de la forma en que lo ha planteado [el congresista], que en verdad es bastante errónea y sin sustento técnico”, advirtió el especialista. “Este es el camino planteado por quienes no creen en la reforma universitaria”, recalcó Cuenca.
Investigación y la barrera burocrática
El congresista de Avanza País, Alejandro Cavero, argumentó en su proyecto de ley -uno de los considerados dentro de la nueva legislación- que requerir de un trabajo de investigación aprobado al finalizar la carrera es “desventajoso para los jóvenes, [debido a que pasarán] meses o hasta años elaborando un trabajo de investigación que sustentarán para recién optar el grado de Bachiller, mientras ven privadas distintas oportunidades de trabajo”.
En entrevista con El Comercio, Cavero, detalló que “cuando [los estudiantes] terminaban la carrera, luego tenían que cubrir este trabajo de investigación y podía acarear un gasto económico, los universitarios terminaban patean y se volvía una barrera burocrática dificultosa y costosa”.
“Hemos llegado al absurdo de llegar a decir que un trabajo de investigación es una barrera democrática, cuando en verdad es parte de la formación académica que debe recibir un joven universitario”, criticó Jorge Mori.
El investigador del IEP señaló que la exigencia del trabajo de investigación fomentaba a los alumnos a trabajar en un producto que se pueda presentar para el grado de Licenciatura. “[A raíz de la reforma] las universidades lograron entender el trabajo de investigación como un adelanto de la tesis de licenciatura. Los estudiantes preparaban planteamientos de problemas, balances bibliográficos, marcos teóricos”, indicó.
Exigencias del mercado laboral
Adicionalmente, el máster en Gestión Pública exhortó que “hoy el mercado laboral te exige tener nociones básicas de cómo llegar al conocimiento y a la verdad”, y que estas soluciones, que denomina “populistas”, “simplemente están pensando en un capital humano de baja calidad y que salga rápido al mercado”.
Para Cuenca, “las herramientas de investigación lo que hacen es generar capacidades críticas y reflexivas, de creatividad y de reflexión en las personas. Lo que se está pidiendo ahora en el mundo laboral es que las personas justamente tengan esto, la posibilidad de ser no solo flexibles, sino ser creativos e innovadores con su trabajo”.
Por su parte, Cavero enfatizó en que el trabajo de investigación no ha sido eliminado, sino que será obligatorio dentro de la malla curricular universitaria. “Lo que se hizo fue internalizar [el trabajo de investigación], como curso del pregrado”. Adicionalmente, resaltó que en muchas universidades no existían cursos donde se desarrollara dicho trabajo de investigación, razón por la cual se impulsó en la ley.
Patricia Salas, exministra de Educación y docente de la Universidad Nacional de San Agustín, destacó en entrevista con El Comercio que “el grado de Bachiller es requisito para postular a una Maestría. Esto implica que está en las líneas de la investigación y la academia. Lo que yo creo que debería ser automática es la Licenciatura, porque esta es la que habilita para trabajar”.
Salas agregó que “este Congreso ha perdido la oportunidad de hacer un mejor ordenamiento de la secuencia de grados y títulos. La calidad educativa no se resuelve en si hay o no tesis al final de la carrera, sino en cómo garantizamos las condiciones en calidad durante esta. No pensemos que una investigación al final de la carrera va a ser un parche de todo lo que no se ha hecho durante los cinco o seis años de formación anterior”.
Discusión de largos años
El debate sobre el bachillerato automático tiene cierto legado en el país. Previamente, durante el gobierno del expresidente de la República, Alberto Fujimori, se promulgó en 1996 la Ley Orgánica de la Universidad Peruana. Su artículo 91 indicaba que para conseguir el título profesional se requería culminar los estudios, mas no era obligatorio aprobar un trabajo de investigación.
Con la llegada de la Reforma Universitaria, a través de la autógrafa publicada en el 2014, se exigió contar con un trabajo de investigación aprobado para recibir el bachillerato. Sin embargo, a causa de la pandemia y de la clausura de más de cuarenta Casas de Estudio, dos proyectos de Ley facilitaron el bachillerato automático hasta fines de este año.
Cabe precisar que la norma aplicó para quienes se matricularon luego del 2015. Es decir, aquellos que ya cursaban estudios superiores cuando la Ley Universitaria entró en vigencia, también recibieron el grado de Bachiller de manera automática.