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¿Cómo se logró reducir la mortalidad materna en el Perú? Cifra es la menor en 25 años
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¿Cómo se logró reducir la mortalidad materna en el Perú? Cifra es la menor en 25 años

¿Cómo se logró reducir la mortalidad materna en el Perú? Cifra es la menor en 25 años

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Este año en el Perú, cada dos días una gestante falleció en el parto o en los 42 días siguientes. Aunque puede parecer una cifra importante, es lo más bajo que se ha registrado en el país en más de dos décadas. De hecho, solo hasta el 18 de mayo, los 68 casos de mortalidad materna del país son casi la mitad de lo reportado en el mismo periodo del año pasado (102). Además, mientras que en el 2024 sucedieron 244 casos de muerte materna, la cifra fue 8 % menor al año anterior y la más baja desde el 2000.

Si bien estas cifras reflejan un progreso notable, evidencian que aún existen desafíos importantes en las regiones amazónicas y altoandinas, donde los casos se encuentran por encima del promedio nacional. De acuerdo con la Sala Situacional de Muerte Materna y Morbilidad Materna Extrema del Ministerio de Salud (Minsa), en lo que va del año se registraron 12 casos en Loreto (17.65% del total), cifra que representa el doble de las muertes maternas de Lima Metropolitana pese a que la capital tiene una población 10 veces mayor.

Uno de los factores estructurales que aún limita una mejora sostenida en la reducción de casos es la desigualdad territorial. Mientras en Lima y otras zonas urbanas el acceso a servicios de salud materno-infantil ha mejorado sustancialmente, en departamentos como Loreto, Cajamarca o Puno persisten mayores índices de mortalidad materna. Estas brechas están asociadas a múltiples factores: distancia geográfica, déficit de personal capacitado, barreras culturales y limitaciones en infraestructura.

Estudios evidenciaron que el 50% de las muertes en la niñez eran prevenibles con intervenciones simples.
Estudios evidenciaron que el 50% de las muertes en la niñez eran prevenibles con intervenciones simples.
/ UNICEF

Para entender esta situación, Carlos Zegarra, especialista de Salud del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), explica que uno de los factores que influye directamente en la reducción de mortalidad materna y neonatal –en los años 90, 75 niños de cada 1.000 morían antes de cumplir el primer año y ahora se estima que la tasa es de 13– se relaciona con el parto institucional (dentro de un establecimiento de salud, público o privado, y atendido por personal de salud calificado como médico, obstetra o enfermera) y con la promoción de servicios de salud.

“Unicef está en Perú desde 1950 y hemos visto cómo el parto institucional fue clave. Antes no había un acceso adecuado, además de resistencia y adaptación cultural de los servicios de salud. En esa época, la hemorragia era la primera causa de mortalidad en mujeres, luego las infecciones o las complicaciones propias del parto. La institucionalización del embarazo logró que esas complicaciones puedan ser manejadas de manera adecuada y oportuna”, dijo a El Comercio.

Otra estrategia que ayudó a acercar a las gestantes a los servicios de salud fue la implementación del modelo de “Casas de espera”, que actualmente es parte de una política pública del Minsa en regiones como Apurímac, Ayacucho, Cusco, Cajamarca, Huánuco, Puno y Ancash. Estas casas brindan un hospedaje, generalmente en el último mes de embarazo, a las gestantes que viven en lugares alejados a un establecimiento de salud. “En los años 90 Unicef con USAID crearon el modelo de Casas de espera y a la fecha hay cerca de 500 en zonas rurales. Eso ha logrado que la atención de partos en centros de salud haya aumentado del 20 al 70%”, añadió.

La principal barrera para que las mujeres de zonas rurales no acudieran a los servicios de maternidad era la distancia. Para acercar a las madres a los centros de salud, UNICEF con el apoyo inicial de USAID y posteriormente de UNFPA crea el modelo Casas de Espera, espacios cercanos a centros de salud a los que se trasladaban las mujeres a esperar el momento del parto. Las primeras 60 casas de espera fueron promovidas por UNICEF, luego el MINSA haría suyo el modelo y esta iniciativa escaló al punto que se instalaron 500 en zonas rurales, la mayoría en la sierra del país.
La principal barrera para que las mujeres de zonas rurales no acudieran a los servicios de maternidad era la distancia. Para acercar a las madres a los centros de salud, UNICEF con el apoyo inicial de USAID y posteriormente de UNFPA crea el modelo Casas de Espera, espacios cercanos a centros de salud a los que se trasladaban las mujeres a esperar el momento del parto. Las primeras 60 casas de espera fueron promovidas por UNICEF, luego el MINSA haría suyo el modelo y esta iniciativa escaló al punto que se instalaron 500 en zonas rurales, la mayoría en la sierra del país.
/ UNICEF

¿Cómo cerrar las brechas? Para Zegarra se requiere un mayor fortalecimiento del sistema de salud en general y políticas públicas mucho más focalizadas. Asimismo, mejorar la calidad de la atención prenatal y neonatal, promover prácticas saludables como la lactancia inmediata, e implementar políticas diferenciadas que reduzcan las inequidades territoriales. “Hay temas como la adaptación cultural que deben ser tomadas en cuenta. Además, aún existen comunidades aisladas que no tienen la información o los servicios de salud no pueden llegar por temas de costo y logísticos”, dijo.

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